La mejor exterminadora

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Mientras avanzaba por los retorcidos callejones del Infierno, los susurros de las sombras parecían seguir a Lute, como si el mismo abismo susurrara advertencias y promesas de traición. La joven ángel apretó con fuerza el mango de su arma, tratando de ahogar el miedo que amenazaba con abrumarla en aquel mar de oscuridad y peligro. Cada sombra parecía cobrar vida, cada susurro resonaba en su mente como un eco de los horrores que acechaban en las profundidades del Infierno.

A lo lejos, divisó a su querido Adam, avanzando con determinación entre los demonios que se alzaban como espectros de pesadilla. Lute se acercó a él, buscando en su presencia imponente un refugio contra la tempestad de dudas que la asediaba. La calidez reconfortante del contacto de sus manos era un bálsamo para su alma atormentada, pero la sensación fue efímera cuando Adam la soltó bruscamente, recordándole la urgencia de mantenerse alerta en medio del caos infernal.

Rápidamente, llegaron al centro del Pentagrama, donde los ángeles exterminadores se enfrentaban a las hordas demoníacas con una determinación feroz.

Las armas de los pecadores se volvían inútiles contra ellos, y Lute sintió un destello de confianza en su interior mientras se preparaba para la batalla. Con un agarre firme en su arma, se lanzó al combate, enfrentándose a los demonios con una ferocidad desatada.

Pero su furia se desvaneció cuando alguien se interpuso en su camino, derrotando a un demonio antes de que ella pudiera siquiera atacar.

Era Vaggie, la mejor entre los exterminadores, la favorita de Adam. Lute sintió una mezcla de admiración y resentimiento al verla en acción, su velocidad y destreza eclipsaban incluso la propia destreza de Lute. 

Por un momento, una sombra de duda se instaló en su corazón mientras observaba a Vaggie en acción, sus movimientos ágiles y precisos la destacaban como la indiscutible estrella del campo de batalla.

Aunque admiraba la habilidad de Vaggie, también se sentía abrumada por una sensación de insuficiencia, cuestionándose si alguna vez podría igualar el talento y la confianza de su compañera.

Mientras luchaba contra los demonios, los pensamientos giraban en la mente de Lute, obstaculizando su concentración y debilitando su determinación.

¿Era realmente digna de estar al lado de Adam? ¿O era solo una sombra en comparación con la brillantez de Vaggie?

Trató de mantener la calma mientras se esforzaba por enfocar su mirada en Adam, buscando el consuelo y la seguridad que siempre le había brindado. Sin embargo, un dolor punzante le atravesó el pecho al darse cuenta de que Adam miraba a Vaggie con una mezcla de orgullo y admiración. 

El corazón de Lute se hundió en su pecho mientras luchaba por mantener las lágrimas a raya. ¿Acaso Adam ya no la valoraba como antes? ¿Había sido reemplazada en su corazón por alguien más talentoso y seguro de sí mismo? Las dudas y los temores la consumían, erosionando su confianza y dejándola vulnerable ante la implacable realidad del Infierno.

Trató de apartar esos pensamientos de su mente, de encontrar la fuerza para seguir adelante, pero cada vez que miraba a Adam y Vaggie luchando codo a codo, sentía como si un cuchillo le atravesara el corazón. Se preguntaba si alguna vez podría alcanzar el nivel de excelencia de su compañera, si algún día sería digna del orgullo de Adam.

La sensación de crisis se apoderó de ella, envolviéndola en una oscuridad abrumadora mientras luchaba por encontrar su lugar en un mundo donde la competencia era feroz y no había lugar para la debilidad. 

Pero en medio de la tormenta de sus emociones, una chispa de determinación se encendió en su interior. Se negaba a ser relegada al olvido, a permitir que sus miedos la consumieran por completo. Con una determinación feroz, se prometió a sí misma que demostraría su valía, que encontraría su propio camino hacia el éxito, incluso si eso significaba enfrentarse a los desafíos más grandes que el Infierno pudiera lanzarle. 

Aun si eso significaba acabar con la insignificante vida de la princesa, o aun mejor del mismísimo rey del infierno. 

En medio de su desesperación y su dolor, Lute comenzó a tejer un siniestro plan. 

Un plan que, si bien era oscuro y arriesgado, podría ser su única oportunidad de ganarse el orgullo de Adam y demostrar su valía. Un plan que requeriría que desafiara las mismas leyes divinas que había jurado proteger.

Y así, con una determinación fría y calculadora brillando en sus ojos, Lute trazó los primeros pasos de su maquiavélico plan.

Una sonrisa retorcida se curvó en los labios de Lute, no podía esperar para que llegara el proximo dia del exterminio. 

"El pecado de amar" (LuteXAdam)/GuardrockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora