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Querido Lorenzo de la corte melgar:

Hoy día mis papás tenían reunión con mi abuela Cusco (me sigo confundiendo si decirle tía o abuela o mami cusco)

Y como era una reunión en general, mi tía Libertad no estaba disponible ni mi tío Madre de Dios, ni mi tío Piura, ni nadie.

Así que le dije a mi papi Lima que no se preocupara que yo me sabía cuidar bien solito.

Y como mi papá Lima me quiere un montón, tomo la decisión adecuada...

Me dejo con el señor Perú...

He de admitir que da muchísimo miedo, no era del típico abuelo que te ofrece una tacita de café o algo así, no.

Solo había una regla en la casa del señor Perú, por palabras de mi papá Lima.

Era no hacer ningún ruido.

Que bueno que había llevado mi cuaderno de dibujos, porque solo me dejaba estar sentado.

Cuando llegue a su casa, el que nos recibió no fue el señor Perú, fue el señor México, el cual he de admitir, no sabía que tenía vello en el pecho.

Se puso nervioso y agarro su camiseta, ya que mi papá Lima me tapo los ojos, ni que estuviera completamente desnudo, papa.

Me dejaron y pues que se fue mi papá.

El señor México es buena onda a comparación del señor Perú. 

Le pregunté al señor México, donde estaba el señor Perú, y me explico que estaba en su baño dándose un baño, él también se iba a bañar en el baño de invitados, pero al final tuvo que abrir la puerta para recibirme.

Yo solo le creí por el momento, después de un rato llego el señor Perú y tuve que saludarlo peor que militar.

Aunque no le intereso mi estadía en su casa. 

Es más me ignoro.

Lo cual el señor México se acercó a él y tipo algo que ni lo entendí, solo vi como el señor Perú miraba bien molesto al señor México.

Se me acerco y me extendió una manzana.

Le agradecí y recibí la manzana porque me daba miedo su cara, al final no me lo comí porque tenía miedo que estuviese envenenada.

En fin, estuve más jugando con el señor México pasando la tarde, aunque el señor México quería que el señor Perú nos acompañara en sus juegos.

Este siempre se negaba y se largaba a su oficina.

Lo cual me hacía culpable, porque sentía que estaba molesto, quizás por el simple hecho de que mi papá elegido a mi otro papa por mi culpa.

Supongo que la vida no siempre te dará limones.

Y como dije, llego la noche y al parecer mis papás le dijeron que me iba a quedar a dormir con el señor Perú porque resulta que la reunión se había extendido para las 11 de la noche.

Y pues normal.

Al final del día hice un dibujo para el señor México y para el señor Perú, como un recuerdo o como agradecimiento por hacerme quedarme en su casa.

No están lindo, pero algo es algo ¿no?

Me fui a dormir temprano y no recuerdo que más paso, solo sé que alguien se acercó y me dio un abrazo fuerte.

Solo sé que esos brazos no eran del señor México y ninguno de mis papás...

Solo sé que esos brazos no eran del señor México y ninguno de mis papás

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Diario de Cerro de Pasco -StatehumansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora