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Las semanas se hicieron eternas, para todos en general, JongIn estaba cansado tanto físicamente y mentalmente, no quería pensar en mucho, realmente no quería pensar en nada.

Pero quería escribir una carta a KyungSoo, escribirle era como un bálsamo para su alma y su mente fracturada. Talvez él era lo único que lo mantenía cuerdo en ese pedazo de tierra.

[💌]

Querido Padre Soo: Su ausencia es notoria, todos parecen estar sin guía sin usted, incluyéndome, a pesar de que hay otro Sacerdote, no es lo mismo, para mí no lo es.

Soo, te escribo de hombre a hombre, por el motivo ardiente de ese fuego en mi interior que no quiere apagarse, al contrario, se enciende más, las llamas se hacen más rojas y ni el agua de la distancia ha podido apagarlas.

No puedo quitarme de la cabeza, mis labios rozando con los suyos... Estoy enamorado de usted cómo no tiene idea.

Lo amo tanto, lo amo tanto que duele, y lo siento si lo confieso de esta manera tan informal y poco ortodoxa para un caballero como usted que no merece que un pecador como yo confiese mi mayor pecado. El haberme enamorado de lo más santo que verán mis ojos.

Estoy cansado de ocultar este sentimiento que me consume lentamente.

Escribo todo esto porque no sé si vuelvo a casa, o no lo veo de nuevo, al menos he plasmado mi amor por usted y al menos no me he quedado con ganas de expresarlo.

Por favor, si contesta mi humilde carta, sin importar su respuesta, escríbame.

Con cariño.

Teniente Kim JongIn.

[💌]

Johnny al ver al Teniente escribiendo se acerca a mirar curioso por saber.

— Teniente, usted y yo tenemos que hablar— Comentó el superior mirando discretamente el papel.

—¿De qué Señor? — Preguntó JongIn con curiosidad observando como el mayor miraba de reojo el papel que tenía.

—Corte toda comunicación con el Padre Do, no le causa ningún beneficio que hable con un hombre como lo es él— El Alfa más grande iba directo al punto, no permitiría que su inferior se acercará a su hijo.

—¿Quién es usted para impedirlo? — Podría ser joven y sin tanta experiencia como el Alfa parado a su lado, pero lo conocían bien por ser un hombre que aprendió rápido y no se dejaba amenazar.

—Alguien muy importante en la vida del Padre Do— Exclamó Johnny viendo como JongIn guardó la hoja de papel en su bolsillo de su camisa y se paraba para verse frente a frente.

— Acaso usted fue el que lo abandonó? — Pregunta acusador en un tono venenoso, observa como los ojos del mayor se abren un poco, como si estuviera sorprendido por su cuestionamiento tan impropio y personal.

— Lo que haya pasado en la vida del Padre Do y mi persona, no le corresponde. — Suena duro pero no permitiría que el joven se metiera en su vida o se inmiscuyera en la de su hijo.

—Entonces no le corresponde lo que yo hable con el Padre Do, él y yo somos amigos, no puede cambiar eso— Exclamó el moreno, Johnny encerró los ojos ante el tono de voz.

— Queda advertido Teniente, no crea que haré que corte comunicación con usted — Amenazó mirando por última vez la carta, viendo un "con cariño", si creía que ese bastardo se acercaría a su hijo, estaría equivocado.

[...]

El Sacerdote miró el vitral de la iglesia completamente aburrido, a su mente llegó la mirada penetrante, pero a la vez tan suave de cierto soldado.

𝔼𝕗𝕚́𝕞𝕖𝕣𝕠 || KᴀɪSᴏᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora