Capítulo 17

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Christian

Todo había cambiado, desde la noche junto a la cascada, nada era igual. Los detalles exactos de las acciones se pierden en mi mente; sin embargo, puedo asegurar que Maddox se ha vuelto como una droga para mí. Como si fuese un adicto a punto de recaer, me siento incapaz de apartarme de la tentación. Cuando sus oscuros ojos se fijan en mí, soy capaz de sentir el fuego abrasando mis venas y entrañas; su constante presencia a mi lado es un factor al que me he acostumbrado en mi día a día. Por un lado, esa sensación me aterraba un poco porque sé que no será eterna; sé que cuando se recupere por completo se marchará en su propia cacería de asesinos y todo llegará a su fin. Maddox es solo mi niñera del momento. No obstante, una parte de mi mente, menos lógica, evitaba pensar en ello y solo me entregaba a la necesidad que iba creciendo por él a cada nuevo segundo.

Cuando intenté burlarme de él por su atracción hacia mi y el hecho de que soy hombre, Maddox me sorprendió al decir que no le interesaba lo que pensaran de él; la situación era muy simple; me quería y el humano no suele negarse lo que desea, por lo que no iba a iniciar con ello ahora.

«Con lo hipócrita y corta que suele ser la vida humana, lo mínimo que se puede hacer es aceptar lo que uno mismo anhela».

Esas simples palabras provocaron que mi necesidad de él tan solo aumentara. Una necesidad que se transformó poco a poco en besos y caricias; su tacto provocaba un lado posesivo y salvaje en mi mente que no había sentido en milenios. Ya no me escondía en mi habitación, al contrario, pasaba los días junto a Maddox en el despacho; intentaba ayudarle a descubrir algún rastro de los asesinos que le perseguían en conjunto con Reyes. En otras ocasiones, tan solo leía algún libro mientras ellos trabajaban. Sea cual fuere la situación, era la primera vez en toda mi existencia que me sentía realmente bienvenido, estaba a gusto en la compañía de alguien. No solo era como si los tres estuviésemos aquí solo porque una fuerza superior lo ordenó; todo lo opuesto, a pesar de que, quizás, todo inició como una obligación, nos encontrábamos divirtiéndonos entre las audaces burlas de Reyes y el afilado sarcasmo de Maddox.

En las noches, venían los momentos que más me descubrí disfrutando. El humano y yo nos sentábamos frente a la chimenea y, de forma instantánea, Maddox me acurrucaba entre sus brazos. Dejaba caer pequeños besos por todo mi cuello mientras me preguntaba sobre mi vida y, sin darme cuenta, comencé a contarle cosas que jamás le dije a ningún otro ser viviente sobre la faz de la tierra. Le hablé de criaturas extintas, de las primeras civilizaciones y la forma en que me llamaban por diversos nombres para venerarme; le narré sobre antiguos artistas que conocí y luego decían que vendieron su arma al diablo por un poco de talento, cuando la verdad es que solo noté potencial en sus creaciones. Le dije sobre lo diversa que evolucionó la humanidad, su cultura y pensamiento. Le hablé de las guerras mundiales; de como estuve en primera fila para verlas porque, como es de esperar, la sombra de la muerte siempre estaba presente cuando los hombres de poder utilizaban a otros como conejillos de indias.

Sin embargo, en más de una ocasión me sorprendí cuando yo mismo notaba el dolor de mi voz por la soledad de los recuerdos. En esos instantes solo cambiaba de tema, negándome a continuar profundizando en ello, en dejarle ver cómo fue mi vida y como seguiría siendo.

Para los humanos, llegar a los ochenta o noventas años a veces era una eternidad. No obstante, para mí, ese período era lo más parecido a un segundo. Aunque incluso un segundo nos desgarra el alma cuando se nota que todos continúan felices y tu solo te mantienes en el olvido.

Maddox nunca me cuestionó, no opinaba, solo se mantenía en silencio y de vez en cuando me abrazaba. Provocaba que mi corazón latiera y el dolor corría por mi pecho. En esos instantes es cuando este simple humano más me aterraba; aun así, me halle incapaz de volver a la soledad y dejarle a un lado.

Pasiones Ocultas [#7 Pasiones-BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora