22 Violencia.

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Kurt jamás había visto tanta mugre en su departamento como aquella mañana en la que despertó. Era un domingo y no tenías clases de medicina a las que asistir, eran alrededor de las 11 de la mañana.

La cabeza de Kurt martillaba constantemente, y se dirigió al baño a vomitar, abrio la tapa del inodoro solo con para encontrarse por un repulsivo olor, porque alguien no había tirado de la cadena del excusado.

Así que bajo la pequeña palanca. La fiesta electronica de anoche estuvo mortal y no debio ingerir tantas drogas. Ni siquiera sabe que había tomado, pero ahora su cuerpo le pasa factura. ¿No bebió alcohol o si?

Volvió a vomitar y tiro de la palanca, necesitaba algo de agua, así que se dirigio hacia la cocina. En su camino vio papeles y ropa interior, abrio la heladera para sacar agua fría. Pórque Kurt adora tomar agua fría, adora como aquella bebida fresca pasa por cuerpo y la sensación que recorre su boca hasta llega a su estomago pero para su sorpresa no había agua, en realidad no había nada.

Un cartón de leche, y un limón junto con uno que otro aderezo. Porque a Kurt le gusta la comida condimentada. Saco el cartón de leche y al abrirlo, este lanzo un putrefacto olor a podrido. ¿Cuanto tiempo llevaba allí? Quiso tirarlo en el tacho de la basura pero estaba lleno.

En realidad, la mesada estaba llena, había cartones de comida, trastes sin lavar y hasta una cucaracha.

Jaime apareció en la habitación de la cocina, desnudo con su cuerpo todo trabajado y abrió la heladera. Chasqueo la lengua.

—No hay nada. —Dijo como sí fuera lo más obvio del mundo, aquella palabras molestaron a Kurt que aún tenía gusto a vomito en la boca.

Kurt seguía parado con la cabeza martillandole y su departamento era un asco. Él no recordaba jamás que estuviera así.

—Oye, ¿por que no limpias un poco? —Preguntó Kurt acercandose a la alacena para buscar un vaso y tomar agua del grifo. 

—No es mi trabajo. —Contestó sin más, sentadosé en una silla de la pequeña y decorativa mesa de la cocina. 

No había ningun vaso limpio. —Ya sé que no es tu trabajo, pero vivís aquí, puedes colaborar un poco y dejar de ser tan estupido. —Espetó de muy mala gana Kurt y cerro con más fuerza de la innecesaria la puerta de la alacena y se volteó a ver a Jaime. 

Es que las cosas se habían salido de control y al parecer no se había dado cuenta de cuando pasó y Kurt odia que las cosas salgan de su control. Él necesita mandar y controlar, es una necesidad insana, casi obsesiva.

—¿Por que no dejas de gritar como una perra y contratas a alguien? —Sugirió Jaime, levantadose de su asiento, la verdad es que el estaba cansado del comportamiento de Kurt.  Cuando lo conoció era fantástico, sobre todo porque quería una relación abierta  pero ahora se da cuenta un arrogante hijo de puta. Ultimamente, la relación de ambos se había vuelto un poco tosca y tensa, ya hubieron gritos donde Kurt le sacaba a cara a Jaime todo el dinero que tenía y lo trataba como quería. A veces y luego Kurt se disculpaba y le regalaba cosas caras, entonces Jaime se tranquilizaba y tenían un sexo violento, lejos de ser suave y con besos. Solo era aspero, casi vacio, lejano de las relaciones poliamorosas a las que estaba acostumbrado, donde había cariño.

Un puñetazo limpio impacto en el pomulo de Jaime, haciendo caer contra el suelo y golpeando su cabeza contra unas de las patas de la mesa. Jaime quedo completamente en shock, sorprendido porque era la primera vez que alguien lo lastimaba.

Kurt se agacho. —Perdón, perdón Jaime. No quise golpearte. —Dijo Kurt, arrepentido. La verdad es que no se arrepentía de golpearlo. Quería seguir haciendolo, molerlo tanto a golpes y hacerlo sangrar.

Jaime se metio mas debajo de la mesa, con la respiración acelerada, hecho bolita viendo a Kurt.

—No sé que me pasó... —Confesó Kurt pero Jaime seguía sin salir. —Ven. —Pidio nuevamente pero fue ignorado por Jaime. —¡Que vengas! —Pegó el grito y Jaime salio de la mesa.

Tomo el rostro de Jaime entre sus manos y miro el golpe. —Yo lo siento. —Dijo pero Jaime seguía sin mirarlo. —No se que me pasó. —Volvió a decir y Jaime lo miro con lagrimas apunto de salir de sus ojos. —Yo te amo. 

Kurt beso con suavidad los labios de Jaime, lentamente Jaime fue cediendo al agrio beso, Kurt lo tomo del cuello y luego del hombro. Lo agacho y Jaime se arodillo.

—Chupamela. —Espeto en una orden, haciendo contacto visual hasta que Jaime lo cortó para hacer lo ordenado. Comenzó a chupar el flacido pene de Kurt hasta que se puso duro.

Jaime seguía acostado en la cama, luego de haber tenido sexo, «sí es que se le podía decir sexo» a la forma tan salvaje en la que Kurt se enterraba en el, sin lubricación.

Lo había escuchado hablar por telefono, al parecer contrato a alguien para que hiciera la limpieza, y luego se fue.

No se quiso levantar para ver de quien se trataba, y luego Kurt abandono el departamento. Hasta el anochecer, cuando las personas habían dejado de limpiar, volvió todo sudado, al parecer se había ido a hacer ejercicios en una plaza cercana porque Kurt ama la atención, de la misma forma que Jaime.

Kurt abrio la puerta de la habitación y consigo traía una bandeja de comida con un globo rojo que decía "te amo" «¿pero lo hacía?» y un pequeño florero con una rosa.

 —Estas despierto. —Preguntó Kurt.

—Lo estoy. —Dijo Jaime, sentandose. 

La luz del sol comenzaba a marcharse y la noche comenzaba a aparecer.

—Estoy seguro que no comiste nada. —Kurt dejo la bandeja en las piernas de Jaime, era tocino con huevo y tomate. —Me iré a bañar. —Beso la frente de Jaime y se dirigio a buscar ropa para después del baño.

A la mañana siguiente, cuando Jacob se despertó, el costado de su cama estaba vació. Jaime se había marchado de su vida.

|| Wow... MUCHAS GRACIAS A TODAS LAS PERSONITAS QUE ME LEEN, FELIZ SABADOOOOOOOO. Nos vemos en la proxima actualización!!!




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