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Hazel.

Sábado en la noche finalmente, llevaba más de cuatro horas sentada en mi ventana leyendo mi saga favorita. Estaba completamente sumergida en el reino ficticio cuando una almohada voladora aterrizó en mi cara.

-¡Lara!- Grité cuando vi a la rubia de pie con ambas manos en su cintura.

-Tienes varios mensajes de Lewis, te invitó a una fiesta y tu aquí actuando como ermitaña- Sacudió mi celular con una mano aún en su cintura.

-Le dije que lo pensaría, lo pensé y no quiero ir- Dije tratando de volver a mi libro- Además tengo que terminar estos.

La mirada de Lara se posó en el par de libros que le seguían al que tenía entre mis manos y suspiró agotada.

-Que alguien encierre a la maldita Sarah J Maas- Me arrebató el libro de las manos y me tomó de las mejillas- Por favor Haz, tienes que salir.

-No tengo ganas de ir, mi abuela dijo que cuando no quieres ir y alguien te convence, podrían suceder cosas.

-Adoro a doña Sofia, pero eso es pura mierda- Me jaló del brazo haciéndome poner de pie- Tengo el vestido adecuado para ti, lo dejarás con la boca abierta.

Me cruce de brazos antes de responderle- Lara, solo nos conocimos por casualidad y esto es algo amistoso.

-Vi como te miraba el trasero, créeme eso no es muy amistoso- Siguió hablando mientras buscaba en el guarda ropas- No al menos de la forma que crees ¡AHA!

Se giró con un vestido rojo de satin con escote en V y espalda baja, lo sacudió frente a mis ojos y por un momento lo dudé, pero se veía demasiado lindo para no usarlo, además del hecho de que cierto moreno tatuado había invadido mis pensamientos últimamente.
Tomé el vestido y me metí al baño, pude ver a Lara dando brinquitos de emoción.

-¿No te vestirás a caso?- Le mencioné desde el baño, la escuché reír antes de que sus pasos se alejaran de la puerta.

Me puse el vestido viéndome al espejo por unos segundos, me quedaba increíble para ser sincera.
Solté mi cabello y lo alise un poco, me puse maquillaje y salí en busca de zapatos.

No sabía que usar, hoy en día la gente va a fiestas en tenis pero este vestido es demasiado para eso, opté por unas sandalias de tacón bajo del mismo color del vestido, y tomé un pequeño bolso negro.
Me estaba dando los últimos vistazos en el espejo cuando Lara apareció por la puerta.

-Vamonos ya, anda- La rubia estaba vestida con un vestido poco parecido al mío en color azul claro que hacía juego con el de sus ojos.

Subí al ascensor mirando los mensajes de Lewis, me había enviado la dirección del lugar.
Salimos del edificio y subimos al auto que nos esperaba en la entrada, el camino fue más corto de lo que esperaba.

Era un lugar enorme, nunca había venido a este lado de Montecarlo por lo que lo reparé descaradamente.

Lara me tomó de la mano mientras avanzábamos a la entrada, me acerqué a uno de los porteros que no entendía de que estaba hablando, así que llamó a su compañero y se acercó a mí.

-Soy invitada de Lewis Hamilton, no creía que había este protocolo o lo habría llamado- Mencioné con Lara a mi lado.

-No hay problema, solo nos encargamos de darle una experiencia exclusiva a nuestros clientes, adelante por favor- Abrió la puerta para nosotras antes de regresar su vista a su compañero de antes- Una de las chicas de Hamilton, ya sabes.

Sus últimas palabras me dejaron algo confundida, no sabía si había escuchado correctamente o era el ruido de la música.
Me moví a través de las personas sin soltar la mano de Lara quien me seguía observando su alrededor.

Dancing With Our Hands Tied tied|LH44 (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora