Dancing With Our Hands Tied tied|LH44 (Editando)

20. My tears ricochet

George

Subí al podio en compañía de Lewis y Charles una avalancha de prensa nos esperaba mientras saludábamos, miré en las personas a mi alrededor tratando de encontrar a mi querida amiga pelinegra sin resultados. 

-¿Haz visto a Hazel?- Preguntó mi compañero entre tanto ruido, negué mientras seguía buscándola, probablemente se había perdido en el gentío. 

-...Esta misma tarde el equipo de mercedes subió a ambos pilotos al podio y sin embargo el rostro de su director de equipo, Toto Wolff no es el más contento- Miré a mi jefe mientras escuchaba lo que murmuraban los reporteros- Esto podría ser debido a la noticia que hizo viral hace pocos minutos donde Lewis Hamilton engañaba a su novia, en un bar de Barcelona. 

-¿Que dijiste?- Me quedé pasmado mientras me acercaba al hombre que estaba hablando a la cámara, no dijo ni una sola palabra y me mostró la publicación en su celular, la foto había sido tomada el día de la celebración en Barcelona. 

Le dije a Lewis que le avisara a Hazel a donde iríamos y no lo hizo, le pedí que se fuera conmigo cuando lo hice y no quiso, he aquí las razones. Ese maldito. 

Solté el teléfono del reportero mientras trataba de hacerme unas preguntas pero yo estaba demasiado ocupado dándole el golpe de su vida a Hamilton. Las cámaras dispararon a mil por hora en ese momento.

-Imbécil- Le grité mientras este me veía con el ceño fruncido y recuperándose del golpe. Corrí directamente hacía el garaje y lo que vi me rompió el corazón. 

Hazel estaba sentada en un rincón con sus piernas abrazadas a su cuerpo, el lugar estaba completamente vacío y ella estaba ahogándose con sus propia respiración. 

-Hazzie... Haz, por favor escúchame- Tomé su rostro en mis manos mientras su mirada seguía perdida y su reparación entrecortada. 

-George...- Logró pronunciar casi en un susurro mientras el alma volvía a mi cuerpo. No soporté verla más así y la tomé de la mano para ayudarla a ponerse en pie. 

Sus piernas flaquearon por lo que tuve que tomarla entre mis brazos y correr con ella, entramos al estacionamiento y la subí a mi auto, abroché su cinturón mientras iba a la parte trasera y sacaba una camisa para cambiarme. 

Subí al asiento del conductor y arranqué el auto, conduje lo más rápido que pude hasta el hotel. Su mirada se encontraba perdida en la ventana sin emitir ni un solo sonido. Tomé su mano para ayudarla a caminar al interior, su celular sonó un par de veces seguidas pero ella lo ignoró por completo. 

Entramos a mi habitación y se dejó caer en el sillón mientras yo fui a buscarle un poco de agua, cuando le tendí el vaso tomó como si su vida dependiera de eso. Pasaron unos segundos antes de que se pusiera de pie corriendo y se metiera al baño. 

Corrí detrás de ella cuando metió su cabeza en el inodoro y empezó a vomitar, tomé su cabello y la sostuve mientras expulsaba su bilis. 

-Está bien- Dije mientras sus lágrimas salieron sin aviso seguido de sus sollozos, acaricié su espalda mientras se dejaba caer en el suelo llorando- Déjalo salir. 

Abracé su cuerpo al mío mientras lloraba desconsoladamente, no tenía idea de que decirle o como decírselo y temía que mis palabras la hirieran más de lo que ya estaba. 

Escuchar su llanto se convirtió en un elemento tortuoso para mi ¿Cómo alguien podía ser capaz de dañarla? ¿Cómo Lewis se atrevió a hacerle daño? Se lo dije, joder.

Vaya que se lo dije varias veces "Eres afortunado de tenerla, no la jodas" Una tarea sencilla. Estaba tan enojado con él, pero mil veces más enojado conmigo mismo por no haber hecho algo para evitar su dolor, por no ser suficiente para que ella abandone su tristeza.