UN OMEGA MISERABLE

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-BOUN-

Sonreí mientras miraba a First y Prem jugar en su hora de recreo, mi salón de clases daba perfectamente hacia el jardín del preescolar por lo que lograba observar lo bien que se la pasaban los cachorros, Prem ahora podía jugar un poco más, aunque en realidad tanto First como sus nuevos amiguitos procuraban que él se mantuviera quieto para no dañar su piernita.

— ¿En serio es tu destino? – la voz de Nunew me sacó de mis pensamientos.

— ¿Te importa? – pregunté y él suspiró.

— Boun...

— Es un cachorro... - miré a Earth quien estaba en la banca de adelante.

— Sí, lo es... y no es culpa ni mía ni de él que lo seamos. – dije tomando mis cosas.

— Boun. – gruñí.

— Haré mi parte del proyecto, ustedes hagan la suya y al final las unimos. – Nunew puchereó y yo suspiré.

— Boun... - un gruñido escapó de mi boca cuando lo vi dar un paso hacia mí.

Hasta ahora o al menos hasta que lo descubrieron, ambos eran lo más parecido a mis mejores amigos, sí, un Alfa con dos amigos Omegas no era algo normal o más bien común ver, pero me agradaban; ahora todo estaba fracturado en nuestra amistad, me sentía culpable, claro que me sentía de esa forma, pero como lo había dicho no era culpa mía que el destino pusiera en mi camino a Prem y menos que fuese mi destino a pesar de la gran diferencia de edades.

Mientras bajaba las escaleras sentí como mi pecho vibraba para después sentir a Alfa gruñir con fuerza.

~Prem...

No sé en qué momento yo ya corría hacia el patio trasero de la escuela ni en qué momento salté la valla para llegar al jardín del preescolar donde los pequeños quienes me vieron salieron corriendo mientras yo solo podía escuchar el llanto de Prem.

— Prem... - First y sus amiguitos quienes intentaban reconfortar a mi cachorro me miraron.

— Phi... - las lágrimas de Prem eran constantes y no pararon hasta que me miró.

Sus bracitos se estiraron hacia mí y yo sin dudarlo le tomé sintiendo como su naricita se tallaba en mi cuello.

— Está bien, ya pasó... - dije arrullándolo para después mirar a First quien mordía la manga de su suéter, estiré mi brazo hacia el pequeño castaño quien sin dudarlo se trepó también a mí.

Ambos solo eran un par de cachorro que necesitaban ser protegidos, su inocencia seguía intacta y así sería, disfrutarían de esta, y yo me encargaría de que fuesen felices.

Sin importar lo que la gente ajena opinara.



-BUILD-

Miraba la pantalla de mi teléfono la cual ahora estaba completamente rota, había sido tan descuidado y estaba seguro que Bible se molestaría mucho cuando lo viera.

— Está bien hijo, cuando regresen los chicos les diremos que lo lleven a arreglar. – dijo la abuela mirándome desde la isla de la cocina.

— Fui un tonto... - me reprimí y escuché un gruñido.

— El único tonto fue Sam, cómo se le ocurre asustarte de esa forma en el súper... - suspiré y volví a mirar mi teléfono.

— No fue su culpa, él... - suspiré – él no sabe lo que esa palabra significa para mí... - La abuela caminó hasta donde yo me encontraba sentado y acarició mi rostro con esa ternura que solo una madre puede.

SÁLVAME DE MI INFIERNO - BIBLEBUILDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora