🍃Capitulo 8.🍃

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Adam: necesito irme...n-no me siento bien.

Las alarmas en su cabeza empezaron a sonar de repente. Se niega a que sus sospechas sean cierta, los síntomas indican al cielo de un omega.

¡El no es un omega!

Tantos eones siendo alguien normal, el primer hombre se considera un beta. ¡¿por qué ahora pasaba esto?!, no encontraba una respuesta y puede ser que Dios sea el único que pueda responder, aunque no ahora.

Hace una mueca, usando su brazo para alejar un poco al arcángel pero sus extremidades se encuentran debile para hacerlo.

Se le escapa un jadeo al sentir que lo levantan, mira algo borroso al superior. Miguel con la poca cordura que tiene, abre rápido un portal que lleva a la casa del primer humano, no pensaba permanecer más en el lugar público, donde varios ángeles alfas ya están oliendo el exquisito perfume del reciente omega.

Una vez en la casa del castaño, lo coloca con cuidado en la cama.

Miguel: ¿Tienes supresores?-lo mira unos segundos la cara del ex humano, mejillas rojas como la manzana prohibida, labios ente abiertos por la respiración agitada, algunas gotas de sudor en la frente y sus ojos, nublados por la lujuria.-maldición, ¿Qué estoy diciendo?, no sabías que eras un omega.

Coloca su mano en la frente, antes de dar media vuelta y buscar algún supresor pero un agarre en su muñeca lo impide.

Adam: Miguel...y-yo...

El rubio no pudo aguantar más. Rápidamente se coloca arriba del castaño, sin perder más tiempo, junta sus labios, empezando con una danza lenta.

Chasquea uno de sus manos, para que ambos estén expuestos completamente sin romper el beso. Adam se estremece, cuando siente las puntas de los dedos ajenas en pecho.

El primer humano coloca sus manos contra el pecho del arcangel, haciendo que rompa el beso y se le escape un jadeo.

Adam: e-espera, n-

Miguel: cállate.

Un escalofrío recorrió el cuerpo del ángel. Es la primera vez que escuchaba la voz de comando hacia su persona, siempre era testigo el poder de usarlo contra los omegas. No estaba a favor y menos ahora menos.

Muerde los labios, viendo cómo el rubio se agacha hacia el pecho del contrario, lamiendo el pezón derecho y el otro usa su mano para pellizcarlo. Las lágrimas del castaño se hacen presentes, no le gusta lo que está sintiendo, él no quería, se sentía raro y sentía que todo está pasando rápido.

Adam: no quiero...-susurra, recibiendo la mirada el alfa, quien levanta una ceja.-est-

Miguel: no me importa.

El primer humano no le gustaba este lado que muestra Miguel, no es el tierno, romántico y amable que conoció. No, por que sus ojos tienen ese brillo que lo asusta.

El menor ve que hace aparecer una botella pequeña azul, que contiene lubricante. Miguel se acomodo entre las piernas del omega, coloca el lubricante en sus dedos y los guía hacia la zona íntima del castaño.

Adam: ¡No, espera!-agarra desde la muñeca, evitando que se acerque más.-¡No me gusta!

PAFF...

Apenas terminó la frase y recibió una bofetada, dejando al ángel en shock. Es la primera vez que alguien en el cielo lo golpea y nunca pensó que sería al arcangel quien se encarga el bienestar del cielo, la mano derecha del señor y a quién amaba.

Aguanta las ganas de no romperse a llorar. Sintiendo como invade su interior el primer dedo, cierra fuerte los ojos, aprieta los puños y trata de pensar cualquier cosa que no sea del dolor punzante.

El segundo dedo hace que se le escape un gemido doloroso, mirando a Miguel, buscando con la mirada para que se detenga.

El rubio solo se encuentra fascinado por ver la nueva abertura que apareció debajo del pene, donde debía estar sus testículos, se encuentra una vagina. Esto pasa normalmente en los omegas varones.

Miguel: ¿Seguro qué no sabías que omega?-usa un tono burlón, mirando de reojo al castaño.-este cambio dura como un mes, es imposible que no te des cuenta.

Adam tampoco lo entendía, el no vio ningún cambio en su cuerpo, tampoco lo sintió, es como si de la nada pasara las cosas. Igual, ¿Desde cuándo la vida de Adam fue normal?, solo cuando estaba con sus hijos.

Suspira aliviado cuando los dedos fueron retirados, aunque esa tranquilidad duró tan poco, al sentir algo mas grande invadir. Baja la mirada para ver el miembro del rubio, ingresando las paredes internas y húmedas.

Adam: ¡Duele!-lo agarra por los hombros, aparentando y mirando con suplica al alfa.-ahg ¡Me duele mucho!

Miguel: joder...-susurra, manteniendo los ojos cerrados, al sentir como lo aprieta.-es tan...se sienta jodidamente bien.

No esperó tanto para moverse, manteniendo un ritmo calmada. El alfa ya tiene la mente nublada y lo único que quiere poseer el cuerpo del castaño.

Mientras Adam solo llora en silencio, jadeando y gimiendo. Odia a su cuerpo por reaccionar de forma positiva hacia el toque del contrario, no quiere pero no puede evitarlo.

Trata de recuperar la respiración cuando el mayor se aleja, pensó que su sufrimiento ya terminó, pero solo le coloco de boca abajo para volver a ingresar.

Miguel: omega...mio.-se inclina un poco, lamiendo el cuello del menor.-quiero que...tengas a mis cachorros.

Esa frase hace que de media vuelta, mirándolo con horror. Una voz interna quería complacer al rubio pero su lado racional se niega rotundamente, ¡Él es el padre de la humanidad!, ¡No la madre!, ¡Se niega a dar luz a un ser!.

Las embestidas se vuelven más rápidas y certeras, haciendo que ambos sientan el cosquilleo debajo de sus partes.

Adam: ¡NO!

Gritó cuando los colmillos del arcangel, atraviesa su piel, dejando un marca en la zona de su cuello. Al mismo tiempo que el castaño llega el clímax, marchando su esencia por las sábanas y el alfa en el interior del menor, empezando a formar un nudo.

Solloza el primer humano, hace una mueca por el dolor del nudo que tardaría un tiempo en bajar. Miguel lame un poco la zona afectada, limpiando los hilos de sangre.

Ahora Adam es un omega, en celo y marcado.

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Continuará...
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¡𝑺𝑶𝑳𝑶 𝑸𝑼𝑰𝑬𝑹𝑶 𝑸𝑼𝑬 𝑨𝑳𝑮𝑼𝑰𝑬𝑵 𝑴𝑬 𝑨𝑴𝑬! ||Adam||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora