Esa primera vez dio vida a muchas otras, en muchas ocasiones solo hacía falta que Yoongi llegase del trabajo para que ambos se deshiciesen entre besos y roce de pieles sudorosas por el calor del momento.
Era una fase llena de fogosidad y amor, ambos daban envidia a cada pareja que los veía pasar, la mayoría obligados a casarse, como ellos, pero sin llegar a dedicarse esas miradas llenas de enorme pasión que se dedicaban, de esas caricias sutiles que conseguían disimular entre algún que otro momento de despiste de la gente.
Pero había un problema mayor que ellos aún no habían enfrentado, puesto que, si hoy en día las familias forman parte de un matrimonio en mayor o menor medida, en aquellos tiempos era casi una imposición.
Por ello, aún dentro de su esposo, disfrutando de su rostro sonrojado debido a las embestidas en la encimera de su hermosa cocina, Yoongi decide que no hay mejor momento para comunicárselo.
— Mañana nos vamos todo el fin de semana con mis padres — le dice, viendo cómo el rostro relajado de Taehyung, se tensa — yo no quiero, pero...
— Tranquilo, mi vida, es normal, ya sabes, es tu familia — dice sonriendo, para después abrazarle — mucho han tardado en llamarnos la atención, supongo que a mis padres les pasará pronto lo mismo, en especial, después de la controversia de nuestro matrimonio.
— Prometo que tendremos nuestro propio dormitorio y que pasaremos juntos la mayor parte del tiempo — asegura, dándole un besito en la frente.
Taehyung sonríe, por no preocuparle, pero odia la idea de ir a visitar a ese señor.
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¿Cómo podía estar equivocado? Lo primero que hace su padre conforme llegan a casa es ir a obligarle a descansar en su antigua habitación, separándolos y sin dejar a Yoongi ni una pizca de opción a replica; seguido de una imposición para ir a ayudar a su suegra a realizar las compras del fin de semana.
Cosa que Taehyung no entiende exactamente, pues tienen un gran servicio para que realice tales tareas.
Una cosa que le llama la atención es que en esa casa todo son hombres betas, algo que no entiende, pues su esposa es una omega y bueno, si fuesen mujeres habría menos posibilidades de una infidelidad; se encoge de hombros, si todo sale bien, solo vendrán unos pocos meses al año y este fin de semana se pasará rápidamente.
Decide cambiarse de ropa por una más cómoda, por lo que procede a retirarse la blusa que lleva, tapándose el cuerpo con los brazos como puede cuando la puerta se abre sin ser tocada.
El padre alfa de Yoongi entra sin permiso o autorización a la habitación sin inmutarse por si ha causado incomodidad o no, sabiendo que no se le va a rechistar por tal acción, para sonreír seguidamente, a pesar de que Taehyung le da la espalda para ponerse nuevamente la camisa.
Un escalofrío sube por su espalda al sentirse observado, casi sintiendo los ojos en su nuca.
— Estoy viendo que el inútil que tengo por hijo no ha tenido todavía el cuidado de marcarte — dice, sonriendo más siniestro al ver el ceño fruncido de Taehyung — si dependiese de mí, todos sabrían que eres mío.
— Su hijo no necesita tal acción para que sepan que soy suyo, con el anillo y el futuro bebé que estoy esperando, no hace falta más pruebas — comenta, sabiendo que todavía no está embarazado, pero su instinto le obliga a protegerse de alguna forma, se siente completamente amenazado.
— ¿Un bebé? Al menos habéis hecho eso — asiente, cambiando el semblante a uno serio — aunque bajo mi techo eso no va a ocurrir, debes tener un respeto por la familia de tu esposo.
— Jamás se me habría ocurrido mancillar su territorio — asiente, dando una pequeña reverencia — si no le importa, me gustaría cambiarme.
El padre de Yoongi asiente, saliéndose unos segundos después a lo que Taehyung aprovecha para poner el cerrojo, sintiéndose un poco más seguro así; suspira, no entiende qué le da tanto pavor de ese hombre, aunque, en realidad, es de todos los alfas que no sean el suyo propio.
Se toca la nuca, tal vez estaría más seguro con la marca ahí.
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Después de ese incidente, no volvió a ocurrir ninguno más de esa forma, cosa que tranquilizó y alegró al omega, que estaba feliz de poder aprender cosas de su suegra y ver fotos de un pequeño Yoongi, lindo y de mejillas gorditas.
Deseoso de que sus cachorros saliesen así de hermosos.
Aunque la primera noche tuvo una horrible pesadilla en la que alguien entraba a su habitación e intentaba ahogarle, despertándolo para comprobar que el cerrojo seguía en su lugar, tranquilizándolo poco después.
Lo que no esperaba que es al día siguiente, al ir a dormir, ese cerrojo ya no se encontrase y, apurado por lo que pudieran decir de tener miedo en la propia casa de sus suegros, no dijo nada, acostándose con pánico por si la pesadilla del día anterior volvía, lo malo, es que no fue una pesadilla.
La imagen de Taehyung cuando abre los ojos, lo acompañó mucho tiempo después en sus peores sueños, porque siempre odió los orbes morados de los alfas en celo.
Aunque hubo unos que si amó hasta el último día de su larga y feliz vida, los de su adorable esposo, el cual tenía tal conexión con él, que se despertó al sentir a su lobo aullar comido por el pavor y el terror, propinándole a su propio padre el puñetazo más fuerte que daría por el resto de su vida.
