Para Yoongi fue muy frustrante el escuchar cómo se sintió Taehyung antes de casarse con él, puesto que había sido una noticia fantástica para el alfa, lo escuchó años después, pero no pudo evitar sentirse desolado durante unos días después de aquello.
Pero claro, ¿Cómo sentirse bien? Le dolía ver su propio rostro reflejado en el espejo mientras se vestía para casarse con el hombre que amaba.
Sin haber tenido alguna decisión en ello.
A Taehyung le lastimaba el hecho de no poder haber dicho siquiera una misera palabra de si quería o no, de si era demasiado pronto o de si no le gustaban los alfas hombres, pero no, su voz se quedó estancada en la garganta y no brotó hasta años después, aunque se sentía tranquilo porque iba a desposarse con Yoongi, jamás pudo replicar.
Tampoco ayudaba la mirada orgullosa de su madre, esa señora lo miraba como si hubiese descubierto la cura de alguna enfermedad rara, y no, solo iba a casarse con un hombre de familia adinerada.
Las hechuras del traje blanco que se está poniendo para las nupcias con Yoongi le quedan perfectas, a pesar de que solo han pasado unas pocas semanas desde que se anunció su boda obligada, su cabello está rebelde y hermoso, más su rostro está florecido de su belleza innata como omega dominante.
Sonríe con tristeza, había soñado en mil escenarios cómo casarse con Yoongi y ninguna de ellas era por obligación, todas eran con una hermosa pedida de mano y el consentimiento de ambas familias.
— Taehyung-ah — escucha decir a su padre, girándose — sé que es algo repentino, pero casarte con este hombre es lo mejor que te podía pasar, es una familia poderosa y nos han dado muy buena dote por vuestra unión.
— Ah, que me habéis vendido — comenta, ignorando la mala cara de su madre — no sabía que mis derechos como persona podían contarse con billetes.
— Los omegas no tenemos capacidad de replica — corta su madre, arreglándole la corbata debidamente — a lo mejor, en unos años, tu tontería de ser un omega libre llega, pero ahora mismo no es así, compórtate y da gracias a que el señorito Min se ve bien y no un alfa desalmado que te viole conforme pases el umbral de la puerta.
Taehyung se echa a temblar, es el mayor miedo que tiene cómo omega, a pesar de estar fuerte y entrenado, le da pavor que Yoongi intente sobrepasarse en el primer momento, aunque su racionalidad le trae de vuelta.
Yoongi le ama.
Su corazón se acelera, inclusive por su falta de voz y voto en esta decisión, está a unas horas de casarse con el alfa que adora y que ha conquistado su corazón, eso le hace reaccionar y sonreír por primera vez de verdad desde que se dio la noticia.
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Y allí se encuentra el alfa, sintiéndose tremendamente nervioso porque no ha vuelto a ver a Taehyung desde que fue con sus padres a pedir su mano y a darles la correspondiente dote por "quedarse" con su hijo.
No puede creerse que realmente vaya a casarse con el amor de su vida que es Taehyung, está nervioso, emocionado, feliz y aterrado, quiere hacerle la persona más dichosa del mundo, pero no sabe cómo, aunque sospecha que es algo que irá aprendiendo con el tiempo.
Solo de pensar que podrá estar a diario viviendo con Taehyung, a solas, enamorándose cada día del omega, su corazón salta de felicidad.
Su sistema nervioso al completo se pone alerta cuando las puertas del evento se abren, entrando Taehyung con su madre, aunque se sorprende al no verle con la cara que imaginaba, no está sonriente ni le brillan los ojos, eso le causa miedo ¿Podrá hacerle feliz? Es lo que más desea en este mundo.
Sus ojos conectan y el corazón de Yoongi se tambalea, realmente es la persona más hermosa que ha visto en toda su corta vida y va a ser su esposo y el de nadie más.
Llegando a su lado, Taehyung suelta con rapidez el brazo de su madre, que mantiene las apariencias.
— Hola — saluda Yoongi, emocionado.
— Hola — devuelve Taehyung, sonriéndole.
La ceremonia y celebración pasan sin más, era otra época y los novios apenas tenían permiso para rozarse o hablar en público, eso solo lo podían hacer los matrimonios consolidados y de bien; por fin, todo acaba y la pareja tiene potestad para poder irse a su primera casa juntos.
Con los nervios a flor de piel, ambos cruzan el umbral de la puerta de su pequeña vivienda, sin poder creerse que van a vivir juntos.
Taehyung siente que su rostro arde y gira la cara, siéndole imposible verlo directamente, pues ahora sí es plenamente consciente de que están a solas.
— ¿P-Podría besarte? — pregunta en un susurro, avergonzado.
El omega asiente, sintiendo que su respiración se cortará de un momento a otro; su rostro es sujetado con delicadeza, haciendo que ambas miradas se encuentren, sintiéndose libres de hacer lo que les dé la gana, pudiendo fundirse en el primer beso sin ataduras, de muchos que tendrán a lo largo de su vida.
Los labios de ambos se juntan, tocándose tímidamente poco a poco, haciéndoles sonreír en mitad del beso, haciéndoles tremendamente felices a ambos.
A lo mejor su matrimonio ha sido forzado, pero ahora está ahí, siendo besado por el alfa que ama.
