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Se sonrieron como lo han hecho muchas veces, KyungSoo acarició el rostro de JongIn y luego quitó su mano.

—Hablaré con WheeIn— Comentó poco después apartándose un poco.

Si KyungSoo pudiera leer sus pensamientos, quería que supiera que era la persona más hermosa que sus ojos hubieran visto, como su cabello castaño oscuro se ondeaba por el aire y como sus labios rosa pálido lo incitaban a posarse sobre ellos y tocarlos como lo más delicado que existía, eran como pasar un pétalo sobre su boca y su aroma Dios mío...

Esa fragancia tan elegante, tan única de él, que causaban que sintiera como adormecía sus cinco sentidos y lo hacían tan dócil solo para KyungSoo, como su aroma lo atrajo como abeja a una flor.

Asintió viendo esos labios tan hermosos sonreírle y dar la vuelta para caminar detrás de WheeIn, que se encontraba fuera de las visiones de los dos.

KyungSoo solo podía sentir como su camisa se mojaba, pero tenía un objetivo en mente que era encontrar a WheeIn.

La vio tomando una taza de café en la cafetería que estaba enfrente de la escuela, se acercó hasta su mesa y sus miradas se encontraron.

—¿Puedo sentarme? — Cuestionó viendo a la rubia hacerle una seña de que podía hacerlo. — Gracias WheeIn.

—¿Vas a tener piedad por esta mujer que sacrificó tiempo de su vida y dejarme con el hombre que amo? — Pregunta la beta llevando la taza blanca a sus labios pintados de rosa manchando la taza.

—No. Porque el hombre que tus amas yo también lo amo, y él me ama a mi — Comentó serio viendo como los ojos de la mujer se entrecerraban y lo miraban con ese tipo de odio que era muy difícil de percibir.

—¿Cómo puedes ser tan egoísta? — Empieza a sollozar WheeIn furiosa.

—No estoy siendo egoísta WheeIn, no puedo obligar a JongIn a quedarse con alguien que no ama, solo lo haría sufrir, sufriría yo, y a la larga tú también al darte cuenta de que solo obtendrías un cascaron que ya no te corresponde. Y lo siento si te causa dolor, yo no sabía de tu existencia y si hubiera sabido no me habría enamorado del Teniente, pero ahora es muy tarde — Exclamó con tal firmeza que los sollozos de la rubia pararon y solo se dedicaba a verlo impactada por sus palabras.

— ¿Al menos puedo saber cómo se conocieron? — Pregunta la beta ya derrotada, sabiendo que el hombre frente a ella tenía razón, que JongIn ya no la amaría igual que como hace tres años atrás.

KyungSoo pensó en decirle la verdad, aunque recordó las palabras de su tío Bobby de que no digiera nunca al hacer su nueva vida que fue un Sacerdote, podría ser señalado con palabras horribles y miradas juzgadoras.

—Voluntario del hospital en Londres, ahí conocí a JongIn— Mintió viendo como WheeIn bajaba la cabeza y asentía.

—¿Tú lo atendiste cuando quedó herido?

Si por atenderlo se refería a cuidar de él, hacerle compañía y provocar que se olvidara un rato de la guerra fuera de las cuatro paredes de la pequeña casa amarilla...

—Si, yo fui— Respondió mintiendo a media.

—Comprendo —Dijo ella en voz baja.

—Perdóname WheeIn, a pesar de que no te conozco nunca quise hacerte sufrir— Se disculpó el omega viendo como la rubia bebía un poco más de su taza de café.

—Dejé de escribirle a JongIn porque me había dado cuenta de que ya no lo amaba, pero fui una cobarde al no decirle y cuando regresó pensé que lo tendría de nuevo para mí, jamás se me cruzó de la cabeza que él regresaría tan cambiado y con su corazón en otro lado— Confesó WheeIn con lágrimas en los ojos viendo a KyungSoo.

𝔼𝕗𝕚́𝕞𝕖𝕣𝕠 || KᴀɪSᴏᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora