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Una Semana.

Es el tiempo que queda para JongIn oficialmente sea dado de alta y volver al frente para regresar a sus demonios y sacar lo más malo de su alma.

Cuando llega a la casa del Sacerdote se siente tan mal, se sienta en el sofá y mira al vacío durante un rato.

Reflexiona sobre lo que ha pasado y no puede evitar llorar al darse cuenta de que no estuvo bien lo que pasó.

Desea que la semana pase rápido, porque no sabrá cómo actuará frente al Omega sin querer probar sus labios una vez más.

Es tan malo, pero se sintió tan bien.

¿Como pudo faltarle el respeto al Padre Do?

Parece que le gusta hacer cosas estúpidas en su vida y lo que hizo esta noche es la más grande de todas que ha hecho.

Pasa una mano por su pelo y se reclina su espalda contra el sofá, se siente un idiota.

Camina lentamente a la habitación del Sacerdote, abre la puerta y observa todo el lugar ordenado, pulcro, y de un aroma tan característico del Omega, suave y hermosamente bello, justo como su dueño.

Ni siquiera sabe porque entró en el cuarto y sale sintiendo su pecho apretarse de una manera que se siente asfixiado, se va a su habitación a intentar dormir.

Y no pudo hacerlo.

En cambio, se dedica a escribir a su madre y abuela, pasa horas tachando palabras, quitando o haciendo bolitas de papel porque no puede concentrarse, en su mente solo existe la sensación de los labios suave del Padre Soo, el cómo tembló en sus brazos y como ese acto lo hizo sentir el hombre más afortunado del maldito y egoísta planeta.

[...]

KyungSoo tiembla cuando se da cuenta de lo que hizo, ve al Alfa alejarse y se queda estático sintiendo como el mundo se derrumba bajo sus pies.

¿Qué ha hecho? ¿Porque lo hizo? ¿Cómo pudo? ¿En qué estaba pensando?

Hace unas horas había hecho algo por lo que pidió perdón a Dios, no tenía la fuerza para hacerlo de nuevo.

Calló de rodillas al duro piso y sollozó como un niño.

La Hermana Luna entró a la habitación totalmente preocupada y consternada se agachó hacia donde estaba el Sacerdote y lo acuna entre sus brazos.

Ella es una mujer mayor, dedicada a Dios, pero no es ciega, no es ciega cuando notó la mirada de amor por parte del Teniente Kim hacia su Sacerdote.

Era de esperarse.

Lo intuyó cuando la relación entre los dos hombres se volvió estrecha, y lo supo cuando vio como esos ojos oscuros miraron durante misa al Padre Do.

Y el ahora ver al Padre Do sollozar hincado sobre el suelo, hizo su corazón conmoverse hasta las entrañas, acarició su cabello castaño escuchando como los sollozos bajaban y se volvía en silencio, le hizo pensar.

¿Porque el Padre Do hizo autoflagelación?

Estaba segura de que los pecados del pueblo no eran el motivo.

Simplemente dejó que el Padre se desahogara y no diría nada, no era de su incumbencia.

Cuando KyungSoo terminó de llorar vio los ojos marrones de la Hermana Luna mirarlo con compasión, ella era un tipo de mejor amiga y confidente.

Pero no le iba a contar esos nuevos sentimientos que comenzaban a surgir o que ya estaban completamente instalados en su mente y corazón por ese hombre que veía a diario desde hace casi dos meses.

Él no sabía lo era el amor, nunca tuvo un acercamiento romántico con ninguna persona, lo que ahora le sucedía era algo completamente inesperado, que lo dejaba vulnerable ante esos sentimientos nuevos.

No tenía muchos ejemplos de historia de amor que le hicieran saber que las cosas terminaban, claro ejemplo eran sus padres. Ellos se separaron, en realidad nunca hubo un divorcio, pero se distanciaron de tal manera que no hubo arreglo en su matrimonio. Su madre empezó a enfermar. Su Padre estaba constantemente afuera, esa unión se disolvió cuando su madre empezó a enfermar cada vez más hasta que ella falleció una mañana, él completamente solo hizo los preparativos para el funeral de ella, y su padre nunca apareció.

Al menos ellos no estaban unidos con una marca, a su madre no le gustaba la idea y a su papá le daba igual, o eso piensa él, no lo sabe con exactitud, no tiene una relación cercana con su padre.

Así que realmente no sabía nada del amor, era un total inexperto que él mismo sabía que se refugió en la religión a causa de su miedo.

—¿Se encuentra bien Padre Do? —Pregunta ella tratando de ver algo en sus ojos, algo que le diga lo que le pasa, pero él no dirá nada.

—Si, ¿Puede dejarme solo un tiempo Hermana Luna? —La pregunta hizo que ella diera un leve asentimiento de cabeza, lo ayudará a pararse y luego se retirará.

No pudo dormir esa noche pensando en su reencuentro con el Teniente Kim en su casa, ellos dos solos, y un tema inconcluso, con esa tensión ahí.

Se tumbó en su cama boca abajo solo para sentir la suavidad de la sábana.

Tenía muchos pensamientos en mente que ninguno lo dejaba en paz, nunca se había sentido atraído hacia algún Alfa cómo lo estaba del Teniente Kim, ninguno había hecho que sus mejillas se sonrojaran de tal manera que no podía controlar sus reacciones.

En algún momento de la noche cerró los ojos, dormitó lo que pudo ser el resto de la madrugada.

"Que Dios lo bendijera" 

𝔼𝕗𝕚́𝕞𝕖𝕣𝕠 || KᴀɪSᴏᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora