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Los pasillos de la Yuei estaban en completo silencio porque sabían que aquel día no estarían solos. La mayoría de los estudiantes se habían reunido en las habitaciones cuya decoración había dejado más metros útiles, ni siquiera se habían atrevido a usar la sala común. Kyoka ahogó un grito cuando pudo escuchar la puerta a lo lejos y supo que Shoto entraba con su nueva compañera.

La habitación de Sage estaba en la segunda planta, un relativo descanso de las escaleras eternas en su apartamento anterior. Shoto la guió en silencio, sosteniendo la calidez bajo sus ojos sin derramar una sola lágrima. Desde las palabras afiladas, cortantes que la hembra le había dirigido en el apartamento había perdido por completo la voluntad de intentarlo. Sage, en cambio, lidiaba con su dolor de una manera particular pero predecible; se preguntaba si eso bastaría para conseguir que se alejara de ella.

En la segunda planta a la derecha, final del pasillo, Shoto señaló la puerta, y dijo:

—Esta es tu...

Y no pudo decir nada más, porque la puerta se cerró.

Y el silencio se volvió total. No solo a su alrededor, ni en el interior del dormitorio, ni siquiera en el pasillo. El silencio fue total y absoluto en su entorno físico, pero su cabeza estaba llena de ruido. Algo le dolía en el pecho, una fibra enferma que alguien había roto, el hilo que a duras penas solía mantenerse firme, un poco más cerca de partirse del todo. Respiró hondo, acompañado por el aire frío del pasillo y la sensación de que le esperaban unos días difíciles.

Pasó por su habitación con la única intención de tranquilizarse. Aquel era uno de los inconvenientes de haber cambiado su forma de pensar, de haber pasado de vivir cabreado con el mundo, con su padre, con todos los que le habían dejado vía libre a Enji para hacer todo lo que había hecho, y empezar a verlo como su propio camino. Deku le había hecho un favor y eso era algo que nunca pondría en duda, pero ya ni siquiera era capaz de enfadarse con Sage por lo que le había dicho. En su lugar, sentía dolor. Era la primera vez que alguien le hacía daño de esa forma, pensó.

"El niño mimado de Endeavor".

Si ella supiera. Ojalá ella lo supiera. Que no eran tan diferentes y que él lo había sabido desde el principio. Que había visto en aquella mirada feroz a una mujer decidida a luchar y que la admiraba por ello, porque él se había dejado llevar durante mucho tiempo estando mucho menos solo. Ojalá ella supiera que sin conocerse de nada y todavía con todo para contarse, Shoto ya sabía que eran dos caras de una misma moneda.

Respiró hondo varias veces recostado contra la pared. Observó su alrededor, una recreación pormenorizada de su casa, la tranquilidad de un hogar sin el caos de un hogar. Hasta entonces, claro. El ajetreo de sus compañeros había sido el menor de sus problemas, una ligera imperfección en la perfecta idea de vivir en una residencia de estudiantes. Pero ahora se le había acabado la paz, al menos hasta que Hoffman terminara de investigar.

Y, después, ¿qué? ¿Qué iba a hacer después?

Decidió que estaba preparado para afrontar una vez más el mundo, que desde una hora muy temprana había sido duro con él. Estaba enfadado, por fin. Había terminado de sentir el golpe y ahora, con su interior todavía revuelto, estaba enfadado, pero solo porque sabía que tenía que estarlo. Ni siquiera era una emoción demasiado fuerte, porque Shoto y las emociones fuertes solo se encontraban cada año bisiesto. Aunque durante aquella semana ya había sentido dolor dos veces, y miedo una. Dolor en el edificio del torneo de la Isla I y en el apartamento de Sage. Miedo cuando vio a cierta hembra, con un vestido que le quedaba de escándalo, colgando de las manos de cierto villano de cabellera pelirroja, a un paso de la vida y a un paso de la muerte.

Sacudió la cabeza. Se incorporó al pasillo y se frotó un solo ojo.

La sala común ya empezaba a moverse un poco. Kyoka leía una revista en una esquina del sofá mientras Denki, Enjiro y Mineta veían un progama de televisión. Tenya daba vueltas detrás de los sillones, Deku y Bakugo estaban cada uno a lo suyo.

FIRELIGHT {shoto todoroki}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora