¿Traición?

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Lute regresó al cielo, decidida a recuperar a Adam sin importar los obstáculos que se interpusieran en su camino. Con cada paso que daba por los pasillos celestiales, su mente se llenaba de planes y estrategias para desafiar al destino y traer de vuelta al ser amado. Sabía que la tarea no sería fácil, pero estaba dispuesta a hacer lo que fuera necesario para salvar a Adam del abismo en el que había caído.

Mientras las notas de su guitarra resonaban abajo en el infierno, Adam se sumergía en sus pensamientos, urdiendo un plan para alejar a Lute de su lado. Fue entonces cuando vio a una hermosa mujer demonio, cuya presencia parecía ofrecer una oportunidad tentadora. Una idea astuta comenzó a formarse en su mente: ¿y si fingía estar enamorado de ella para mantener a Lute a distancia? Con una sonrisa traviesa en los labios, Adam se dispuso a poner su plan en acción, consciente de que el juego acababa de empezar. 

Aunque sabía que sus acciones podrían herir a Lute, tenia que alejarla antes de que Lilith pudiera hacerle daño. Con un nudo en la garganta y el peso de la culpabilidad en su pecho, se dispuso a seguir adelante con su plan, consciente de que el precio de su engaño podría ser alto.

Con el corazón en un puño, Lute descendió con cuidado al día siguiente, su mirada buscando ansiosamente a Adam entre la multitud. Finalmente, lo encontró, pero su corazón se hundió al verlo junto a una mujer demonio, compartiendo risas. Un dolor punzante la atravesó mientras luchaba por contener las lágrimas, preguntándose qué había sucedido en su ausencia.

Adam le sonrió a Lute cuando la vio acercarse, pero su expresión se volvió tensa cuando ella notó la presencia de la mujer demonio a su lado. "Lute, mira, he conocido a esta mujer increíble", comenzó Adam, tratando de ocultar su nerviosismo. La tensión en el aire era palpable mientras Lute luchaba por contener sus emociones, sabiendo que algo estaba mal pero sin estar segura de qué hacer al respecto.

Adam la miró con una expresión de sorpresa fingida, mientras que la mujer demonio a su lado sonreía con malicia. "Oh, Lute, no te preocupes", respondió Adam con indiferencia aparente. "Ella es solo una amiga".

Lute sintió cómo el dolor se intensificaba dentro de ella al escuchar esas palabras. "¿Una amiga?", replicó con amargura. "¿Desde cuándo te haces amigo de demonios, Adam?"

La mujer demonio soltó una risa burlona, disfrutando del conflicto que se desarrollaba frente a ella. "¿No te han dicho, pequeña ángel? Los demonios también pueden tener amigos", dijo con un tono de voz lleno de ironía.

Lute apretó los puños con más fuerza, luchando contra la ira que amenazaba con desbordarse. "No me importa lo que digas", respondió con determinación. "No voy a permitir que te alejes de mí, Adam. Somos más fuertes que esto".

Adam la miró con una mezcla de pesar y frustración, sabiendo que sus palabras solo empeorarían las cosas. "Lute, entiende", comenzó a decir, pero fue interrumpido por la mujer demonio a su lado.

"Deberías escuchar a tu novio, pequeña", intervino la mujer con una sonrisa siniestra. "Puede que nunca vuelva a ser tuyo".

Adam miró a Lute con ternura, buscando calmar sus dudas y temores. "Lute, sé que esto parece extraño", comenzó, su voz cargada de sinceridad. "Pero confía en mí, te amo y siempre estaré contigo".

Las palabras de Adam resonaron en el corazón de Lute, pero algo en su interior seguía perturbándola. Recordó una frase, una promesa que solo ellos dos conocían, una que compartieron en los días más felices de su amor. Y en ese momento, la sospecha se apoderó de ella, el peso de la verdad se hizo evidente.

"Adam", dijo con voz temblorosa, sus ojos buscando los de él con intensidad. "¿Recuerdas... lo que prometimos en aquel jardín de rosas?"

El aire se llenó de un tenso silencio cuando la mujer demonio, presa del ambiente cargado de emociones, decidió retirarse discretamente, dejando a Adam y Lute a solas con sus verdades ocultas. Lute, con la mirada clavada en Adam, no pudo contener su angustia mientras esperaba una respuesta sincera.

Adam, enfrentándose al peso abrumador de la mentira, finalmente dejó caer la fachada y confesó la verdad que había estado ocultando. Sus palabras resonaron en el aire, cargadas de la gravedad de la situación y la sinceridad de sus sentimientos.

"Lo siento, Lute", murmuró Adam, su voz temblorosa reflejando la tormenta interna que lo consumía. "Recuerdo todo... cada momento que pasamos juntos".

Las palabras de Adam colmaron el espacio entre ellos, rompiendo el silencio con la verdad cruda.

Ante la pregunta de Lute, Adam se encontró en un dilema, entre la necesidad de protegerla y la sinceridad que ella merecía. Con un suspiro, se armó de valor para explicar su dolorosa decisión.

"Lo hice para protegerte, Lute", confesó Adam, su voz resonando con un tono cargado de angustia. "Sabía que Lilith podría intentar algo contra ti, y pensé que alejándote de mí, podrías estar a salvo. Pero me equivoqué, y lo siento profundamente".

Las palabras de Adam, aunque llenas de buenas intenciones, no pudieron disipar por completo la sombra de la decepción y la confusión que envolvía a Lute. Sin embargo, su sinceridad abrió una puerta a la comprensión, un primer paso hacia la reconstrucción de la confianza perdida.

Lute, confundida y herida por la revelación, cuestionó a Adam con una mezcla de incredulidad y angustia. "¿Cómo es posible? ¿Por qué Lilith nos me haria algo asi?"

Adam, con una mirada sombría, guardó silencio. 

Lute, luchando por procesar la traición, recordó su encuentro con Lilith. "Pero... ella me ayudó a llegar al infierno. Pensé que era una aliada. ¿Cómo podría hacerme eso?"

Adam, al enterarse de que Lilith había sido quien llevó a Lute al inframundo, sintió una furia creciente en su interior. Su voz resonó con ira contenida mientras pronunciaba las palabras: "¡¿Cómo se atreve?! ¡Nos ha manipulado a ambos!"

Lute observó con asombro el cambio en la expresión de Adam, notando la furia que se desataba en sus ojos. "¿Qué está pasando, Adam? ¿Por qué estás tan enojado?", preguntó con cautela.

Adam respiró profundamente, tratando de contener su rabia mientras compartía la verdad que acababa de descubrir. "Lute, debes saber la verdad. Lilith... en realidad es Eva, transformada. Siempre lo supe, pero mantuve ese secreto".

Las palabras de Adam resonaron en el aire, cargadas de revelación y un sentido de urgencia. Lute se quedó sin aliento ante la revelación, comprendiendo la complejidad de la situación en la que se encontraban.

Al ver que Lute necesitaba una explicación, el comenzó a relatar una historia que había sucedido siete años atrás.

"El pecado de amar" (LuteXAdam)/GuardrockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora