Capítulo 25

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MATTHEO POV

Casi perdí el eco de su risa, su carácter desenfrenado que tanto amaba, la manera en que protegía a nuestro hijo y la manera en que me protegía a mí, pero en ese casi, comprendí la magnitud de mi fortuna.

Por suerte, los médicos dijeron que iba a despertar. Se encontraba reposando y descansando en enfermería desde la noche anterior en cuanto volvimos. Aún así la angustia seguía estando dentro de mí. Necesitaba verla de nuevo y que sus ojos me mirasen, y que se detuviera el tiempo en ese instante. Necesitaba abrazarla y besarla de nuevo, hacerle saber que mi corazón le pertenecía y siempre le había pertenecido a pesar de todo lo que pasó entre nosotros. Eso era justo lo que necesitaba, arreglar nuestra relación y pasar el resto de nuestras vidas juntos al fin.

La miraba ahí dormida e inconsciente con las heridas en su rostro por los cristales que la cortaron la noche anterior, la herida de la costilla y tan dormida que daba miedo. Rezaba a todo momento que despertara. 

Sostuve su mano con la mía y al dejar un suave beso en ella con el deseo de verla despertar mi lágrima se deslizó por mi mejilla hasta que traspasó a su piel, a su mano. Si tan solo la pudiera sentir me daba esperanzas pero ni siquiera podía saber eso.

Ahora que por fin acabó todo, no podía terminarse lo nuestro. No podía abandonarme. No otra vez. Quería estar con ella por toda mi vida y me daba igual el daño que pudiera ocasionar en mí con sus mentiras, estupideces o paranoias, es que me daba absolutamente igual. Lo que sentíamos iba mucho más allá de eso. Nos amábamos de una manera tan inefable que todos los daños se desvanecían con tan solo una mirada.

No quería separarme de su lado, claro que no quería. Pero en ese momento tuve que dejarla, era imprescindible hacerlo. Lo que venía ahora eran consecuencias que debía asumir por mis actos sin pensar.

Planté un beso sobre su frente y tras acomodarle el cabello salí de enfermería para dirigirme al despacho de la Directora Mcgonagall. 

Uno de los padres de nuestros alumnos vinieron de visita para hablar conmigo y al darse cuenta de que no había ningún adulto responsable al mando, avisó a Minerva. Por ello nos descubrió y la verdad es que me daba igual el trabajo, ya me daba igual todo. Y lo volvería a hacer millones de veces más. Mi familia iba por delante de todas las demás. 

-¡Es que me parece de verguenza! -se escuchaba a Minerva gritar tras la puerta de su despacho. Respiré hondo preparándome para lo que estaba apunto de vivir y entré.

-Disculpe por llegar tarde. -Minerva me miró muy cabreada y la verdad no la juzgaba. 

Me dejó pasar y me coloqué frente a ella al lado de Theo, Berkshire y Leah dejando el espacio del escritorio entre Minerva y nosotros. Todos permanecían con la cabeza agachada, avergonzados y temerosos a perder el trabajo.

-Y usted Señor Riddle.. Confié en usted. ¿Cómo se le ocurre dejar a todo un colegio solos? -agaché la cabeza también esperando a que la bronca terminase.

-De hecho, lo dejó a cargo de Enzito, Directora. Él fue en todo caso quien dejó al colegio solo. -intervino Leah en mi defensa.

-Pero serás.. Ya no estás buena, ea. Antes me gustabas. -decía Berkshire indignado.

-Soy lesbiana. -se excusaba ella rodando sus ojos.

-Bueno lesbiana y enzosexual. -Enzo le guiñó un ojo pero ella lo ignoró.

-Bueno mira que me da igual. Todos ustedes habéis tenido parte de culpa. Y usted.. Señorita.. 

-Leah. -la ayudó a completar su frase.

Inefable🖤#2 [Mattheo Riddle]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora