Muffliato 𝑫.𝑴. -Traducción.

41- FIEBRE.

ALORA LIN.

Tosí en la parte interna del codo, arrugando las sábanas mientras me las subía hasta la barbilla. Había estado acostado en cama todo el día, tratando de recuperarme de la fiebre.

Había subestimado el frío del clima de enero cuando fui a Hogsmeade con Padma el fin de semana pasado. Sufrí las consecuencias de no llevar un abrigo lo suficientemente grueso cuando me desperté esta mañana con dolor de garganta y fiebre muy alta.

Como era lunes, me había perdido todas mis clases, lo que significaba que tendría que encontrar tiempo en mi agitada agenda para recuperar el trabajo que había perdido durante Pociones Dobles.

Estaba a punto de cerrar los ojos y tomar mi quinta siesta del día cuando sonó un golpe en mi ventana de vidrio.

Gemí mientras estiraba el brazo y alcanzaba la varita en mi mesita de noche. Apuntando a la ventana, le di un movimiento rápido, haciendo que la ventana se desbloqueara y se abriera.

"Gracias, cariño", declaró Draco mientras entraba por la ventana.

Después de arrojar su escoba sobre mi sofá y cerrar la ventana detrás de él, corrió hacia mi cama y se arrojó encima de mí.

Todo el aire salió de mis pulmones; Sentí que no podía respirar mientras él ponía todo su peso sobre mí.

"Te extrañé mucho", murmuró Draco, hundiendo su rostro en la parte de la almohada al lado de mi cabeza.

"D-Draco... me estás aplastando", apenas dije.

"Lo siento", se sonrojó mientras se empujaba fuera de mí, permitiéndome finalmente tomar un respiro muy necesario. "Oh, no, amor", frunció el ceño mientras se recostaba de costado, frente a mí. "Te estás quemando." Draco colocó el dorso de su mano contra mi frente. Tenía los labios entreabiertos y la preocupación estaba grabada en su rostro.

"Estoy bien, Draco", sonreí, alejando su mano de mi cara. "Es sólo fiebre".

Draco me lanzó una mirada que decía que no estaba convencido antes de continuar: "Quería llevarte un poco de sopa caliente del Gran Comedor, pero no sabía cómo transportarla sin derramarla encima".

Me reí, mirándolo nerviosamente rascarse la nuca.

"Eso es muy dulce de tu parte", comenté, mirándolo a los ojos. "Pero estaré bien. Estoy segura de que la fiebre desaparecerá por la mañana".

"¡Oh! Te compré esto", exclamó Draco, metiendo la mano en el bolsillo de sus pantalones deportivos y sacando una rana de chocolate derretida. "Um... lo-lo siento, se supone que no debe verse así", su risa salió un poco más aguda de lo normal mientras colocaba la rana de chocolate deformada en mi mesita de noche.

Me reí, mirando sus rasgos esculpidos y tomando su mejilla en mi mano, "Gracias".

"¿Por qué?" sonrió, apoyando su antebrazo sobre mi cabeza mientras acurrucaba su cuerpo más cerca del mío.

"Por ser el mejor novio que podría haber pedido".

"Oh, ya basta", Draco batió las pestañas y miró hacia otro lado mientras pretendía ponerse todo tímido. Me reí, inclinándome ligeramente para besar su mejilla antes de acariciar mi cara contra su hombro. "¿Cómo estuvo su día?" preguntó, tomando una de mis manos entre las suyas y jugando con mis dedos. Mantuvo sus ojos en el anillo que me había regalado en Nochevieja y lo hizo girar.

"Aburrido", dije. "Lo más emocionante probablemente fue cuando Roger vino a dejarme todas las tareas que me perdí".

"Entiendo.." Draco soltó mis dedos de su agarre. "¿No es un chico?"