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Una amable sonrisa que resalta sus arrugas en los labios se forma al ver cómo la nieve se ha asentado en el jardín de su casa, haciendo que ese café caliente que tiene entre sus manos se sienta mucho mejor.

Da un pequeño sorbo, porque nunca ha sido muy fan del café caliente, pero a pesar del sol imponente que intenta derretir la nieve de su jardín, hace un frío horroroso propio del mes de diciembre y de las últimas horas de ese año, un 2023 que acaba y él lo va a terminar con toda su familia en la enorme casa familiar que tiene desde años.

— A Jiwon no debe quedarle mucho por llegar — dice para él mismo, suspirando seguido de eso porque sabe qué va a ocurrir cuando vea cómo está la cocina.

En efecto, puntual como ella misma, su hija mayor toca al timbre cuando dice eso Yoongi, a pesar de tener sus propias llaves, sabe que a su padre le gusta ir a recibirlas a la puerta y que las nietas lo sorprendan cómo si no se esperase que ellas fuesen a llegar.

Por ello, Yoongi deja debidamente la bebida en la cocina, teme que sus nietas gemelas de 12 años lo arrollen y tiren algún día, él ya no está joven para esos trotes.

— Buenos días, mis niñas — dice mientras abre la puerta, recibiendo los aromas de sus nietas primogénitas y alfas, que se lanzan a sus brazos cómo si no lo hubieran visto hace unos días en navidad, cómo si no hablasen a diario con él por teléfono — llegáis antes, como siempre.

— Papá, me hubiera gustado llegar antes, pero mi marido es demasiado lento — se queja su hija, haciendo cómo que el susodicho no está detrás de ellos escuchándolos — estos omegas.

El mencionado da un giro de ojos, siendo el siguiente en abrazar dulcemente a Yoongi después de su hija y nietas, siguiéndolas hacia donde se encuentra Taehyung para saludarlo correctamente como todo yerno debe hacer cuando llega a casa de sus suegros, para que mientras el patriarca cierre la puerta.

Mira el reloj que hay en la entrada, sospechando que Bomi va a llegar tarde porque eso lo ha sacado de su padre y que Seongjin tampoco va a tardar mucho en aparecer.

Se sorprende cuando al dar tres pasos vuelven a llamar a la puerta y se gira, para abrirla, siendo recibido por sus nietas menores, de 6, 4 y 3 años, hijas de su hija Bomi y su hijo Seongjin, que aparecen juntos, sorprendiéndole.

— ¿Y tu esposo? — pregunta, con su nieta menor en brazos y las otras dos cogidas a su cintura — ¿Cómo es que has venido con tu hermano?

— Ha tenido que volar a Estados Unidos y yo me he venido con mi hermano para ahorrar gasolina, total, entrabamos todos de sobra en el coche — explica, haciendo que Yoongi asienta — Seongjin oppa me ha contado que ha vuelto a hablar con quien tu sabes, papá.

— Si te arreglas con él, por favor, esta vez no la cagues — suspira, riéndose después ante la mala cara que pone su nieta al oírle decir esa mala palabra — perdóname vida mía, el abuelo se ha equivocado.

— Papi también dice esas cosas feas — comenta la nena, sintiéndose mayor — pero papá le regaña — y unnie también.

— Vamos a ver al abuelito — dice la niña de seis años, arrastrando a su prima de cuatro de la manita mientras los demás entran en la casa, dispuestos a celebrar otro año más el cumpleaños de Taehyung.

Que este año cumpliría 78 años.

El alfa va andando con su nieta en brazos mientras sus hijos y nietas se abrazan y besan después de no verse en unos días, a su marido siempre le gustó mucho la unidad familiar y luchó por mantenerla siempre firme, aunque eso le llevase uno que dolor de cabeza.

Siente que se le estruja el corazón al ver a sus cachorros con las lágrimas saltadas alrededor de la foto de Taehyung de joven, esa que encabeza el pequeño altar donde se encuentran sus cenizas y agradece el dulce aroma a vainilla de su nieta menor, que lo abraza con ternura por el cuello.

Es el primer año sin su marido y se le está haciendo absolutamente insoportable.

Cuando Taehyung estaba con ellos, adoraba reunirse entre todos para celebrar todo lo posible, preparar mucha comida y llamar a sus amigos más allegados, pero este año, por empatía hacia Yoongi, solo van a hacerlo en la más estricta familia

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Cuando Taehyung estaba con ellos, adoraba reunirse entre todos para celebrar todo lo posible, preparar mucha comida y llamar a sus amigos más allegados, pero este año, por empatía hacia Yoongi, solo van a hacerlo en la más estricta familia.

Sus hijos se van a la cocina a preparar la primera parte del día, que es un pequeño brunch en el gran salón donde se criaron mientras Yoongi se queda con sus nietas.

En su sillón favorito y con un café en la mano, descafeinado porque ya tiene una edad y los atentos ojos de sus nietas enfocándole, Yoongi se siente arropado, aunque esa sensación de vacío no se vaya en ningún momento.

— Abuelo, ¿Nos contarías una historia sobre el abuelito? — pregunta su nieta más mayor, porque las adora.

— ¿Otra vez? Os las he contado miles de veces — refunfuña, aunque adora hacerlo.

— Por fi, abuelo — insiste la de seis años, poniéndole ojitos.

— Ara, Aera, Suni, Yuna y Yuri, ¿Qué historia queréis oír esta vez? — pregunta, suspirando por ello.

Las nietas, felices de que su abuelo haya accedido, se lanzan a aplaudir por volver a escuchar uno de sus cuentos favoritos.

Los hijos, desde la cocina, sonríen, pues ellos también las adoran.

Fates of his life with Taehyung ♡ YoonTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora