¡𝑺𝑶𝑳𝑶 𝑸𝑼𝑰𝑬𝑹𝑶 𝑸𝑼𝑬 𝑨𝑳𝑮𝑼𝑰𝑬𝑵 𝑴𝑬 𝑨𝑴𝑬! ||Adam||

🍃Capitulo 16🍃

Jesús camina con la mirada baja sin ningún rumbo, cada ángel que cruza, miran algo confundidos por el estado de animo del ser bondadoso.

Debería hablar con alguien, puede que Gabriel, es más neutro y maduro para estas cosas, debía suponer que Rafael lo dominaría sus sentimientos. Solo debe esperar a que termine la reunión que se encuentra el arcangel para buscarlo.

¿?: ¿Pasa algo Jesús?

Dirige su mirada donde proviene la voz, encontrándose con el ángel de las muertes de los reyes: Cassiel.

Jesús: oh...señor cassiel.-se acerca al ángel quien se encuentra sentado, afuera de una cafetería.-no espere verlo. Hace siglos que no sabía nada de usted.

Cassiel: oh Jesús, sabes que no es necesario las formalidades.-hace un gesto desinteresado con el brazos y cruza las piernas.-aparte, siento que necesitas a alguien para hablar. ¡Tienes una cara lamentable!

Jesús: no creo que sea una buena idea...

Cassiel: sabes que no te voy a obligar.

El de los ojos azules suspira al ver esa mirada determinada, la sonrisa que da el ángel superior, da entender que no cambiaría de opinión. Así que se sienta en frente de él y junta sus manos sobre la mesa.

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Jesús: y eso sería todo.-mira al de los ojos marrones oscuros, quién permanece en silencio y sin parpadear.-¿También crees que estoy mintiendo?

Cassiel: te considero unos de los pocos seres que me mentiría.-tose un poco, desviando la mirada y acomoda una mecha de su pelo hacia atrás.-y sinceramente fue una mala idea hablarlo con Rafael.

Jesus: pero Rafael es el ser más comprensible del cielo-

Cassiel: solo cuando no es en contra de sus hermanos.-niega con la cabeza con desaprobación.-y más cuando se trata de Miguel. Fue uno de los pocos que estuvieron presente en el exilio de Samael.

Jesús: pensé que me escucharía...

Cassiel: su corazón no lo hará o al menos no por ahora.-levanta su mano de forma de saludo al ver unos pequeños angelitos gritando su nombre.-¿Hablarás con Gabriel?

Jesús: tiene que saber lo que hace su hermano.

Cassiel: ¿Quieres mi opinión?-borra su sonrisa, incluso el cambio de voz como el ambiente, desconcierta un poco al de los ojos azules, este asiente algo dudoso.-no hables por ahora con Gabriel, primero debes hacer un pequeño grupo esté de tu lado, hablar con Azrael, Zadquiel, Leroy, Galim y más, si convences a casi a todos, Gabriel podrá ver que vas en serio.

El contrario asiente lo que escucha, es un buen plan para alcanzar el objetivo, sabe que no podrá cumplirlo de un momento u otro pero lo importante es lograrlo.

Jesús: gracias por esto, Cassiel.

El ángel de las muertes de los reyes solo escoge los hombros, antes de levantar y agarrar su hombro.

Cassiel: sabes que cuenta conmigo, cualquier cosa, ya sabes como buscarme.

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Rafael deja la pluma en tinta a un lado, dando finalizado su trabajo de hoy. Mira unos segundos el pergamino y fijamente en sus palabras aunque su mente está en otro lado.

"Miguel"

Una voz aparece en su interior, un eco algo molesto...

"Miguel es malo"

Otra...

"Tu hermano es un abusador"

Y otra...

"Es como cualquier alfa"

Y otra, y otra...

"Un alfa que lastima a Adam"

Rafael: lo que me faltaba...-suelta una carcajada y sonríe algo irónico.-dudar de mí hermano...

Sobresalta al escuchar un tono. Con un moviendo delicado, hace aparecer un pequeño espejo, mostrando el nombre de su otro hermano mayor: Lucifer.

Si, hace mucho empezó a llamarlo con ese nombre.

Al principio le costó entender el cambio pero al ver que no quiere saber nada de su pasado, solo estar con esa mujer...entendió que todos cambian...para el bien o mal.

Y puede que Miguel lo haya hecho para el mal.

Iba a contestar pero alguien toca la puerta, hace desparecer el espejo, haciendo una nota mental de llamar más tarde.

Rafael: pase.

Se tensa un poco al ver a Miguel con su suave sonrisa ingresar a la oficina del menor, juega con su bastón de luz, que es blanca con toques dorados, en la parte superior hay una esfera de luz y un aro del mismo material, alrededor de esa esfera.

Miguel: buena rafael.-se coloca cerca del escritorio, se sienta en un sillón individual y cruza las piernas.-veo que te encuentras bien.

Rafael: h-hermano...-no puede evitar sentirse nervioso, algo que el contrario lo noto pero no comenta nada.-¿A qué se debe la visita?

Miguel: hace mucho no nos vemos, desde que estoy con Adam.-hace desparecer el bastón y se recuesta en su lugar, dando una postura relajada e desinteresada.-Aparte Gabriel me comentó que estás algo raro...un estado negativo.

Rafael: no es nada.-responde con rapidez, levantándose y coloca sus manos sobre el escritorio.-solo estoy cansado, s-sabes que últimamente los huma-

Miguel: mientes.

El lugar queda en un silencio incómodo, el de pelo gris no sabe como procesar. El rubio solo levanta una ceja, inclinando su cabeza a un lado antes de romper el silencio.

Miguel: te está temblando la voz, lo haces cuando mientes.

Rafael: solo no quiero hablar...

Miguel: bien, sabes que no pienso obligarte.

Se levanta, acercándose a su hermano para rodear sus brazos y dar un abrazo, cerrando los ojos unos segundos. Rafael en segundos recibe el gesto aunque algo tenso, mirando en un punto fijo.

Miguel: si alguien te molesta o no puedes con tu trabajo, incluso una duda, puedes hablar conmigo.-se separa un poco y da palmadas en su cabeza.-eres mi hermanito, te protegeré de cualquier mal.

Rafael: lo sé...

Miguel: sabes que te quiero mucho.

Rafael: yo igual...

Miguel: bien.-da un aplauso, dando final del tema.-¿Quieres que pasemos momentos de hermanos?, sabes que podemos arrastrar a Gabriel e ir a ver una película o a los demás.

El pelo gris no puede evitar sentirse una calidez por su hermano. Se dice a si mismo que es mentira lo de Jesús, que su hermano no es el monstruo que querían que vieran, ¡No!, es su protector hermano que quiere animarlo, él arcángel más respetado y amado del cielo, el consentido de Dios.

No puede evitar sonreír, dando un pequeño salto en su lugar al recuperar su ánimos.

Rafael: ¡Si!, ¡Podemos conseguir unos pochoclos y bebidas!

Miguel: ¡Ese es mi hermanito!-lo agarra por los hombros, caminando hacia la salida.-aprovechamos para arrastrar a Azrael.

Daniel mira como ambos arcángeles salen del lugar, sonrientes y abrazados. No puede evitar fruncir el ceño al ver que la mirada del rubio se cruza con el otro alfa, sabía que Miguel no le agradaba pero esa mirada es diferente, como una de burla. Si su señor no pensaba hacer algo, él lo hará.

Por que Daniel sabía lo que es capaz ese arcángel.

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Continuará...
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