Fates of his life with Taehyung ♡ YoonTae

4

Las nietas se quedan un poco confusas puesto que hace unos minutos que su querido abuelo no dice nada, pero es normal, porque no tiene intención de contarles a ellas cómo se empalmaba cada vez que veía el cuerpo desnudo del que seria su marido unos años después.

Sus hijos lo sabían, por eso se ríen.

— Abuelo, el abuelito Taehyung ¿Te odiaba? — pregunta una de ellas, haciéndole reír levemente — no le caías muy bien.

— Mi esposo era reservado en aquellos entonces porque le daba miedo que pudieran tratarlo mal, por eso mantenía las distancias conmigo y con todos los demás, si allí se hizo amigo de vuestros tíos Namjoon y Hoseok — explica, cogiendo a la más pequeña en brazos — es normal que le asustase, podrían haberle hecho cosas feas.

— ¿Qué cosas? — pregunta la más mayor y por consiguiente, la más espabilada.

— Lo sabrás cuando crezcas — interviene su madre, cortando la conversación — papá, ya tenemos hechos las infusiones y zumos, paremos un momento.

Las niñas salen corriendo, deseosas de comer y beber lo que han preparado sus padres mientras Yoongi se queda mirando hacia la ventana, recordando con nostalgia esas caras que ponía Taehyung por aquellos entonces.

Sonríe, con el corazón latiéndole con fuerza al recordar uno de los días, pasados un par de meses de la estancia juntos, cuando el omega, se resbaló en las duchas.

Aún siente con claridad cómo fue ese primer contacto con su piel, estaba fría y húmeda, pero era suave y delicada, le daban ganas de seguir acariciándola, pero volvió de su ensimismamiento al recibir una bofetada de Taehyung.

En su mente se recrea a la perfección el rostro sonrojado del omega y de cómo quiso besarlo allí mismo, también cómo ese fue el primer día en que se tocó pensando en su esposo.

— Papá — escucha a su hijo, sacándolo de sus recuerdos — la verdad es que me gustaría que me dieses consejo.

— Entiendo que os casasteis jóvenes — dice Yoongi, suspirando — pero si le amabas no deberías haber dejado que se fuese la primera vez y menos la segunda — pone la mano en el hombro de su hijo, acariciándolo — yo cometí muchos errores con tu padre, lo mejor para vosotros y vuestra hija, sería dejarlo para siempre o arreglarlo de una vez.

— Me ha dicho que está nuevamente embarazado — comenta, sonrojándose — sé que es mío y estoy emocionado, pero no quiero que volvamos solo por la excusa del bebé.

— Deberíais sinceraros el uno con el otro y dejar de reprocharos todo cada vez que tengáis una pelea, se nota que os amáis y tal vez la solución es que vayáis al psicólogo, juntos o separados, pero no podéis pasaros así la vida — Yoongi sonríe, aliviando la carga de su hijo — lucha por él, tal como yo luché por tu padre.

La pequeña se lanza encima de ambos, dándoles una sorpresa y recordándole al alfa una de las razones por las que se enamoró de él y es por esos ojos grises que ha heredado su hija, deseoso de verle y querer reconciliarse de una vez por todas.

— Abuelo ¿Cuánto te gustaba el abuelito? — pregunta de las mellizas, sosteniendo un vaso con zumo.

— Me gustaba muchísimo, pero claro, en aquellos entonces as cosas eran diferentes y a los alfas no nos podían gustar otros alfas o betas, tampoco "existían" — dice con comillas en los dedos — los omegas varones, entonces yo vivía en un conflicto conmigo misma, vuestro abuelito, no podía gustarme.

— Bendito sea, menos mal que ha cambiado todo — comenta su hija mayor, una alfa casado con un omega varón — si no fuese así, mi esposito no lo sería.

— Mis compañeros de clase dicen que los omegas son más débiles — prosigue su nieta, frunciendo el ceño — y yo siempre les cuento que mi abuelito omega se graduó en el servicio militar como el mejor de su promoción.

— ¿Qué es promoción? — pregunta la segunda más pequeña.

Todos se ríen tiernamente de la pregunta, aunque es lógica ya que tiene muy poca edad y Yoongi se siente contento, de tenerlas a todas.

— ¿Tú eres la mejor de tu clase? — le pregunta, a lo que la niña asiente — pues el abuelito Taehyung también fue el mejor de la suya.

Las pequeñas aplauden, contentas por su abuelito y se giran a mirar la foto de aquel Taehyung joven y sonriente que está en el altar del salón, ellas no entienden muy bien donde está, pero según su abuelo, se encuentra en un lugar mejor.

— Sigue con las historias papá, os habéis pasado cincuenta años juntos, tienes muchas más — invita su hija menor, sentándose a su lado.

El alfa suspira, pues ciertamente tiene muchas anécdotas y relatos que contar con su esposo, pero eso le duele pues a cada historia que recuerda, su corazón duele muchísimo, la vida sin Taehyung es gris y apagada.

— Vuestro abuelito tardó varios meses en hablarme sin querer golpearme, no le caía especialmente bien — prosigue, consiguiendo la mayoría de las risas — él había estado siempre con sus padres y no acostumbraba a escucharnos decir barbaridades propias de alfas sin decoro ninguno.

— Es curioso cómo todos estabais prometidos con chicas y os casasteis con hombres omegas — apunta su hijo, riendo.

El alfa asiente, sus dos amigos acabaron enamorándose de dos omegas, Jimin y Seokjin, que conocerían años después, aunque eso es una historia que no tiene cabida ahora mismo, puesto que apenas llevaban cinco meses en el servicio militar, según el tiempo de contar sus relatos.

Yoongi bebe un trago de su café, dispuesto a proseguir.