Maddox
Dirijo a Christian hacia una de las habitaciones privadas del jet, asegurándome de colocar el seguro de la puerta a nuestras espaldas. Verle hablando con Samson me puso nervioso, la expresión del antiguo Dios de la nada fue casi dolorosa de contemplar. Christian parecía devastado y, antes de darme cuenta, estaba caminando hacia él.
Cuando me detuve con Samson a mitad de camino quería gritarle, pero las palabras de mi antiguo amigo me detuvieron en el acto.
«Él tiene que elegir Maddox, el momento se acerca, tiene que tomar una decisión y saber la diferencia entre ser libre e ir en soledad por la vida». El dolor me había atravesado porque al instante supe a qué se refería, Christian aun no tomaba su decisión, pero, para mi sorpresa, Samson continúo:
«Creo que él ya sabe lo que desea, solo debe de enfrentarse a la vida que siempre se le dictó».
Luego de eso, no pude evitar llevarme al Dios a un sitio más privado. Quería abrazarlo y besarlo, hacerle sentir seguro porque, aunque tardé en darme cuenta, le quería. Más de lo que había amado a nadie en mi vida. Por primera vez, desde hace muchos años, sentí que existe más que sangre, muerte y dolor en mi existencia. Christian cambió todo mi punto de vista y, en el fondo de mi mente, una desesperada voz rogaba por haber cambiado el suyo también.
Enrollo mis brazos alrededor de su cintura, pegándole a mi cuerpo de tal manera que su espalda queda pegada a mi pecho. Sus manos buscan de manera automática las mías para entrelazar nuestros dedos y, por esos breves segundos, logro sentirle temblar.
—¿Estás bien? —interrogo en un bajo susurro contra su oreja.
Christian tan solo asiente, su rostro aun oculto de mí y se lo permito por unos instantes. Es evidente que su mente aun se encuentra alejada, pensativa. Luego de pocos segundos, se gira con suavidad para quedar de frente a mi figura. Sus azules ojos fijos en los míos, llenos de añoranza, preocupación y un deseo capaz de erizar hasta el último pelo de mi cuerpo. Una de las manos de Christian se alza por mi piel, acariciando de forma suave mi pómulo, justo donde la blanca cicatriz resalta en mi rostro. Siguiendo el contorno de esta sus dedos se deslizan y mi respiración se entrecorta por la calidez del tacto.
—Se supone que esto no sería así —susurra—. Se supone que ahora, esta sería mi oportunidad de fuga, de venganza; de no volver a sentir... —Su voz contiene tanto dolor y sus ojos lucen tan tormentosos que, por primera vez desde que le conozco, en sus pupilas se reflejan todos sus años vividos y no solo la juventud de su apariencia.
—No tiene que ser doloroso cariño.
—No sé hacerlo de otra manera Maddox, no sé que hacer. —Hay sinceridad en su voz rota y próxima a las lágrimas—. Se supone que eso es lo que soy, causo destrucción y guerras; creo daño, sombras de pesadillas que recuerden el abismo. He vivido tanto con eso que, si lo dejo, ya no sé qué hacer...
Y entonces me doy cuenta de algo; Christian no solo se encuentra perdido, sino que también me pide consejos. Se apoya en mí. Sin embargo, Samson tiene razón sobre algo, esta es una decisión que debe tomar el Dios y solo él; no obstante, eso no significa que no pueda otorgarle una perspectiva de las dos caras de la moneda.
Me agacho un poco para tomar a Christian por la parte trasera de sus rodillas e impulsando hacia arriba le cargo. Sus piernas se enredan en mi cintura casi de manera automática. Sus manos envuelven mi cuello y su nariz acaricia mi mejilla con una ternura que me hace doler el corazón.
Camino con el chico en brazos hasta llegar a la cama que se encuentra en el centro de la estancia. Doblo mi rodilla para que ambos caigamos sobre la cama, más que dispuesto a asumir el control de la situación; rogando para que mi toque y las palabras que luchaban por salir de mis labios fueran suficiente para alejar el estrés y la preocupación que caía sobre mi amante. Por unos instantes, olvidé todo lo que me rodeaba, solo estaba él y la posibilidad de un borrón y cuenta nueva en el futuro de ambos.
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Pasiones Ocultas [#7 Pasiones-BL]
Romance«Si el amor fuese ciego solo nos enamoraríamos de la oscuridad» Beret. «Solo en la oscuridad puedes ver las estrellas» Martin Luther King