Capítulo 10: Parte dos

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El tono de su voz me advirtió que era mejor obedecer.


Ocupé su lugar. Se necesitaba más valor para sentarse ahí cuando Bae Irene te estaba mirando del que ocupe para hacerlo en su ausencia.


—Jis no puedo salir contigo —para nada me gustó la forma en que lo dijo.


—Entiendo si tiene otros planes... —me apuro a decir— puede ser cualquier día...


Suspira.


—A muchas personas no les parece adecuado que regularmente esté saliendo a almorzar con una alumna... entenderás que hay normas en este colegio — empieza a contar con los dedos— No besuquearse en los baños, no faltar a clases, no entablar una relación que vaya más allá de lo profesional con los
alumnos, no hurgar en las pertenencias privadas de un profesor, no...


—Vale, ya entendí —la corto— ¿eso tenía furioso al director? ¿Qué no me pudo expulsar? Porque si es por eso yo misma me doy de baja...


—Tú no lo molestaste, fui yo.


—Porque salió conmigo —comprendo.


—Hubiese tenido el mismo lio por cualquier otra.


—Yo soy la hija de policías...


Se quita los lentes y cierra los ojos, en un movimiento casi inconsciente
comienza a tallarse el puente de la nariz. Por primera vez la veo agobiada.


Después de todo mi profesora de literatura era humana.


—Escuchar detrás de las puertas es otra falta al reglamento.


— ¿Por qué no me acusó? —pregunto con timidez.


Ella se encoje de hombros.


—No quiero meterte en problemas.


Solo ella podía plantearme mil dudas en una respuesta.


—Entonces me está bateando —bromeo.


Ella curva sus labios en una sonrisa cansada.


—Sigues siendo mi alumna favorita.


—Y por lo visto la más problemática ¿Tampoco almorzará con las otras?


Expreso en voz alta la duda que me estaba carcomiendo el alma.


Pero ella vuelve a ponerse sus anteojos y me mira como si quisiera leer mis pensamientos.


— ¿Cuáles otras?

SI FUERAS MIA | JireneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora