Inefable🖤#2 [Mattheo Riddle]

Capítulo 2

TN POV

Mis piernas temblaron como nunca lo habían hecho y mi corazón se aceleraba tan rápido que sentía que se iba a salir del corazón en cualquier momento.

Era imposible. Mattheo murió en mis brazos. ¿Cómo podía estar aquí ahora?

No sabía como reaccionar pero él al permanecer en silencio tampoco ayudaba.

-¿Quién eres tú? -pregunté muy asustada.

-Soy yo, TN. -Mattheo rodeó la mesa del escritorio para acercarse a mí pero yo retrocedí un paso porque estaba asustada.

-No es posible. -mi voz sonaba temblorosa y quebrada. 

-Déjame explicarte. -Mattheo no avanzó más pasos y yo no tuve por qué retrocederlos. -No sé como pero acabé en un bosque perdido y fue Kretcher quien me recogió. Gracias a él hoy estoy aquí. 

-Han pasado 11 años. ¿Dónde has estado todo este tiempo? -le pregunté y entonces él tragó con dificultad. No respondía. -Si lo que me estás contando es cierto, ¿por qué no viniste a buscarme? -tenía miedo por su respuesta. -¡Responde, joder! ¿Me estás diciendo que todos estos años he estado creyendo una mentira? Creía que estabas muerto, ¿y tú no tuviste el valor de venir a buscarme? -alcé la voz.

Mattheo agachó la cabeza avergonzado. No me podía creer que hubiera estado escondido durante todos estos años y ni siquiera fue a buscarme.

A continuación alzó su rostro para mirarme. Parecía serio. Ya no me miraba como cuando éramos unos adolescentes. Su mirada era fría y más madura. Además de su aspecto. No parecía un señor mayor pero sí un hombre rozando los treinta. Edad a la que jamás imaginé que llegaría porque lo creía muerto. No podía ser. Esto no podía estar pasando.

-No fui a buscarte porque me di cuenta que cuando estaba contigo me sentía más en peligro que nunca. -me dolieron sus palabras en el alma. ¿Cómo podía estar diciendo esto? -Casi muero por tu culpa, ¿no? -podía notar la maldad en sus ojos. Esa que nunca antes había visto.

-Eres igualito a tu padre. -me limité a decir porque estaba tan en shock y me dolía tanto el corazón que no era plan de ponerme a llorar delante de él.

-Y tú igualita a la tuya. Estar enamorada de uno y de la nada te vas con otro. -eso no se lo iba a permitir. A mi madre no la nombraba. Me acerqué a él y le di una cachetada en la cara. Su cabeza se volvió a un lado y cerró los ojos conteniendo su rabia. Me daba igual que fuera el director. Seguía siendo Mattheo aunque en una versión que no creía conocer.

No me hizo nada, supongo que entendió que se la merecía.

Luego clavó sus ojos a los míos. Parecían estar llenos de rabia y dolor a la vez.

No lo entendía porque la que debería estar dolida era yo. 

No me buscó porque creía que yo era la culpable de su casi muerte. Lo flipaba. 

Tenía una mezcla de emociones muy grande en mi interior. Sentía alivio porque en el fondo lo seguía queriendo y el saber que estaba vivo fue la noticia más buena del mundo pero el pensar que todos estos años ha estado en vida mientras yo lloraba su muerte era una de las cosas más dolorosas del mundo y mucho más si encima me culpaba de todo.

Mattheo se dio la vuelta y cogió una botella de vino y fue llenando dos copas. ¿Pero de qué iba este tío?

Él se acercó hasta a mí y me ofreció una de las copas.

-Al fin y al cabo somos profesionales y debemos dejar lo personal a un lado. A partir de hoy soy tu jefe y deberás obedecer mis órdenes. -me dolía que me mirara a los ojos como si nada. Como si no hubiésemos sido nada nunca, como si nunca.. Como si nunca me hubiese querido.