Una de las cosas que proporcionan los tiempos nuevos y la finalización de guerras es mas libertad y tiempo para pasarlo con tus seres queridos; por ello, los mandatarios habían decidido que, en esta ocasión, las familias pudiesen visitar por primera vez a los soldados y sus campos de trabajo.
En un rincón, solo y sin sentirse extrañamente triste, Taehyung observa cómo todos sus compañeros reciben a sus familiares, sabiendo que él, no va a recibir a nadie.
Entonces sus ojos se desvían, viendo cómo ese alfa que tiene robado su corazón llega con los que supone que son sus padres, viéndose imponentes y hermosos como lo es él, haciéndole sonreír para sí mismo debido a que Yoongi es una perfecta mezcla de ambos.
Lo que no esperaba era ver a quien aparece detrás de ellos.
De espesa cabellera negra azabache, rostro pequeño y dermis perlada, una autentica belleza omega coreana, dispuesta a robarle el futuro que no puede tener porque ha nacido siendo un hombre.
Retiene las lágrimas en sus ojos, seguro que en otra vida consigue ser feliz.
Observa detenidamente cómo Yoongi y ella se saludan educadamente, siendo cordiales y pareciendo dos completos extraños, causándole una cara de desagrado, no entiende la necesidad de forzar matrimonios de esta manera.
Entonces los ojos del alfa le captan, habiéndose girado hacia su dirección y causándole un pequeño ataque cardiaco, obligándole a apartar la mirada, incómodo.
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Conforme pasa el día, hay una serie de eventos, varios puestos de comida y algunos discursos de los alumnos más predilectos, haciéndosele interminable al omega, que no ve el momento de poder quitar de su campo de visión a esa perfecta omega que solo sabe sonreír tapándose la boca con los dedos, como toda una dama.
— Seguro que no sabe ni dónde tiene la vagina — dice, por lo bajo, apartado del gentío.
— ¿Quién? — preguntan a sus espaldas, asustándole; Taehyung se encuentra con un Yoongi vestido con una media sonrisa arrebatadora, sin entender cuándo ha llegado ahí, causándole un mini infarto de nuevo — probablemente HyeJin sí sabe dónde tiene la vagina.
— ¿Quién es esa? — pregunta, mirando hacia los lados; Yoongi arquea una ceja, incrédulo — no conozco a ninguna HyeJin.
— Mi prometida — dice, mirándola desde lejos — no has dejado de vernos en todo el día, cualquiera pensaría que estás molesto por esas caras que has puesto, pero claro, eso no es posible ¿No?
— ¿Exactamente por qué debería estar molesto? — bufa, cruzándose de brazos — me interesas una mierda tú, tus padres anticuados y tu perfecta omega que encaja en la sociedad coreana.
— Taehyung — dice seriamente, agarrándolo de la muñeca; su nombre en los labios de ese alfa lo bloquean mentalmente, permitiéndole ser momentáneamente secuestrado.
Es arrastrado hasta uno de los cuartos de armas más alejados, sin importarle si son vistos o no, solo puede pensar en cómo su piel arde con el toque de Yoongi, pesándole profundamente esto en el corazón.
— No me quiero casar con ella — le dice, mirándole con seriedad — sabes perfectamente que mi corazón no le pertenece.
— Sigo sin entender por qué debería interesarme esto — rebate, poniendo los brazos en jarra — solo soy tu amigo al que le guardas un secreto, después del servicio militar no volveremos a vernos, tu tendrás una vida plena propia de un alfa dominante de la alta sociedad coreana, con uno o dos niños si tienes suerte, porque con esa muchacha tan rancia, si consigues tocarla más de una vez, será una lotería.
— ¿Qué insinúas?
— Creo que serías más feliz con alguien que pudiera llevarte el ritmo propio de un alfa dominante, tal vez otro dominante o incluso un alfa, podrías probar, ya que te interesan tanto los hombres — escupe, sin saber ni lo que dices.
— Solo me interesa un hombre — repite, acercándose para agarrarlo del brazo — estás complemente precioso estando celoso.
— ¿C-Celoso? ¡¿Yo?! — balbucea, sintiendo que su rostro podría estallar del sonrojo.
Pues claro que lo está, esa belleza coreana va a tener todo lo que desea solo por ser el prototipo de lo que los coreanos quieren, quedándose sin su primer y único amor, haciéndole sentir miserable para el resto de su vida.
— Que esté celoso o no, no es de tu incumbencia — susurra, bajando el rostro.
— Pensarás que soy un maldito egoísta — dice en el mismo tono, poniendo delicadamente los dedos en su barbilla, para levantarla — pero me hace feliz Taehyung, me llena el corazón de alegría.
— Eres un maldito egoísta — responde, simplemente.
El alfa sonríe, posando su frente junto a la contraria, para cerrar los ojos y disfrutar de ese pequeño momento con el omega que ama profundamente, desea memorizar a fuego esos momentos para que la vida que le espera se le haga un poco menos insoportable.
A los segundos se separan levemente, mirándose a los ojos en silencio, casi escuchando los latidos del contrario, debatiéndose entre los labios ajenos y la mirada llena de sentimiento.
— Y-Yoongi... — susurra, sintiéndolo a cada segundo que pasa más cerca de sus labios.
Desea ese segundo beso, lo necesita y lo anhela, aunque duda que no muera de un ataque al corazón después de esto, pues lo escucha a niveles ensorcedores, no quiere que acabe nunca este momento.
Pero el sonido del fin del evento los saca de esa burbuja, obligando a Yoongi a salir disparado hacia donde está su familia y dejando allí a Taehyung, solo.
Igual que no ha extrañado a sus hermanos o padres, ahora sí se siente abandonado.
