ANCLA | Millones de veces me repetí que estaría sola, condenada a cuidar a mi padre y a mis hermanos
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Nadie dijo que una ojos verdes y mi conexión, me darian la libertad para poder decidir
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Cuando no se ha sabido vivir, menos aún puede saberse morir.
—Joseph Sanial-Dubay
⚠️Advertencia: Mención de temas delicados como lo es el suicidio. Leer con precaución⚠️
Después de salir de la enfermería casi corrí hacia mi habitación especial a encerrarme. Cerré la puerta dando un portazo. No estaba de humor y al parecer el medicamento que Grace me había dado no estaba funcionando del todo. Lo sentimientos se estaba acumulando en mi pecho y sentía que iba a estallar en cualquier momento.
No podía evitar pensar en las palabras que Ben había usado contra mí sobre Ethan. Sobre su muerte. Me sentí tan expuesta y humillada, tan vulnerable. El enojo volvió a subir por mi garganta y lágrimas cálidas comenzaban a bajar por mis mejillas. Ese chico me tenía cansada.
Me sentí sofocada. El aire no alcanzaba a llegar a mis pulmones y eso solo haría que mi cuerpo pronto comenzara a pedir ayuda a gritos. No sentía mis poderes por ningún lado y agradecí internamente que no me molestaran durante mis ataques.
Tomé unos de los cuadros más cercanos y lo lancé al otro lado de la habitación. Se destrozó por completo, el estruendo me ayudó a tomar una bocada de aire. Lancé el siguiente y el siguiente, hasta que me detuve a observar el que había tomado.
» Era de Ethan. Sonriendo.
Me detuve. Sentándome en la cama observe la pintura que había hecho hace mucho tiempo, cuando apenas nos estábamos conociendo como amigos. Habíamos ido a comer un poco de helado y nos sentamos en una plaza llena de niños.
Hablamos sobre nuestra infancia. Nuestros sueños de niños y como esperábamos dejar huella en el mundo. Aunque Ethan solo pudo dejar huella en mí, dentro de mi corazón. Lo abracé fuertemente, como si estuviera ahí conmigo susurrándome que necesitaba calmarme.
Eso me llevó a llorar profundamente. A sentirme culpable que de él no tuviera una vida larga, tal como lo deseaba. Me sentía la peor persona del mundo y pensé en simplemente desaparecer. ¿Por qué tenía cargar con todo esto? Una familia a la que no le importaba, un mundo que apenas me conocía y muchos me catalogaban con un monstruo.