Observé su cuerpo relajado, su pecho subir y bajar con la suavidad que tanto caracterizaba todo lo que hacía. Llevaba aproximadamente una hora inconsciente aunque la sanadora me deleitó con la noticia de que solo era fatiga, el shock del golpe en la espalda que probablemente lo había desorientado algo más de la cuenta, y que no se había roto ni fracturado nada.
Desde que lo habían sentado en aquella camilla no me había levantado del sillón ni había dejado de mirarle. Entablé un debate interno bastante conmovedor acerca de qué versión de mi misma era capaz y desde cuándo de quedarse tanto tiempo ver dormir a una persona pero me importaba una mierda. Ni con las mejores noticias del mundo respecto de su salud me iba a quedar tranquila hasta que lo viera despertar y no quería perderme nada del momento en que lo hiciera.
Llevaba tanto tiempo rascando el cuero del sillón de manera nerviosa y perdida en el silencio de la habitación que había encontrado mucho interés en que todavía no se hubiera roto. Ni siquiera parecía rasgado, no después del esmero que puse en hacerle a aquel sillón lo que en cualquier caso hubiera hecho con mi propia piel. Tenía ganas de gritarle por haber puesto la espalda por mí. La zorra imbécil de Sage Hoffman le había acusado horas antes de estar cuidando de ella solo por sexo. O Shoto Todoroki estaba enfermo y era capaz de dar su vida por un polvo, o yo era una completa cretina. Le estaba poniendo las cosas realmente fáciles para mandarme a la mierda, pero cada vez que soltaba una de mis joyas, él se reía y me miraba con ojos de amor.
La sanadora de la Yuei me había dejado muy claro que tenía que revisar mis hematomas con frecuencia. Me había negado a que me los curase a mí primero, evidentemente, y cuando había terminado de aliviar los de Shoto le había dicho que no me dolían y que ya me los miraría más tarde. Al cabo de un rato cuando ella se fue, empezaron a oscurecerse más todavía, a enfriar, y apenas podía mover los brazos sin tener la sensación de que se me iban a caer, pero era el menor de mis problemas cuando lo único que tenía que hacer era quedarme sentada y esperar a que Todoroki abriera los ojos. Después, me preocuparía por mi salud tanto como me lo pidieran.
Las agujas de reloj hacían demasiado ruido para mi gusto. Cuando el silencio solo lo llena el tiempo y te da pánico pasar el tiempo en silencio, empiezas a subir y bajar la rodilla de manera frenética, a rascarte la cabeza. Incluso llegas a pensar que en ese tramo de pocos minutos has desarrollado alguna patología. Me dije que era curioso lo imprescindible que se había vuelto el sonido para que un ser humano no se volviera loco y decidí que estaba divagando demasiado. Sabía que necesitaba un paseo y que los nervios me estaban jugando una mala pasada, pero no quería levantarme. No cuando él despertaría en cualquier momento.
Bakugo se asomó a la habitación.
—¿Ha despertado ya? —preguntó, casi en un susurro. Negué con la cabeza, cubriéndome la boca con una mano fingiendo el mayor control que pude, pero me salió mal.— La sanadora ya te ha dicho que está bien, no tienes que preocuparte.
—Esto es culpa mía —escupí. No me di cuenta de que me sentía así hasta que escuché mis propias palabras, y tuve ganas de llorar.
—Eso es una gilipollez. He visto el informe y si sigue vivo es gracias a tí.
—Nada le habría atacado si supiera comportarme. Estoy tan acostumbrada a poner mi vida en peligro que se me ha olvidado que ya no se trata solo de mí.
Katsuki guardó silencio y eso me confirmó que no podía negármelo. Al fin y al cabo, cualquier persona en su sano juicio iba perdiendo ya la cuenta de la cantidad de problemas de los que me había sacado Todoroki. De todos modos, el macho de pelo crema no se conformó con escuchar cómo me tiraba piedras encima. Se cruzó de brazos, su cuerpo ya completamente colocado en el interior de la habitación pero sin alejarse de masiado de la puerta. Las piernas ligeramente abiertas. No entendía por qué los hombres tenían que ponerse de pie así.
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FIRELIGHT {shoto todoroki}
Fanfictiontw: sexo y violencia explícitos. Sage Hoffman tiene un oscuro pasado que ocultar pero muy pocas razones para seguir luchando. Cuando la policía la alerta de que los mismos villanos que orquestaron la muerte de su mejor amiga están operando en la Isl...