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Apenas habían pasado 23 años desde que la independencia de su país había llegado, las personas aun eran pobres y el hambre seguía respirándose en el ambiente, aunque no funcionaba lo mismo para las familias millonarias que habían conseguido hacerse más de lo que ya eran antes de la guerra, aprovechándose de ellas.

La influencia de otros países europeos había conseguido que Corea optase por un movimiento más culturalmente parecido a ellos, haciendo que sus jóvenes señoritos de la alta sociedad se fuesen estudiar a distintos países de allí.

Aunque el miedo a la guerra y la preocupación de otra posible ocupación de China o Japón era algo que tenía la mente de los grandes directivos del país en una preocupación constante, decidiendo que eso no podía olvidarse, que los jóvenes tenían que formarse para una posible y futura guerra, así que, el servicio militar tan implantado en otros países, se volvió parte de esto.

Por supuesto, solo los hombres y si eran alfas o betas tenían permitido ir.

Si había algo más desechable que una mujer omega, era un varón omega, puesto que eran muy escasos y grandes deshonras en las familias, puesto que el machismo que se vivía en aquellos años era desolador.

Si paseabas por la gran ciudad podías ver cómo en las penumbras de esta, allí donde el sol no puede verse puesto que las personas dan miedo, muchos hombres omegas morían en las esquinas, abusados, vendidos y con más enfermedades de transmisión sexual de las que nadie podría soportar.

Sus padres los vendían a pervertidos que querían tener su propio omega varón, eso sí, solo valía si eras hermoso.

Aunque, por suerte, no todas las familias estaban tan enfermas como esas y había algunos padres amorosos a los que no les importa cómo fuesen sus hijos, la casta era algo innecesario para ellos, por eso, a los padres de Taehyung les dio completamente igual que su hijo fuese un raro caso de omega masculino.

Eso sí, apenas vio la luz del sol, su educación fue por una institutriz en casa y apenas podían verlo otros niños pues la belleza de Taehyung era demasiado radiante para ser un alfa.

De grandes orbes amarillos como una puesta de sol, dulces rizos achocolatados acompañando a una dorada dermis, siempre con una tierna sonrisa dibujada en su rostro, jamás nadie creería que esa belleza era propia de un alfa, por eso, sus padres quisieron esconderlo hasta el último momento.

El problema fue cuando la carta del servicio militar obligatorio vino en su busca, alertando a todos los miembros de su familia.

— Buscaré la manera de hacer que sus feromonas no se noten, seguro que podré encontrar una forma — decía su padre, cogiendo las temblorosas manos de su madre y sonriéndole, reconfortante — no dejaré que te ocurra nada, Taehyung.

Y lo consiguió, se gastó la mitad de su fortuna, pero consiguió unas hierbas que podían disfrazar el aroma tan especifico de lilas que desprendía, se cambió a uno amargo y picante, algo propio de un alfa.

— Mi niño, mantente fuerte en este año y medio, al ser de clase alta no tendrás que juntarte con tanto desalmado, intenta hacer algún amigo que pueda ayudarte en caso de que puedas verte descubierto — lloraba su madre, desesperada.

— Estoy seguro de que no me ocurrirá nada madre, después de esto podré marcharme a Europa y ser libre, no os dejaré en vergüenza por nada del mundo — decía, con las lágrimas saltadas y el rostro lloroso de su progenitora entre sus manos — bastante tuvisteis que aguantar con que nací siendo un deshonroso omega, no os decepcionaré como primogénito.

Y así, con esas duras palabras, Taehyung se marchó con hierba suficiente hasta el periodo vacacional y un poco más por si tenía un descuido, sollozando por el miedo que tenía en sus venas y deseoso que pasase rápidamente, para volver a su lugar seguro.

Todo lo contrario que Yoongi, otro señorito de alta cuna, pero un poderoso alfa dominante, igual que su hermano mayor, prometido con una hermosa omega que prometía ofrecerle muchos herederos de la empresa de telecomunicaciones de su padre, todo iba genial para ese muchacho.

Se fue lleno de condecoraciones y ovaciones de sus hermanos más jóvenes, era el favorito de la familia a pesar de que había uno por encima de su persona, pero su carisma y buen carácter le gustaba a todo el mundo.

Un alfa agradable y generoso, a pesar de que todos presumían de ser arrogantes y amargados, él no era así.

Y con la euforia recorriéndole las venas se montó en el vehículo que lo llevaría a dar a su vida un giro de 180 grados, él solo pensaba que habría muchos días de risas con sus compañeros alfas y que cuando volviese por fin podría tocar a esa hermosa omega con la que llevaba saliendo tantos años y que, a pesar de eso, no había podido ni besar fugazmente.

Algo que si sufría como alfa era esa constante necesidad de querer meterla en todos sitios, como si su celo fuese constante.

Suspiró, por fin tendría tranquilidad durante año y medio, solo hombres machos y rudos a su alrededor, armas y disciplina, luego vendría la tediosa vida del alfa casado que tiene que mantener una mujer y una familia.

Solo de pensarlo se agobiaba.

Pero cuando bajó del coche, con su mochila a cuestas y su emoción en la cara dibujada, todo su mundo volcó y se derrumbó, pues fueron sus ojos lo primero que vieron y ya nunca más tuvo visión para otros.

Esa fue la primera vez que Yoongi se enamoró de alguien y también fue la última.

Fates of his life with Taehyung ♡ YoonTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora