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Querido Lorenzo de la corte melgar:

Me entraron las ganas de tener un nuevo hermanito o hermanita.

¿Por qué? No sé, me entraron las ganas de tener a un nuevo recluta para nuestra familia.

(En realidad, si sé, ayer en la noche no podía dormir y escuche a mi papá Lima llorar mientras abrazaba a mi papá Arequipa, al parecer había soñado que tenía una niña, pero que después de despertar se sintió más vacío que nunca... Asi que ya me harte de esta injusticia)

Además, es aburrido estar callado la casa.

No sé, pero ni modo, no se puede por varias razones.

Estoy pensando... hablar con el señor Perú para que cambie de actitud y me ayude de paso a ser hermano mayor.

La cosa es que es complicado porque mañana en la noche el señor México se irá a su país.

Sí, se quedó más de dos semanas en la casa del señor Perú y ya se tiene que retirar qué feo...

Bueno por el momento estoy dispuesto a ir hoy día a la casa del señor Perú para hablar

(Y de paso que si el señor Perú me llegase a pegar o gritar me defienda el señor México).

Y a medida que ando escribiendo estoy ando en el micro para poder ir a su casa, espero y no perderme, al menos me aprendí que calles eran.

Al final llegue a su casa, después de perderme entre las calles de la ciudad, trague seco y toque su puerta, México abrió la puerta y me miro confundido al estar yo solito.

No respondí ante sus preguntas y entre rápidamente a la casa de Perú, empujándolo sin querer.

Le llamé gritando: "¡Señor Perú!, ¡Señor Perú!"

Inicio del flash Black...

_ Niño, no es necesario que grites, en especial si estás en mi casa _ hablo el señor Perú bajando por las escaleras, todo serio y caminando lentamente hacia mi _ ¿Qué haces aquí?

Yo retrocedí por miedo ante Perú, a pesar de que yo ya estaba a punto de alcanzar la altura del señor Perú, el señor México se acercó a nosotros, aún confundido de lo que estaba sucediendo...

_ ¡Vine... Vine a hacer negocios con usted! ¡Un trato! _ al final exclamé algo con miedo, el señor Perú me miro por unos segundo y soltó una risilla, algo incrédulo, como si fuese malicioso.

_ No puedo tomarte en serio _ dijo el señor Perú, el señor México lo miro algo molesto _ ¿Qué? Es solo un niño de 11, ¿Cómo podría tomarle en serio?

_ Quiero que mis papás puedan adoptar a un niño o niña _ hable sin titubear, ganando confianza en sí mismo _ y si es posible que se puedan casar, por favor.

Perú me miraba con una fría mirada ante mis peticiones.

_ Espera, ¿Tus papás no están-

_ No hay trato, _ respondió interrumpiendo secamente el señor Perú dándome la espalda y caminando a las escaleras _ te puedes retirar, niño

_ ¡¿POR QUÉ NO?! _ sin querer grite y me tape la boca al darme cuenta. El señor Perú me miro molesto _ ... Al menos tengo derecho de saber ¿No?

_ ...

_ ... ¿Eres homofóbico? _ Pregunte confundido, vi como el señor México se tapó la boca tratando de no reírse ante mi pregunta. Perú rodó los ojos molesto ante la acción del señor México.

_ No, niño, si fuese homofóbico, él- _ volteo a ver al señor Perú y como se detuvo al decirlo _ ... él no estaría conmigo _ término mientras sonreía algo atrevido.

Al parecer ser gay es de familia.

Solo podía ver al señor Perú enrojece de la vergüenza mientras se tapaba la cara.

Ahora tenía otra duda, ¿entonces son casados?

_ Maldita sea, maldito desgraciado _ murmuro molesto el señor Perú y se retiró, obviamente yo lo seguí, y de paso me seguía el señor México por si acaso.

_ ¡Señor Perú, dígame por favor! ¿Por qué?

_ Ya niño, déjame 

_ SI NO ME DICE LE CONTARE A TODOS DE QUE ESTÁS EN UNA RELACIÓN TABÚ CON EL SEÑOR MÉXICO _ grite molesto, el señor Perú se detuvo y volteo a verme lentamente.

_ No te atreverías... es más, nadie te creería...

_ Mis padres me creerían _ le recordé mientras me cruzaba de brazos _ incluso algunos de mis tíos... así que, dígame por favor... ¿Por qué?

El señor Perú suspiro cansado golpeando levemente la pared.

_ Escúchame, niño, _ dijo el señor Perú parpadeando como si tratara de no alterarse _ si te lo diría ni siquiera lo entenderías, ¿Okey?

_ Yo podría explicarle, pichoncito _ dijo el señor México con una sonrisa, el señor Perú lo miro enfurecido.

_ No me digas pichoncito delante de este mocoso 

_ Ay, por favor amor, te gusta.

_ ¡QUE NO ME DIGAS AMOR! _ y dicho eso se encerró en su cuarto molesto. Suspire y mira al señor México, algo preocupado por lo que acaba de suceder.

_ ... ¿Por qué es así, señor México?

_ ... Ven, tengo que explicarte algo _ sonrió y me cargo como si fuese un niño pequeño _ te contaré una pequeña historia, y sin final feliz...

Diario de Cerro de Pasco -StatehumansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora