PRÓLOGO

951 54 0
                                    


-Bible

Mamá siempre me había dicho que todos teníamos un destino alguien que llegaría a nuestras vida para arreglarla o para ponerla de cabeza, alguien que sería perfecto para nosotros sin importar su pasado, a alguien que amarías hasta desfallecer; mi madre lo encontró, fue mi padre, un Alfa que respetaba y apoyaba a su Omega en todo momento.

Que durante años estuvieron juntos hasta el día de su muerte.

Yo Bible Wichapas Sumettikul quería encontrar a un Omega con el que pudiera sentir el mismo amor que mis padres tuvieron.

- Hijo sopla las velitas - miré a mi abuela y suspiré.

- Soy un adulto abuela, creo que ya no es necesario.

- Solo pide tu deseo y sopla. - insistió y yo bufé.

- ¿Pero que puedo pedir?

- Lo que tú quieras.

- Un Omega. - dijo en un tono burlón mi tía y yo solté un ligero gruñido.

Pero tal vez, ella tenía razón.

- ¡Bravo! - gritó mi abuela mientras aplaudía.

- ¿Qué deseaste? - preguntó mi abuelo.

- Vamos, no debes preguntar o no se hará realidad. - añadió mi abuela mirando a su esposo.

Miré a mis hermanos quienes miraban atentos sus teléfonos y suspiré.

¿Cuándo nos habíamos distanciado tanto?

- Ten cariño, tú tienes la primera rebanada. - dijo y yo sonreí.

Un destino; ese había sido mi deseo, conocer a mi destino si es que tenía uno y vivir felices por el resto de nuestras vidas.


-Build-

Sentía las lágrimas bajar por mi rostro, mi cabeza rezumaba llena de miedo, como todas las veces que él abusaba de mí, mi piernas intentaban golpearle pero él ya sabía bien como inmovilizarme y mi cuerpo no era nada comparado al suyo.

- Vamos Build, disfrutemos esto. - susurró mientras comenzaba a besar mi cuello para después levantarse dejándome tirado en la cama.

Giré mi rostro cuando lo vi comenzar a quitar sus pantalones, el sonido de su cinturón chocar con el piso zumbos en mis oídos como si lo tuviera a centímetros, sus manos se aferraron a mi pantalón y las tomé con miedo. Cosa que solo provoco que gruñera con fuerza intimidando a mi lobo y a mí.

En segundos estaba expuesto para él, sus manos recorrían mis piernas y mis muslos.

- Bien ¿A qué jugaremos hoy? - susurró mientras tocaba mi vientre.

- Oh ya sé.

Cerré los ojos, concentrándome en el sonido de la música, aquella que resonaba desde el piso de abajo e inundaba toda la casa, si lo hacía tal vez todo terminaría más rápido.

Sentí como la cama se hundía de un lado, escuchaba sus susurros y el sonido de metales chocar. Sabía lo que seguía, había "jugado a eso" conmigo muchas veces.

- Bien babiu... - tomó mi cuerpo el cual era simplemente un saco vacío.

Sentí nuevamente su tacto desabrochando mi camisa y tocando cada parte de mí, mi respiración era cortada y las náuseas subían y bajaban por mi garganta. Y mis manos fueron esposadas, como si no quisiera que le tocara, cosa que agradecía hasta cierto punto. Su juego comenzó, sentí sus dedos introducirse en mí, los sacaba y metía mientras sus gruñidos golpeaban mi nuca.

SÁLVAME DE MI INFIERNO - BIBLEBUILDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora