𝑨𝒏𝒈𝒔𝒕𝒓𝒖𝒂𝒓𝒚 2024꧁️☠️

Día 8: Celos

⚠️AnuSeth/SethAnu
⚠️Toques no consensuales.
⚠️Precuela del fic "Traición" que está en esta cuenta tambien, sin embargo, no es necesario leerlo.

Todas las luces están apagadas, la oscuridad gobierna el interior de su hogar, lo cual es un gran alivio.

Si no hay luces prendidas, es que los ocupantes de la vivienda han de estar dormidos, lo que implica que no habrá nadie para regañarlo o recibirlo. Eso es algo bueno, pues aunque en el pasado la mera idea de llegar tan tarde le resultaba amarga, hoy en día, luego de todo lo que ocurrió, era una gran bendición.

Llegar tarde implica que no tiene que oír los llantos de su madre, ni ver su mirada perdida, o como simplemente se aleja de la realidad. Tampoco tiene que ver a su padre explotar de furia, o bebiendo o fumando o tomándose quién sabe qué.

No, llegar tarde, con el cobijo de la noche es un gran alivio y solo trae cosas positivas incluso cuando se siente tan...muerto por dentro.

Niega con la cabeza ante ese pensamiento, intentando alejarlo de su mente, a la par que entra a la casa de puntillas, mirando a sus alrededores solo para asegurarse de que no haya nadie.

Afortunadamente el lugar parece vacío, lo que implica que quizás sus padres no estén dormidos, sino que simplemente salieron y la mera idea de estar solo llena por completo de calma su ser.

Odiaba estar solo anteriormente, ahora no puede más que agradecer esos preciosos momentos.

Suspira mientras deja su mochila a un lado, moviendo su cabeza de lado a lado junto a sus hombros para descontracturarse un poco. Ha tenido un día verdaderamente pesado con el último proyecto antes de su graduación, y aunque las bromas de su mejor amigo Upuaut sirvieron para aligerar el tenso ambiente, también provocaron que su grupo y él se retrasaran un poco, lo que a su vez hizo que llegara tan tarde a la casa.

Prácticamente deben de ser la medianoche, aunque no lo sabe, no ha visto su teléfono en la última hora.

—¿Dónde demonios estabas?—La voz de su padre lo hace saltar como un conejo. Sus ojos se abren como los de un ciervo iluminado por un faro y de repente la luz se enciende, revelando la figura de su progenitor, Seth.—Son más de las diez, Anubis, ¿dónde diablos estabas?—el hombre de cabellos rojos se acerca a él y de inmediato da unos pasos hacia atrás, esperando ver la figura femenina de su progenitora para al menos tener algo a lo que aferrarse.

Ella no está por ningún lado.

Traga el nudo en su garganta mientras mira con pánico al alfa que no tiene miedo de liberar sus feromonas que lo hacen temblar. Trata de pensar en algo coherente cuando manos con garras filosas aprietan sus hombros, haciéndole jadear por el pequeño ardor.

No se atreve a mirar a Seth.

—Es-Estaba...—tartamudea por el miedo.— con unos amigos, estaba haciendo tarea.— Los ojos rojos ajenos brillan de una manera que le dice que no le está creyendo mucho lo que está diciendo y se siente un poco ofendido por ello.

Él siempre ha sido un buen hijo, nunca ha dado motivos para desconfiar ¿por qué duda de su palabra ahora?

—No me mientas, Anubis Savant. Te fuiste de aquí a las cinco y volviste a las doce ¡¿Qué clase de tarea lleva tantas horas cuándo aun no entras ni a la universidad, mocoso?!—aprieta sus manos cuando oye el grito. No sabe que decir, solo sabe que tiene miedo. —¡Respóndeme Anubis!

—¡Es el proyecto de la clase ambiental! ¡El último antes de la graduación! ¡Tardamos mucho por eso!— se apresura a responder con la verdad y nada más que la verdad. Sabe que aun así, su padre no le cree y lo comprueba cuando este comienza a olfatearlo.