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—Buenos días —saludé al salir de la habitación. Vi que Adryen y Porter ocupaban la mesa del comedor.
—Buen día —respondieron al unísono—, ¿cómo dormiste? —añadió Porter.
—Bien, gracias —me colgué el bolso sobre el hombro—. Debo irme al trabajo, tengan buen día.
—Ve con cuidado —pronunció Adryen con seriedad.
—Si, papi.
Vi como se atragantó y tosía con un rubor en sus mejillas, Porter soltó una risa y negué con diversión.
Caminé hacia la puerta con calma, revisando los bolsillos de mi chaqueta para rectificar que llevo el celular y la cartera. Detuve mis pasos y revisé mi bolso cuando no sentí el celular. Giré sobre mi eje y corrí a la habitación, bufé al ver el aparato sobre la cama. Me acerqué y lo tomé para revisar la batería.
Carga completa.
Revisé mi bolso, asegurándome de llevar la carta de respuesta para Connor. Estaba saliendo mucho antes para pasar a la oficina de correos y dejar mi carta. Habían pasado ya tres días desde que Connor me escribió, seguramente mi respuesta le llegara en dos días más.
Estaba por salir de la habitación, pero Adryen Moretti se interpuso. Tragué saliva ante su intensa mirada y sonreí con nervios.
—¿Qué...pasa?
—¿El término de «espacio personal» también involucra no besos?
Abrí la boca para replicar, pero, la cerré de inmediato.
—Eres mi novia. Sé que estamos experimentando con esto, pero, cualquier tipo de relación se basa en la convivencia, la comunicación y el afecto —dijo y tomó una pausa sin dejar de verme—. Cómo piensas que tengamos autocontrol si con solo verte queremos entregarte toda nuestra atención.
—Yo... —dejé de verlo cuando apareció Porter apoyándose sobre el marco de la puerta.
—Venga, Noresther —susurró el pelinegro—. Déjanos tratarte como lo mereces, ¿qué no ves lo mucho que nos interesas?
—Pero ustedes...me confunden —espeté con vergüenza, evadiendo sus miradas—. O quizá yo sola me hago ideas, aunque, también he dicho que no quiero nada serio, pero, debemos tener muy en claro los límites de los términos para evitar...salir heridos.
—No me importa si salgo herido —gruñó Adryen—, solo me importa el ahora. Me importa tenerte y no me siento cómodo si me limitas.
—Yo tampoco —murmuró Porter con seriedad—. Quiero abrazarte en público, tomar tu mano, caminar contigo. ¿Eso también está prohibido?
—No dije que estuvieran prohibidas esas cosas —apoyé mis manos sobre mis caderas—, solo me refería a que también necesitaba espacio personal. Espacio para hacer mis cosas y pensar. Supongo que ustedes también necesitan a veces de esos tiempos de soledad para reflexionar.
—¿Entonces...?
—Están permitidos los besos, abrazos, caricias y el sexo —aclaré con recelo—, creo que es muy obvio cuando alguien necesita su espacio personal. Ambas cosas no tienen nada que ver.
—Parece que puedes vivir sin nosotros —Porter llevó una mano a su pecho, fingiendo indignación.
—Claro que puedo —solté con burla, mirándolos con arrogancia—, más bien parece que ustedes no pueden vivir sin mí.
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Carta de amor con IA. ©
RomanceSeline es una chica cuyo enfoque se encuentra en sus planes de vida que es convertirse en una reconocida y popular escritora de romance. Entre sus sueños y su realidad, hay una delgada línea que vuelven imposible su libro de amor verdadero...y es qu...