Capítulo 24: Lejos del destino.

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Actualidad.
SELINE.

Han pasado seis meses después de que recibí el último mensaje de Connor, le había escrito mensajes y cartas, pero ninguna tuvo respuesta. Las llamadas iban directo a buzón y me asustaba que le hubiera pasado algo.

Adryen siempre me dice que él está bien, pero, no lo noto muy seguro. Sé que algo pasó cuando viajó a Italia por el cumpleaños de Connor pero no quiere decirme. Tampoco voy a obligarlo a hacerlo.

Porter también ha estado raro.

Compartimos tiempo juntos pero no como los primeros días de la relación. Tenemos sexo de vez en cuando, salimos a comer o vamos al cine. Adryen se une cada que puede y salimos los tres al parque o nos quedamos en el departamento viendo películas.

La relación sigue sus términos estipulados.

No sentimientos. Salimos para distraernos, olvidar el estrés y relajarnos. Nos divertimos y solo eso. No amor ni formalidades.

Todos los días me recalco que ellos solo son pasajeros.

—¿Qué tanto piensas?

Dejé de mirar el plato para mirarlo, sus ojos grises estaban fijos en mí.

—Estoy preocupada por Connor —susurré y su expresión se tornó seria—. Ya ha pasado mucho tiempo desde que se fue al reformatorio, ¿no crees?

Asintió.

—Solo mi padre sabe cuándo sale —respondió con indiferencia y tomó su copa para beber un sorbo del vino—. No te preocupes por eso.

Imposible. Hay algo que me inquieta.

—¿No prefieres ir a casa? —cuestionó con tono suave y reí.

—Apenas llegamos —repliqué con un puchero y sonrió.

—Tienes razón.

Tomó su pañuelo y limpió mi mentón con una mirada indescifrable. Me ruboricé ante su expresión. Es distinta a la habitual.

—Yo quiero decirte... —su celular sonó, interrumpiendo sus palabras. Bufó y alejó su mano de mi rostro, dejó el pañuelo y sacó el celular de su abrigo. Su rostro expresó confusión y respondió la llamada—. Hola abuela, ¿cómo estás?

Mi ilusión por saber sobre Connor se encendió de inmediato.

—¿Qué? —espetó el castaño con asombro—, ¿cómo que escapó?

Se puso de pie e imité su acción. ¡¿Connor escapó?!

—Bien, iré para allá. Si, no te preocupes. Le avisaré a mi padre —respondió de prisa, tomé mis pertenencias y salimos del restaurante con rapidez. Él ya había pagado—. Maldita sea —maldijo entre dientes, caminando a mi lado con la vista fija en el celular.

—¿Hace cuánto escapó?

—Dos días —abrí los ojos con sorpresa—, dos putos días y el reformatorio no dió aviso.

Vi que llevó el celular a su oído.

—Padre...

Connor Moretti escapó del reformatorio después de seis meses. Si sus abuelos no saben nada de él, significa que huyó de todos. Él ha decidido desaparecer de la vista de los Moretti y...de mí.

¿Qué habrá pasado con él todo ese tiempo?, ¿qué le hizo daño?

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Carta de amor con IA. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora