🍃Capítulo 5.🍃

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Rafael: ¡quiero ver!

Gabriel frunce un poco el ceño al ver a sus hermanos acercarse, el peli gris saltaba al rededor del Arcangel mayor, quien soltaba pequeñas carcajadas por la actitud infantil del menos.

Suspira al presenciar la escena, negando con la cabeza. Están en horario de trabajo, no podían "jugar" cuando debían cumplir sus roles correspondientes. Iba agarrar las cartas que estaban en su escritorio para retirarse pero en su camino, interviene Rafael, este hace un puchero con ojitos de perrito abandonado.

Rafael: hermano.-el casi albino levanta una ceja.-dile al hermano Miguel que me muestre el regalo que tiene para Adam.

Gabriel: ¿Regalo?-voltea para mirar a su hermano mayor. Este sonríe algo nervioso, escogiendo los hombros.-¿Por qué regalarías algo al primer humano?, sabes que no festejamos cumpleaños en el cielo.

Miguel: s-solo quiero dar un lindo detalle.

El "angélico de Dios" entrecierra los ojos, la actitud que está teniendo el rubio, lo confundía un poco.

Rafael: y no es el primer regalo.-sonrie con malicia, dando un pequeño codazo al casi albino.-hace tiempo que le da pequeños detalles.

Miguel: eso no tiene de malo.-escoge los hombros. Le extiende una carta a Gabriel.-es para Adam, ¿Podrías entregarlo por mi?

Gabriel: claro...

Rafael: solo diré una cosa.-frunce el ceño, apuntándole con el dedo acusador a su hermano mayor.-eres un alfa y el...un beta creo, sabes que no termina bien. Aparte que el pobre no cree en el amor, después de salir lastimado dos veces.

Miguel: wooow gracias por animarme, eres genial Rafael.-dice con sarcasmo, haciendo un gesto con la mano.-y para que lo sepas, Adam aceptas mis regalos.

Gabriel: ¿Papá sabe de esto?

Un silencio se formó por unos segundos, borrando la sonrisa de Rafael y el mayor de todos hace un gesto con la boca, mientras rasca su nuca.

Miguel: sabes que papá...no sale de su sala desde que dió la bienvenida a Adam.-cruza los brazos, dando una pequeña patada al suelo.-es mejor no molestarlo.

Rafael: pero hermano, eres su hijo.-frunce un poco el ceño.-debes decirle tarde o temprano.

Miguel: si, si, se lo diré.-dice antes de aplaudir y volver a sonreír.-¡A trabajar!, hoy tenemos mucho que hacer.

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...
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El primer hombre se encuentra en una cafetería, donde ensayaba con su banda cuando el lugar está cerrado. Tiene puesto su típica vestimenta rockera, remera con chaqueta de cuero quiero y tachas, jeans rasgados en las rodillas y borcegos, todo de negro. Coloca su guitarra dorada con cuerdas blancas en su espalda, antes de despedir a los demás con un movimiento de mano.

Camina con una pequeña sonrisa, saludando a los ángeles que se cruzaba. Hoy se encontraba de buen humor, muy pocas veces pasaba y la causa es que hoy se juntaría con sus hijos. Necesitaba escuchar lo que hacen últimamente en el cielo, no importaba si no era la gran cosa, el castaño oscuro siempre quería saber que aprendían sus hijos.

Deja de caminar al ver una gran TV a través de la vidriera, donde varios escuchan las noticias.

Noticiero: en otras noticias, todavía los omegas del mundo humano siguen luchando por tener los mismo derechos que los betas y alfas.

Adam mira como muchos susurraban o se quejaban en voz baja. Sabía que los omegas son inferiores, que deben ser sumisos con sus parejas, ser lindos y hacer todo lo que el alfa diga. Eso no aplica para los betas, ellos pueden tener una vida tranquila sin feromonas o celos.

Adam: a veces pregunto por qué Dios creó esas castas.

