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"Seguramente este Doctor es su Omega..." Pensó KyungSoo ante la interacción de confianza que había presenciado, aunque sonaban más como camaradas.

Se paró de la silla recibiendo miradas por parte del Teniente y el Doctor, los miró a ambos y aclaró su garganta pasando un poco de saliva nervioso por las miradas.

—Disculpa Hermanos, tengo que ir a buscar a la hermana Luna─ Dio un leve asentimiento de cabeza y se salió de la habitación, estuvo buscando por los pasillos del hospital a la monja hasta que la encontró en la puerta observando las pocas estrellas en el cielo después del periodo de lluvia.

—Hermana Luna─ La llamó, ella se giró convirtió una suave sonrisa su mirada ojimiel estaba atenta a lo que fuera a decir.

─ ¿Diga Padre? ─Pregunta ella amable.

─Me voy a retirar a mi casa─ Habló pausadamente, la monja se le quedó viendo y asintió comprendiendo.

─ ¿Gusta que lo lleve? ─Ofreció abriendo la sombrilla, la lluvia había cesado hace un rato, solo pequeñas gotas caían.

─Si, por favor Hermana─ Ambos caminaron, el sostenía la sombrilla, todo el camino fue en silencio hasta que llegaron a su casa, se despidieron y él entró a su casa donde soltó un suspiro.

Fue a su cuarto y se quitó la sotana y el alzacuello quedando en su camisón de nuevo permitiéndose hundirse en sus recuerdos una vez más.

- Flashback -

─¡¡KyungSoo te prohibió cometer esa decisión!!─ Su madre sentada en el sillón del pequeño departamento lo miraba enfurecida.

─ ¡Mamá, no me lo puedes prohibir, no soy un niño! ─ Dijo viendo a la mujer apretar la falda de su vestido azul, ella entrecerró los ojos furiosa.

─ ¡Lee KyungSoo! Se lo que te estoy diciendo, soy tu madre, se lo que es mejor para ti. ¡Vamos, no puedes tomar esa decisión a la ligera! ¡De eso depende todo tu futuro! ¡Puedes estudiar una carrera o casarte o al revés! ─ Intentó convencerlo, pero fue en vano.

─ No me llames por el apellido de ese hombre, ¡Lo odio! Madre, yo no me voy a casar, Quiero ser sacerdote, es una decisión que ya pensé y lo haré─ Ella lo vio herida mientras más se enojaba al intentar persuadirlo.

─ KyungSoo p-pero tú eres un Omega muy hermoso e inteligente, porque sacrificarías eso para ser un Sacerdote, puedes tener un futuro brillante, estoy seguro que un, o una Alfa para ti─ Dijo preocupada con su voz quebrándose, la miró también con los ojos llorosos sabiendo que hería el corazón de su delicada madre.

─ El amor no es para mí madre, no hay un o una Alfa que sea para mí, mi decisión está tomada─ Habló con dureza viendo a la mujer sollozar, se acercó y se agachó agarrando sus manos y mirándola a los ojos.

─Por favor mamá, acéptalo, quiero saber que me apoyas, no podría soportar tu rechazo.

Ella solo asintió y lo atrajo a un abrazo, sabía que la decisión que su hijo había tomado no era la correcta, pero ella no podía hacer nada para cambiar la decisión de su hijo, presentía que esa no era la vida que el joven tenía que llevar.

- Fin del Flashback -

Se recargó en la superficie sólida y se sentó en el suelo con la espalda sobre la madera de la puerta y suspiró.

¿Y si su madre siempre tuvo razón? Bueno, ella ya estaba muerta así que no podía decirle nada de que probablemente estaba en lo correcto.

Su olor se agrió, no le gustaba cuando eso pasaba, cuando papá dejó a su madre por el ejército, sabía que la historia volvería a repetirse con él, algo erróneo que le causo pesadillas.

¿Miedo? Si, sinceramente a sus diecisiete años fue y era su pensamiento, hasta en la actualidad.

Y el ahora ver a ese Alfa algo se removió dentro de él, causándole una confusión que no había sentido, tenía que descartar cualquier pensamiento extraño que no fuera adorar a Dios y servirle, él era un Sacerdote entregado al evangelio, ya no era un hombre, ni un Omega, era un siervo de Dios.

Todo pensamiento maligno debía ser removido como espiga en el trigo, se acostó en su cama y abrazó la almohada, una lágrima bajó por sus ojos... tenía tiempo que no lloraba, no había llorado desde el funeral de su madre.

─ Talvez tenías razón madre ─ Admitió en un susurro con dolor.

Se quedó dormido mientras abrazaba su almohada, sus sueños eran confusos.

𝔼𝕗𝕚́𝕞𝕖𝕣𝕠 || KᴀɪSᴏᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora