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Querido Lorenzo de la corte melgar:

Sinceramente, extrañaba mucho la naturaleza y los días tan tranquilos.

Esos días que no te despierta ni el perro de la vecina ni el borracho con su dizque canciones para su enamorada.

(Parecía que cantaba un gallo con problema a la tiroides)

Como sea, hoy fue un buen día, y con respecto a mi papá Arequipa, pues amaneció mejor que ayer.

Aunque me dio risa que sus mejillas se hayan puesto rojas apenas y se haya levantado. Mi tía Libertad solo se burló de él, mientras que mi otro papá le estaba repartiendo besos, PUAJ YA MUCHOS BESOS ¡QUÉ ASCO!

Como sea, mi tía Oaxaca nos fuimos al pueblo más cercano para hacer las compras, mientras que mis papás y mi tía Libertad se quedaron en casa haciendo el almuerzo, al parecer por lo que dijo mi tía será algo delicioso.

_ ¡Ya llegamos, amor! _ exclamo mi tía Oaxaca sonriendo como si nada.

_ ¡Oaxaca! ¡¿Por qué Cerro de Pasco tiene todas las bolsas de compras y tú apenas tienes algunas?! _ exclamo mi tía Libertad, algo molesta señalándome mientras yo caía rendido al suelo con las bolsas, mi papá Lima fue a socorrerme muy preocupado.

_ Ah, es que me dijo que él podía y pues como se ofreció a llevarlo _ se excusó mi tía Oaxaca.

Mentiras, MENTIRAS!", solo podía decir en mi cabeza porque no podía gritar, ya que estaba muy exhausto, caminar cuesta arriba es bien cansado, Dios mío.

_ Pero bueno, prepare algo exquisito, así que dejen sus cosas aun lado y vayan a lavarse las manos _ dijo mi tía Libertad con una sonrisa en sus labios.

A decir verdad, el aire tenía un olor delicioso, haciendo que el dolor de los brazos se desvanecieran, ay qué rico.

Nos fuimos a lavarnos las manos y nos sentamos para que nos sirvan la comida.

_ Por cierto, amor, ¿Si le diste de comer a Panchito? _ pregunto mi tía Oaxaca sonriendo buscando con la mirada a alguien.

_ ¿Panchito? _ pregunté confundido 

_ Es mi cuyo mascota, o como dicen ustedes cuy _ respondió mi tía Oaxaca sonriendo, note que mi papá Lima se puso nervioso ante el mencionado cuy _ y bien amor, ¿si le diste de comer a Panchito?

_ De hecho, amor _ dijo mi tía La Libertad algo nerviosa mientras servía la comida y podía ver la cabeza de un cuy.

_ ...¡PANCHITO! ¡¿CÓMO PUDISTE?! ¡BRUJA!

_ ¿Por qué tanto ruido? _ justo en ese momento mi papá Arequipa entro a la casa junto con un cuy de pelaje marrón con blanco, algo confundidos.

_ ¡Mi Panchito! _ exclamo Oaxaca levantándose y le quito el cuy a mi papá para abrazarlo _ mi lindo bebe, ¿Estás bien? ¿El negro feo no te hizo nada malo?

_ No soy tan negro _ dijo mi papá Arequipa haciendo un puchero.

_ Te iba a decir, amor, que Panchito se fue al pueblo para que el señor Gonzales le diera su vacuna anual _ explico mi tía Libertad sirviendo la comida a cada uno.

_ ¿Entonces quién es este? _ pregunte confundido mientras señalaba la cabeza del cuy ya muerto.

_ El primo de pancho.

_ ¡¿EL PRIMO DE PANCHO?! _ exclamo Oaxaca asustada tapándole los oídos del cuy como si entendiera.

La Libertad lo miro con cara de en serio y mientras mi papá Lima y yo comíamos tranquilos el cuy muerto.

Quizás en vida haya sido el primo de panchito, pero en mi pancita fue un gran aperitivo.

Siempre estarás en mi estómago primo de panchito.

Amén.

Diario de Cerro de Pasco -StatehumansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora