El trato

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Adam relató con detalle la historia de la misteriosa desaparición de Lilith, un suceso que sumió al infierno en una profunda preocupación. Lucifer, angustiado por la ausencia de su esposa y la incertidumbre que rodeaba su destino, recurrió a Adam en busca de ayuda. A regañadientes, Adam aceptó colaborar en la búsqueda, pero lo que encontró fue mucho más de lo que esperaba.

En el recorrido por los rincones más oscuros del inframundo, Adam se topó con Eva, una demonio de extraordinario poder capaz de transformarse a voluntad. Con astucia y malicia, Eva reveló a Adam su conocimiento sobre su romance clandestino con Lute. Sus palabras, teñidas de burla, insinuaban un dominio absoluto sobre el infierno, alimentado por sus ojos que todo lo veían.

"Eva me advirtió sobre sus ojos que vigilaban el infierno", confesó Adam, su voz cargada de pesar y preocupación. "Sabía todo sobre nuestra relación, Lute. Me advirtió, en tono burlón, que Lucifer o Dios  podrían separarnos de nuevo".

"Eva tenía ojos en todas partes", confesó Adam con un susurro tenso, rememorando la sensación de paranoia que la presencia de la demonio había provocado en él. "Sabía de nosotros, Lute. Conocía cada uno de nuestros encuentros, cada gesto de complicidad".

Ante la incertidumbre y la creciente amenaza que representaba Eva, esta demonio maquiavélica propuso un trato tentador a Adam. Si él accedía a ayudarla a transformarse en Lilith y a subir al cielo para pedir perdón a Dios, Eva guardaría el secreto de su relación con Lute. Sin embargo, el trato tenía una condición ominosa: cualquier interferencia sería castigada con la muerte.

Adam relató cómo Eva, con su encanto venenoso y su influencia abrumadora, tejía una red de intriga y manipulación en el inframundo, alimentada por su sed de venganza y su deseo de recuperar lo que una vez había perdido. Mientras la sombra de Eva se cernía sobre él, Adam se enfrentaba a la dolorosa realidad de tener que elegir entre el amor y la supervivencia, sabiendo que cada decisión tendría un costo inevitable.

Adam miró fijamente a Lute, sus ojos reflejando una mezcla de preocupación y determinación. "Lute, necesito que entiendas algo crucial", comenzó con seriedad. "Al pedirle ayuda a Lilith, rompiste el trato que inconscientemente habíamos hecho con Eva".

Lute frunció el ceño, tratando de comprender la gravedad de la situación. "¿Qué quieres decir con eso? ¿Qué trato hicimos con Eva?".

Adam suspiró, consciente de que esta conversación era inevitable. "Antes de que comenzara nuestra historia, Eva y yo habíamos llegado a un acuerdo", explicó, su tono cargado de pesar. "Ella prometió mantener nuestro romance en secreto si no interveníamos en sus planes".

Los ojos de Lute se abrieron de par en par, sorprendidos por esta revelación. "Entonces, ¿por qué me ayudó a llegar al infierno si eso significaba romper el trato?".

Adam sacudió la cabeza, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre sus hombros. "Lilith, o Eva como la conocemos ahora, ha estado jugando un juego peligroso desde el principio", continuó. "Al llevarte al infierno, ella puso en peligro nuestro acuerdo y desencadenó una serie de eventos que ahora estamos enfrentando".

Lute asimiló lentamente la información, su mente girando mientras intentaba comprender la magnitud del error que había cometido al buscar ayuda en Lilith. La traición de Eva hacia ellos se volvía cada vez más clara, y ahora, más que nunca, necesitaban encontrar una manera de protegerse mutuamente en medio de este caos.

Adam suspiró pesadamente, revelando un oscuro secreto que había mantenido oculto en lo más profundo de su ser. "También he traicionado el trato", admitió con pesar en su voz. "En el último exterminio, cuando me enfrenté al demonio de la radio, no debi hacerlo."

Adam miró a Lute con sinceridad, deseando que comprendiera la complejidad de la situación. "Lute, lo que sucedió en el último exterminio... Fue un grave error por mi parte", admitió con pesar. "El demonio de la radio, es posesión de Eva, estaba bajo su influencia".

Lute frunció el ceño, visiblemente confundida. "¿Qué tiene que ver eso con nuestro trato?".

Adam suspiró, sintiendo el peso de la culpa en sus palabras. "Prometí no interferir en nada relacionado con Eva", explicó, su voz llena de pesar. "Al enfrentarme al demonio de la radio, rompí esa promesa. No solo puse en peligro nuestro acuerdo, sino que también expuse nuestras vidas a un mayor riesgo".

Lute asimiló la revelación, comprendiendo la gravedad de la situación. "Entonces, ¿todo este tiempo hemos estado siendo manipulados por Eva?".

Adam asintió con tristeza. "Eva ha estado manipulando los hilos desde el principio", confirmó. "Ahora estamos en una situación peligrosa, y debemos encontrar una manera de protegernos mutuamente antes de que sea demasiado tarde".

Lute, con la mirada llena de incertidumbre, formuló la pregunta crucial que pesaba en su mente. "Entonces, ¿tengo que alejarme de ti?", inquirió, buscando claridad en medio de la confusión.

Adam escuchó atentamente la pregunta de Lute, su expresión sombría reflejando la complejidad del dilema en el que se encontraban. "No, Lute", respondió con determinación. "Eva no puede hacerles nada en el cielo. Esa es precisamente la razón por la que ha estado manipulando las cosas para mantenerme en el infierno y a ti visitándome".

Lute asintió lentamente, procesando la información. "Entonces, ¿qué debemos hacer ahora?", preguntó con preocupación.

Adam le dedicó una mirada seria. "Debemos encontrar una manera de deshacernos de esta trampa en la que nos hemos visto envueltos", sugirió, su tono lleno de determinación. "Juntos, podemos superar esto, pero necesitamos actuar con cautela y astucia".

Adam dirigió su mirada hacia la ventana, donde el imponente edificio del Hazbin Hotel se alzaba en la distancia. Era un lugar emblemático, un símbolo de esperanza en un mundo lleno de oscuridad y caos. Lute compartió con él la historia de cómo un demonio, con la forma de una serpiente, había logrado la redención gracias a los esfuerzos de Charlie y su equipo. Era evidente que el hotel de Charlie estaba cumpliendo su propósito, ofreciendo una oportunidad única para la rehabilitación de los demonios.

Adam dirigió su mirada hacia la ventana, donde el imponente edificio del Hazbin Hotel se alzaba en la distancia. Era un lugar emblemático, un símbolo de esperanza en un mundo lleno de oscuridad y caos. Lute compartió con él la historia de cómo un demonio, con la forma de una serpiente, había logrado la redención gracias a los esfuerzos de Charlie y su equipo. Era evidente que el hotel de Charlie estaba cumpliendo su propósito, ofreciendo una oportunidad única para la rehabilitación de los demonios.

Adam asintió con determinación. "Lo intentaré", respondió solemnemente, contemplando la posibilidad de un nuevo comienzo en el Hazbin Hotel. Sin embargo, agregó con seriedad: "Pero tú, Lute, no volverás al infierno. No puedo arriesgarme a que Eva te haga daño". Lute aceptó la advertencia de Adam con resignación, consciente de los peligros que acechaban en aquel oscuro reino infernal.

"El pecado de amar" (LuteXAdam)/GuardrockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora