49

176 37 6
                                    

La mano de JongIn tocando con delicadeza su cintura a medida que bailan esa pieza lo hace sentir como si flotara en las nubes, se distrae unos segundos mirando a la pareja enamorada que son los novios.

Cuando se reencuentra con la mirada achocolatada del Alfa provoca que se sienta totalmente enamorado, con sus mejillas coloreándose de carmín. Estar enamorado es como si fuese un sueño.

Pone sus brazos alrededor de su cuello, alcanza a tocar los cabellos ya un poco largo de su nuca, incluso uno de ellos se envuelve en su dedo, la suavidad de su cabello lo obliga acariciar con lentitud a medida que se pierde en su mirada.

Valió la pena, piensa enamorado, quiere estar así un rato más, bailando con JongIn hasta que sus pies se cansen.

Su padre también está en la fiesta, lo alcanza a ver a lo lejos que toma un poco de las bebidas alcohólicas que hay en la mesa, espera que no se emborrache, no quiere lidiar con eso.

[...]

Johnny siente como el whisky raspa su garganta, y a lo lejos mira a su hijo bailando gustoso con su subordinado, posa una pequeña sonrisa en su rostro, está feliz por él, aunque JongIn sigue sin agradarle del todo.

Parece que así se debe sentir un padre.

Unos pasos a su lado no lo inmutan, pero el olor si, voltea a ver a su lado y mira una figura que añoró durante años.

Sus grandes ojos marrones lo transportan a cuando era más joven e inexperto en cuestiones del corazón, lo ignoró no queriendo verle la cara nunca más, que importaba que estuviera su lado, luciendo como si los años no hubieran pasado sobre él, para Lee Johnny, Bae Doyun estaba muerto.

Sigue viendo a las parejas bailar, aún puede sentir la presencia de su ser alado suyo, su aroma lo delata, se quedan varios minutos ahí inmóviles mirando a los demas.

Quiere ser fuerte y seguir ignorándolo, así como ignoró sus sentimientos y volvió piedra el órgano que lo hacía vivir, esto solo era un encuentro casual, no haría diferencia en el pasado, no lo haría en el presente y no cambiaría el futuro.

—¿Johnny? — Estúpido acento extranjero, lo odia tanto.

Luego recuerda que Doyun tiene ascendencia italiana. Estúpidos italianos también.

—Bae... Hasta que nos volvemos a ver— Las palabras salen de su boca, él no quiere hablarle, no quiere girar y mirar esos ojos de ciervo tan característicos del omega, porque sabe que caerá una vez más como un idiota.

—Johnny, que bueno verte, ¿Podemos mirarnos cara a cara? — Doyun está sumamente nervioso, pero se siente valiente, no ha visto a Johnny en un poco más de treinta años, ha sabido de él por medio de otras personas, pero nunca en persona.

El Alfa se gira y el tiempo parece volverse lento, ver a una versión más madura del Alfa solo provoca que su corazón se acelere y le suden las manos, se siente como ese jovencito flaco y tonto que quedó flechado por lo varonil que se veía el soldado que provoca lo mismo en él después de tantos años.

Esos ojos chocolate lo hipnotizan, a pesar de que se ven tan fríos, quiere tener en su mente esos mismos dos pedazos de iris mirándolo como hace más de treinta años en una vieja camilla de hospital mirándolo como si fuese lo más hermoso del planeta.

''Estoy muerto? ¿O los ángeles están sobre la tierra?" — Doyun recuerda muy bien las palabras que dijo Johnny cuando se conocieron en medio de la guerra.

Se miran, viendo una versión más joven de ellos, al final son ellos siendo unidos otra vez por la diosa luna, sus miradas se encuentran, como alguna vez lo hicieron.

Johnny no quiere caer una vez, Doyun ya cayó cuando miró sus ojos chocolate, miró por años otros ojos chocolate, pero no se podían comparar con los de Lee.

—¿Qué quieres de mi Bae? — Hace la pregunta tosca, no queriendo estar mucho tiempo alado del hombre —¿Dónde está tu Alfa?

El omega se queda en silencio ante la pregunta, a su mente viene el recuerdo de cuando vio al Alfa al otro lado de la calle de la iglesia cuando él se casaba con Son JaeBom.

Su mirada se apaga ante la mención del alfa y pasa una mano por su muñeca donde se ocultaba una cicatriz que hizo hace mucho tiempo atrás.

—Mi esposo falleció hace cinco años— Explica de manera sencilla, es un alivio decirlo sin sentirse juzgado, y la mirada que le da el Alfa no lo hace sentir así.

Johnny se queda en silencio ante la noticia y mira como el omega se toca la muñeca, tiene curiosidad saber que hay debajo de su manga, su lobo se emociona ante la mención de que el omega parece estar soltero.

Aunque ese sentimiento de rencor aún así ahí, latente y bajo.

—¿Cómo murió? — Hace la pregunta llena de curiosidad viendo a Doyun beber de su copa de champagne, el líquido hace que su manzana de Adán baje y suba, el Alfa se pierde en ese movimiento.

—Lo mataron— Fue la escueta respuesta que recibió sorprendiéndolo por lo fácil que lo dijo.

Doyun no diría que él mató a su marido, pero, ya no aguantaría más el chantaje y los golpes que vivió, pasó años sufriendo para que sus hijos tuvieran un papá presente en sus vidas que no importó su dolor mientras ellos vieron lo que podía ser una ''Familia feliz''. Agradecía que Son mantuvo a sus hijos en colegios de gran prestigio que no tuvieron que ver el lado horrible de su padre, y no vieron la peor cara de él cuándo vio agonizar a su marido y solo sonrió entre lágrimas agradeciendo de que se muriera, para no tener al diablo en su propia piel.

No es algo que le diría al amor de su vida, mientras solamente él lo supiera, todo estaría bien.

—Lo siento. Mi pésame.

—Gracias Johnny, ¿Y tu esposa? Escuché que te casaste...

Lo recuerda muy bien, hace tanto, cuando Son llegó con el periódico, en título grande estaba lo que sería su dolor más grande, ''Magnate millonario y soldado se casa con bailarina de ballet''.

Su marido se burló de él, diciendo que al parecer el hombre se olvidó de él y que ya no le importaba.

—Ella falleció hace seis años, una extraña enfermedad.

—Lo siento tanto Johnny.

Quedaron en silencio mientras veían a las parejas bailar. Johnny sin tanto rencor en su sistema extendió su mano hacia el pelinegro tomándolo desprevenido.

—Baila conmigo Doyun, por los viejos tiempos— Pide de manera caballerosa el Alfa observando como el omega, con su fina mano de piel oliva se posa sobre la suya

Se encaminan a la pista de baile, sintiéndose como esos dos jovencitos de veinte años que alguna vez fueron, aún no hablaban lo que pasó en sus vidas, pero, si podían permitirse el momento de bailar una pieza más, ambos estarían contentos.

Doyun de manera tímida, puso su mano sobre el hombro de Johnny, se estremeció ante el contacto del más alto contra su cintura y prefirió poner atención a la música, su mirada se encontró con la de Johnny y juraría que lo estaba viendo como hace mucho tiempo. Se dio cuenta que podía pasar cien años y él siempre estaría enamorado de Johnny Lee, vio como Do KyungSoo los veía un poco perplejos, pero también lo estaba al verlo en los brazos de un Alfa, confundido miró a Johnny y este solo hizo una sonrisa y le explicó que ya no era Sacerdote.

𝔼𝕗𝕚́𝕞𝕖𝕣𝕠 || KᴀɪSᴏᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora