Capítulo 28

1.8K 115 77
                                    

MATTHEO POV

El placer más bonito que me había dado la vida era verla dormir profundamente y relajada con esas preciosas pestañas cayendo casi en sus ojeras. Ese rostro que la hacía perfecta aún con la cara repleta de arañazos y heridas aunque tan solo quedaran cicatrices. Daba igual, ella era perfecta. Perfecta para mí.

Esa mañana desperté temprano porque debía hacer algo muy importante pero en cuanto regresé volví a la cama junto a ella. Ya no tenía sueño así que decidí quedarme esperando a que se me cayera la baba como imbécil mientras la miraba.

Me había pasado años anhelando esto, deseando con todas mis fuerzas que volviera a ser mía y ahora no podía creer que lo hubiera conseguido cuando todo lo veía negro, imposible. Con ella ahora todo lo veía de color, y efectivamente posible. Me hacía ver el lado bueno de las cosas dándole así luz a mi oscuridad.

Habían pasado tres meses desde que destruimos definitivamente a mi padre y todo parecía ir bien. El curso estaba a punto de terminar así que las clases que solían dar los profesores eran muy tranquilas. Yo sin embargo, sí que tenía un poco más de lío porque mi jefa, Minerva, me mandaba muchos documentos. Ahora estábamos con las calificaciones finales de los alumnos y con el cierre de muchas cosas. Pero era así, me tenía que preparar ya que el año que viene el puesto iba a ser totalmente mío. Director oficial.

De igual manera preferí quedarme a que TN despertara, quería llenarla de besos antes de ir a trabajar. Además siempre que estábamos juntos me recargaba las pilas a lo largo del día. 

Ese día era algo extraño para mí, lo definiría como algo agridulce. Me gustaba pero a la vez me traía recuerdos. En fin, no quería hablar de ese tema.

Se acercaba la hora de despertarse y TN aún seguía dormida así que comencé a darle besitos por el rostro para despertarla de la manera menos desagradable posible. En cuanto planté el último beso en los labios, ella abrió los ojos.

-Pero bueno, vaya forma más romántica de despertar, ¿no? -su voz medio dormida resonó en aquellas cuatro paredes rompiendo el silencio.

-Si yo soy todo un romántico, ya lo sabes. -la besé de nuevo y tras eso ella estiró sus brazos y piernas mientras bostezaba así que aproveché en darme la vuelta y sacar lo que tenía preparado. -Que tengas un buen día, princesa. -tulipanes blancos, ese era uno de los motivos por el que me desperté temprano esa mañana.

-Ay, Matt.. Me encantan, en serio. -las cogió y comenzó a olerlas. Había merecido la pena tan solo por ver esa hermosa sonrisa. 

A ella le encantaban las flores y a mí me encanta ella, eso es un hecho.

-Me alegro que te gusten, princesa. -sonreí y entonces ella se levantó para echar las flores en agua.

Mientras lo hacía no podía dejar de pensar en la belleza de mujer que tenía frente a mí. Me encantaba de todas las formas posibles pero de la forma en la que se veía cuando despertaba era la que más. Su moño despeinado y con mi camiseta que le quedaba tan grande que le llegaba por las rodillas y las mangas cortas por debajo de los codos. Joder, lucía como si fuera perfectamente mía.

Tras dejar las flores en un jarrón con agua saltó a la cama y a mis brazos abrazándome. Estaba cariñosa y eso era raro en ella. 

-Feliz cumpleaños, mi amor. -me besó y luego sacó algo que llevaba en su espalda. 

-Esto sí que no me lo veía venir. -bromeé pero en seguida tomé la bolsa que me estaba ofreciendo.

Esa era una de las razones por las que sí me gustaba este día tan agridulce, el dulce porque ella era quien le echaba azúcar. 

Inefable🖤#2 [Mattheo Riddle]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora