Capítulo 13

166 42 6
                                    

Christian

Me mantengo sentado en el sofá mientras mis ojos no abandonan las brasas ardientes de la chimenea, el fuego crepitando y la sensación de calor que produce. Mis piernas subidas sobre los cojines, abrazadas a mi pecho. Mis uñas encajadas en la piel de mis propios brazos, pero, a pesar de todo, no las sentía, porque mi mente está demasiado lejos.

Maddox y Reyes continuaban analizando toda la información que Samson les mandó sobre los asesinos, pero yo me marché de la habitación poco después de mi charla con el híbrido. Necesitaba mantenerme alejado, sin implicarme demasiado. Puede que Reyes me hiciera plantearme varias cosas y ahora, siento miedo. Es raro, solo me ha pasado otra vez en toda mi existencia y es por la misma razón: no sé que haré con mi vida, la incertidumbre que siento es horrible. Por eso la primera vez opté por el rol del villano, porque incluso eso era mejor que condenarme a una vida vacía y solitaria. Pero ahora, no sé qué va a pasar.

Yo siempre he sido pasajero para la vida de todos; sin embargo, todo lo demás parecía eterno. Cuando el destino jugo su pieza final decidí que no sería una ficha. Decidí que tomaría mi valor; no importarían los medios para ellos. Tomaría lo que me había sido prometido, lo encontraría. mi corazón no iba a ser el punto débil. Ese estúpido órgano al que tantos poetas veneran me hizo fallar, me traicionó. Pero ya no estaba en mi pecho, ya volvería a ser fuerte...

Solo había un problema...

Lo estaba escuchando latir y eso me destrozaba; más que cualquier magia reprimida, más que cualquier encierro o castigo. Sentir ese estúpido órgano latiendo me estaba robando incluso el aire de los pulmones. Y no sé que hacer, porque yo no quería esto.

Escucho una puerta abrirse a mis espaldas, no necesito mirar para saber de quien se trata. Solo su presencia es capaz de llenar la estancia, su aroma impregna hasta el último rincón de la habitación; sereno y decidido. Solo giro un poco la cabeza y aparto la mirada del fuego para centrarme en su figura. Parece recién salido de la ducha por las gotas de agua que caen de su cabello sobre sus hombros; al contrario de otros días, junto con su pantalón de pijama veo que lleva una camiseta y cuando veo hacia la cascada, noto que los rayos del sol se han perdido y dio paso a la noche fría y solitaria.

Así suele ser todo lo relacionado con la oscuridad...

No vuelvo a mirar a Maddox cuando este se sienta a mi lado. Sin embargo, cuando me ofrece una pequeña taza de chocolate caliente, la acción aprieta mi pecho.

—No tenías que traer nada.

Intento centrarme en el fuego, no quiero verlo; no ahora cuando me siento como un puto jarro transparente en el que alguien puede ver todo lo que llevo en mi interior.

—¿Te encuentras bien?

—No es tu puto problema.

Maddox no se hecha hacia atrás por mi arisca respuesta. Solo se dedica a observarme por varios segundos en silencio. Pero incluso eso, es más de lo que puedo soportar en este instante. Intento ponerme en pie y salir disparado de este sitio, pero la fuerte mano de Maddox agarra mi muñeca deteniéndome en el lugar. Deja la taza en el suelo y se coloca de pie a mi lado.

—¿Qué te sucedió? Casi no te he visto en todo el día cuando básicamente has pasado todos estos días en el gimnasio o en los estudios conmigo.

—Pues siento si te dejé de lado, pero el hecho de que seas mi niñera no representa que mi vida tenga que girar en torno a la tuya. —Incluso las palabras sonaron rudas para mí, por lo que bajo la mirada intentando pasar mi mano libre por mi rostro, respirar y seguir adelante. Sin embargo, ahora me cuesta hasta tragar aire—. Mira Maddox, lo siento, de verdad. Siento haber sido un dolor en el culo; siento haberte gritado ahora y siento que tengas que cargar conmigo en este estúpido castillo mientras te recuperas. Pero solo apártate de mí, porque ahora mismo no puedo soportar que hagas cosas como estás y finjas como si de verdad te preocuparas por mí.

Finalmente, alzo la mirada para enfrentarme a sus oscuras pupilas. Su ceño se encuentra fruncido y sus ojos ilegibles, como una enorme tormenta.

—Christian...

—¡No! No quiero escuchar nada. —Retrocedo—. Reyes tiene razón; no tengo que ser un villano solo porque todos lo piensen, pero yo quiero serlo y eso representa que quiero que te alejes.

Maddox parece confundido y no lo culpo. Sé que no esperaba esto, pero no quiero que todo se repita. No de nuevo, así que este punto de humanidad que está creciendo en mi pecho necesito erradicarlo de raíz antes de que se vuelva más fuerte. Es una lástima que Maddox aun no me suelte y se empeñe en tener una estúpida conversación.

—¿Y me puedes explicar porque tengo que alejarme? —Parece irritado, su agarre se vuelve más fuerte, y eso es la gota que llena el vaso para mí.

—¡Porque odio que puedas verme incluso cuando no quiero! ¡Odio que sepas tanto de mí sin conocerme ni una mierda! ¡Odio que tengas esperanzas de mierda en mi persona cuando yo no las tengo y, absolutamente, odio que me hagas latir el pecho y replantearme mi asquerosa existencia! —No sé si fue el arranque de ira, pero logro que suelte mi mano—. Yo no voy a volver a ser así, una vez pasó y me destruyeron; no quiero ser así y no quiero sentir ni una mierda. —Pero sé que Maddox no se alejaría solo por eso así que, como rata de mierda que soy, solo puedo lastimarlo—. ¡Qué tu decidas arrastrar tu pasado y noche tras noche revivir los fantasmas que te acechan para levantarte gritando no significa que yo vaya a ser lo mismo! Así que quédate con tus malditos espíritus y a mí déjame en paz.

Casi al instante veo el dolor en su mirada y, lo que indica cuan mal estoy es que, por primera vez, quiero retroceder el tiempo y retirar mis palabras. No obstante, no me atrevo, porque me da más terror que eso nos vaya a destruir a los dos. Así que solo salgo corriendo y me recluyo en el único lugar de este castillo que de verdad se siente como una cárcel, con la única esperanza de que mi corazón deje de latir, pero, sobre todo, que deje de doler.


Pasiones Ocultas [#7 Pasiones-BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora