A pesar de haber contado la historia mil veces, de haberla recreado en su cabeza y de haber vivido ese tipo de momentos con Taehyung en tantas ocasiones, al gran alfa le sigue avergonzando cómo se comportó.
Los grititos de sus nietas tampoco ayudan a que su sonroje levemente a pesar de ser un hombre hecho y derecho.
— Siempre adoro esta parte de la historia — dice su hija menor, abrazándose emocionada — yo también habría besado a mi papi en mitad de una noche de luna llena bien sonrojado y diciéndome con los ojos que me amaba.
— Y yo — comentan todos los demás, al unísono, avergonzando aún más a Yoongi.
— ¿Qué pasó después, abuelito? — pregunta su nieta mayor, aunque lo sabe de sobra, solo quiere quitar a su mayor de esa situación incómoda — ¿Os hicisteis novios ahí?
— Taehyung... me pegó una bofetada en la cara después de reaccionar — comenta, mirando mal a su hija mayor, que se ríe — al principio no lo entendí, con los años sí, podrían habernos pillado y habría sido un desastre para los dos, por suerte todos los presentes tenían más sueño que otra cosa y nadie nos vio.
— El abuelito siempre tuvo mucho genio — comenta la otra gemela, asintiendo.
— Después se pasó muchos días ignorándome, eso me dolía, en mi orgullo y en mi corazón, porque para mí vuestro abuelo fue el primero absolutamente en todo, yo no me besé o hice nada más con nadie — gruñe, frunciendo el ceño — hoy día, a veces, todavía me siento un poco molesto de que me diese un bofetón.
Las nietas más pequeñas se ponen a reír, haciéndoles gracia cómo su abuelo refunfuña a pesar de ser tan mayor, aunque sin entender exactamente que ocurrió, solo han entendido que sus abuelitos se besaron.
— Papi estaba muy avergonzado — comenta la mayor, captando la atención — hubo un día, cuando conocí a mi maridito, que fui a pedir consejo porque le besé sin previo aviso y temía que eso pudiera haberle espantado, entonces fue cuando me contó esto desde su punto de vista — la alfa sonríe cálidamente, haciendo que su padre vea con total claridad a Taehyung, estrujándole el corazón — me confesó que ha sido su beso favorito siempre, pero su propio orgullo y su miedo a ser descubierto no le permitieron nunca el poder expresarlo con claridad, por ello me aconsejó que tuviese una conversación con mi futuro esposo, todo debía quedar aclarado para que no hubiese malentendidos.
Yoongi se queda mirando a su hija y a su yerno, que se toman de la mano y se dedican una hermosa mirada de profundo amor, queriendo llorar nuevamente, pues, extraña a Taehyung de una manera absolutamente insoportable.
Gira su cabeza de forma brusca hacia la ventana, evitando que cualquiera de sus familiares vea las lágrimas en sus ojos, pero es demasiado tarde y sus nietas se colocan a su alrededor, siendo todas, un pequeño consuelo para su alma; el alfa deja caer un par de lágrimas traicioneras, logrando que así, todas las niñas se echen a llorar con él.
— Hala papá, ya lo has conseguido — bufa su hija pequeña, sorbiéndose los mocos de la pena — anda pequeñas, dejemos un poco al abuelo.
Las niñas se van con sus respectivos padres a la cocina, dejando a Yoongi solo, que se levanta de su asiento y va a la otra sala, donde se encuentra el altar de Taehyung, sentándose justo a sus pies y sacando un álbum de fotos del mueblecito.
Las gruesas lágrimas caen encima de las fotos de Taehyung mientras lucha por no hacer ningún ruido, tragándose los sonidos desgarradores que luchan por salir de su garganta, tampoco le apetece estropearles el cumpleaños a sus hijos; por fin llega a la única foto del servicio militar que tiene, presenciándolo de nuevo.
Sus hermosos ojos dorados no se distinguen porque en aquella época eran en blanco y negro, pero casi puede verlos brillar con claridad.
— Te extraño demasiado, mi amor — susurra, llevando su rostro hacia las fotos, desolado.
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Con unos minutos de calma para toda la familia, Yoongi vuelve a donde se encuentran todos, manteniendo el tipo y con la cara lavada, como si no se hubiese hartado de llorar durante todo ese rato.
Aunque sus cachorritos ya se lo imaginan.
— Cómo podéis imaginar, eso se convirtió en el juego del pillapilla — suspira, sentándose en su sillón — yo quería volver a la normalidad con vuestro abuelo y él me huía porque se pensaba que volvería a besarle de nuevo, aunque no me faltaban ganas, entendía que la situación era complicada.
— Me imagino a papi huyendo de ti — ríe JeongIn, divertido — cuando se enfadaba podía ser el más aterrador, pero tú sabias llevarlo muy bien.
— Mi tiempo me costó — asiente, sonriendo — me dediqué durante semanas a intentar que nos quedásemos solos, pero es que ni siquiera las guardias me ayudaban, no habían vuelto a ponernos juntos en ninguna ocasión — suspira de nuevo, y mira por la ventana, para volver a sonreír — pero hubo una oportunidad que no desaproveché y ahí pude ver por primera vez a Taehyung celoso.
— Abuelito, los celos son malos — regaña su nieta de en medio, poniendo los brazos en jarra.
— Lo sé, mi niña, pero cuando eres un veinteañero y tu enamorado huye de ti, a veces cometes fallos como esos — comenta mientras le abre los brazos, para subirla a su regazo — mi marido estando celoso se puso completamente hermoso, mucho más de lo que era ya.
Toda la familia le mira con expectación, emocionados.