Piensa algo cansado del tema. No debería importarle por que él ya vivió y fue beta, pero pensar cuando algunos de sus hijos fueron omegas...no desearía a nadie pasar por eso, está bien que luchen. El primer hombre, solo esperaba que muchos cambien la mentalidad, cuando los omegas tengan voz en en mundo terrenal.

Ángel 1: esto es ridículo.-varios miran al ser azabache, quién tiene el ceño fruncido.-los omegas siempre fueron quienes complacen al alfa. No pueden cambiar ahora algo que llevan en su instinto.

Ángel 2: tienes razón. Por más que ganen sus derechos, eso no significa que sean vulnerables en sus épocas dé celos.

Adam rueda los ojos antes de retomar su camino, no pensaba escuchar más idioteces de alfas que tienen la mente cerrada. A veces el ángel, desea que ellos vayan al infierno con sus pensamientos egoístas, no son merecedores de estar en el cielo.

¿?: Hola Adam.

Levanta la mirada donde provino la voz y no puede evitar sonreír al ver a Gabriel, quien este aterriza con suavidad.

Adam: hola Gabriel, ¿Que haces aquí?

Gabriel: tengo una carta.

Adam: ¿Para mí?-levanta una ceja, agarrando el sobre dorado que extendía el arcangel.-gracias...

El superior solo asiente antes de despedirse. El primero humano solo niega con la cabeza por la actitud fría y cortante de ese arcangel. Abre despacio el sobre, donde ve las palabras tan hermosas y elegantes sobre el papel, parecía que fue escrita con oro.

Querido Adam:

El ser más hermoso que he conocido en mi existencia. Tú alma tan pura que merece ser admirado por la eternidad, no puedo quitarte de mis pensamientos por más que lo intente. Necesito saber si puedes darme una oportunidad a este arcangel enamorado.

No espero una respuesta inmediata, esperaré un eternidad, soy capaz de hacerlo, con tal de no presionarte e incomodarte.

Con amor: tu ángel guardián, San Miguel.

¿?: ¿Por qué estás rojo?

Pregunta Cassiel, el ángel de lágrimas, de la temperancia o el ángel que preside las muertes de los reyes. Encargado de acompañar a los vivos en sus momentos difícil son intervenir y ayudar a las almas superar su muerte.

Tiene casi los mismo facciones que el arcangel Rafael, solo que tiene el pelo castaño claro, ondulado hasta el pecho, ojos marrones oscuros y la característica piel blanca de los ángeles. Tiene puesto una remera dorado con mangas cortas, brazaletes de oro, pantalones blancos aunque un poco más arriba de las rodillas tiene arillo y unas botas doradas. Muy simple a comparación de los arcángeles principales.

Adam: ¡Carajo Cassiel!-coloca su mano en el pecho, suspirando.-casi me vuelvo a morir.-el nombrado levanta una ceja por la mala palabra, algo que el primer humano se dió cuenta-je je d-digo...

Cassiel: pasaba por aquí y sentí tu corazón inquieto.-se acerca un poco, mirando la hoja que tiene Adam, pero este lo oculta atrás de su espalda.-ya sabes mi rol, ¿hay algo que te perturba?

Adam: no, claro que no. ¡Uh se me está haciendo tarde!-mira la muñeca como si tuviera un reloj, obviamente no tiene nada.-me tengo que ir, ¡Adios!

El ángel de lágrimas no puede evitar sonreír por la tonta actuación de Adam. Coloca su mano sobre los labios, tapando la sonrisa. Suspira y mira en un punto fijo.

Cassiel:

Ay los enamorados de hoy en día.

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Continuará...
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¡𝑺𝑶𝑳𝑶 𝑸𝑼𝑰𝑬𝑹𝑶 𝑸𝑼𝑬 𝑨𝑳𝑮𝑼𝑰𝑬𝑵 𝑴𝑬 𝑨𝑴𝑬! ||Adam||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora