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Un pequeño break en las historias del abuelo para comer algo y que las niñas salgan a disfrutar del hermoso día invernal que hace, con un sol enorme haciendo brillar la nevada tan pura que ha bendecido el cumpleaños de Taehyung.

El alfa, mira desde la ventana del salón cómo el fruto del amor que se tenía con su amado están jugando, bellas, cálidas y casi todas con el mismo don que su marido, esos ojos dorados propios de un dominante, ya sea alfa u omega, ellas mantendrán el legado de algo que lo hizo enamorar por primera vez.

Cuando el aroma a pena de su hija mayor lo hace sonreír con tristeza, recibiéndola a su lado, en el suelo, con algo que sospecha que es.

Ese jersey de Taehyung donde todavía queda un poco de su aroma, que tanto guarda Yoongi con recelo, pero sabe que para sus hijas e hijo no lo hay; se le parte el corazón al ver a su amada hija alfa así, muriéndose de pena al recordar a su marido, aunque la entiende, él lleva así un año entero, ¿Cómo no van a extrañarlo? Taehyung era la luz y el sentido de la vida de cada uno de ellos.

— ¿Cómo puedes seguir adelante? — pregunta su hermosa hija, abrazando con fuerza el jersey — las niñas me pillan llorando muy a menudo, si no fuese por mi marido, yo no sabría cómo seguir...

— Yo he estado toda la vida con tu padre — le dice, mirándola con cariño — nos conocimos en nuestros veintes y mírame, cerca de los ochenta — la alfa medio ríe, al verle así — tengo mi fe completa puesta en que cuando llegue el momento vendrá a por mí para pasar el resto de la eternidad juntos, no me queda más que esperar.

Ella siempre ha tenido problemas con el amor ¿La razón? Sus propios padres le han creado unos estándares de cómo se debe amar a alguien que estuvo soltera mucho tiempo, deseosa de encontrar a ese alguien que debía ser el Taehyung de su Yoongi, hasta que un día su dulce esposo apareció ante sus ojos, llenándola de todo lo que ella siempre había deseado.

Dándole a sus dos hermosas hijas gemelas, dignas herederas de la belleza de sus padres, pareciéndose cada una de ellas a ambos.

— No quiero ni pensar en que faltes tú también — susurra, restregándose contra la mano dulce de su padre, que acaricia su rostro — ¿Cómo podre vivir si me abandonas? Mi vida dejaría de tener sentido.

— Qué tonta eres — ríe, avergonzado por las palabras de su hija — eso lo ves así ahora, pero todo sigue e igual que tu padre se ha marchado antes y aquí sigues, cuando lo haga yo, pasará lo mismo porque debes cuidar de tu familia, tu esposo y tus hijas son tu nueva vida ahora, nosotros quedamos en un segundo plano el día que decidiste enamorarte de ese secretario torpe que se sonrojaba solo con verte.

Yoongi se enternece al recordar cómo su hija, heredera de la empresa que él mismo consiguió remontar, se hacía pequeñita con ese omega patoso que un día llegó a su vida para arrebatársela.

Le costó mucho superarlo, todo fue gracias a Taehyung.

— Se me hace gracioso cómo a pesar de ser la hermana mayor siempre has sido la más niñita de papá — dice Bomi, burlándose de ella; Jiwon hace un puchero, viendo que Seongjin también lo está haciendo mientras los dos se acercan a ellos — no sé por qué estás tan apegada si nosotros sí fuimos planeados.

— ¡Bomi! — gruñe Yoongi, nunca le gustaron esas bromas — tu hermana nació en un matrimonio, como debía ser, no como Suni.

La hija menor se sonroja, recordando que ella tuvo a su hija en un descuido del celo cuando todavía estaba conociendo a su hermoso esposo alfa, avergonzándose porque ella fue mamá prácticamente sin quererlo.

— Jiwon noona, sabemos que echas de menos a papi, nosotros también — dice Seongjin, abrazándola — pero eres la cabeza de familia, debes mantenerte fuerte.

El aroma a caramelo de su hermanito consigue relajarla, haciéndose recordar a sí misma que, en efecto, ella es la que deberá seguir con la empresa familiar y llevar el apellido de los Min a lo más lejos y alto, debe ser siempre el mejor ejemplo para todos los demás, llevando a sus padres como bandera.

— Ciertamente deberías, papá, contar esta parte que viene de la manera más suave que puedas, papi sufrió mucho en esa época y las niñas podrían pasarlo mal — dice Bomi, preocupada — la abuela fue muy mala ahí, no debía haber hecho eso, casi os cuesta que os acabarais casando, menos mal que papi siempre fue alguien demasiado fuerte.

— Vuestro padre era la persona más fuerte y valiente que he visto nunca — afirma Yoongi, orgulloso de su marido — solo tuve que ayudarle una vez, aunque me hubiera gustado hacerlo muchas más, solo me dejó en esa ocasión.

Una vez más el corazón de Yoongi se estruja al recordar las lágrimas desoladoras que caían de los orbes dorados de Taehyung al recordar lo mal que lo pasó al volver de las vacaciones, cómo mantenía la serenidad delante de todo el mundo y con su sola presencia, estando a solas, se derrumbaba como un pequeño bebé, envolviéndose en sus brazos, sintiéndose seguro.

Nunca tuvo una mala relación con sus suegros, pero en esa época, estaba casi seguro de que podría haberlos matado.

Fates of his life with Taehyung ♡ YoonTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora