Capítulo 5

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Yunho a diferencia de Mingi y Byul, vivía en un departamento.
En un principio y cuando obtuvo la dirección, Mingi pensó que al ser maestro su sueldo sería incluso menor que el suyo, pero grande fue su sorpresa al ver el edificio donde vivía el mas alto.

_Señor Jeong... ¿No tiene miedo?_ Byul aún observaba el lugar, aunque levantara la cabeza lo más que podía no alcanzaba a ver la parte más alta.

_Oh claro que no, este es un lugar seguro pequeña_ Sonrió estirando su mano hacia Byul. _¿Vamos?_

Byul sonrió confiando al instante y caminó junto a Yunho.
Mingi los seguía detrás, se sentía un desconocido y es que parecía que Yunho sabía más de su pequeña que él pues sus conversaciones eran largas u divertidas para ambos.
Byul había tomado confianza demasiado rápido y no sabía si era algo bueno o malo.

Apenas llegaron al departamento se escucharon ladridos del otro lado de la puerta.

_¡Max!_ Exclamó contenta Byul y el perrito continúo con sus ladridos.

La puerta fue abierta y Byul no tardó mucho en caer al suelo ya que el perrito saltó sobre ella olfateando y moviendo su colita feliz de ver un niño.

_Max, sentado_ Dijo firme Yunho y tanto Byul como Mingi miraron sorprendidos pues su voz pasó de ser dulce y amable a una firme y grave pero que no daba miedo.
El cachorro obedeció de inmediato y aún moviendo su cola miró a la pequeña enfrente suyo esperando para poder jugar.

_Adelante, son bienvenidos_ Yunho invitó amable a ambos y estos entraron observando la casa del maestro.



No había pasado mucho tiempo desde que llegaron.
Byul aún jugaba con el cachorro, ella reía feliz y divertida pues ambos se hicieron amigos de inmediato y ahora ella le lanzaba su juguete favorito para que luego lo trajera y así volver a lanzarlo.

Mingi la observaba desde el sofá de la sala, sonría leve y sentía alivio de ver que su pequeña podía reír de esa forma y deseaba tanto poder hacerlo él también.

_Eres afortunado_ Yunho mencionó llegando con dos tazas de café ofreciendo una a Mingi quien aceptó agradecido.

_Lo sé..._ Dijo con un tono de tristeza en su voz. _No estaría aquí si no fuera por ella_ Se sinceró y Yunho aunque no entendía muy bien solo sonrió hacía Mingi.

_Bueno ella siempre menciona lo mucho que ama a su padre_ Dijo mirando una vez más a la niña. _Es algo que todo padre querría escuchar_

_¿Pensaste en tener hijos alguna vez?_ Preguntó Mingi, le daba cierta curiosidad que alguien que trabajaba rodeado de niños no tuviera hijos, y no veía ningún indicio de pareja, no habían fotos o algo que delatara a Yunho de tener a alguien.

_Yo... No puedo tener hijos_ Respondió, su rostro no demostraba tristeza ni felicidad, era algo que desconcertaba a Mingi. _No es que no pueda... Ya sabes, solo no puedo... es algo complicado_ Resumió y bebió un poco de café tratando de pasar el nudo en su garganta.

_Byul te adora, además de sus tíos creo que eres su tercera persona favorita y apenas te vió dos veces_ Mencionó tratando de cambiar de tema.

_En realidad la primera vez que los vi fue en un parque_ Admitió con una sonrisa recordando aquella tarde. _No sabía que al día siguiente los vería de nuevo_

Mingi solo escuchó y volteó a ver a la pequeña, esta vez estaba más calmada, solo acariciaba a Max y le cantaba canciones para dormir al cachorro quien cerraba sus ojos debido a las caricias suaves.

_¿Los maestros suelen ganar tanto dinero?_ Una vez más cambió de tema mirando nuevamente a Yunho, quien sonrió por la pregunta.

_No lo suficiente, si vivo aquí es gracias a mis padres... Oh ¿Quieres ver las vistas?_

Yunho ni siquiera esperó una respuesta, tomó a Mingi de la mano, eso lo sorprendió un poco pues no lo esperaba para nada y fue llevado hasta el balcón.
Comenzó a temblar, no podía disimular la sensación de pánico al estar en lugares altos, su fobia era enorme y no tuvo tiempo de decírselo al alfa que lo llevaba con tantas ansias a mirar las vistas.

Cerró sus ojos con fuerza al llegar a la puerta del balcón, sintió la brisa fría contra su rostro y la ruidosa ciudad se hizo presente.
Su respiración estaba agitada, el simple hecho de sentir que caería lo hacía desesperarse.
Su corazón latía con fuerza, casi podía escuchar sus propios latidos y estaba seguro que los demás podrían sin tener que acercarse demasiado.
Aún sostenía la mano de Yunho y apretaba con fuerza, no quería sentirse solo y mucho menos quería caer al vacío.

_Mingi_ La voz de Yunho era suave y tranquila, se dió cuenta de inmediato lo que sucedía y debía calmar a Mingi.

_Yo... Le tengo... Me da miedo_ Dijo tartamudeando cada palabra. Sus ojos se mantenían cerrados y el agarre de su mano se hacía cada vez más fuerte, aunque eso no era suficiente para calmar a Mingi.

_Lo siento no quería que..._

_No es tu culpa, solo no me sueltes_ Dijo interrumpiendo las disculpas.

Yunho entendió eso, pero soltó la mano de Mingi haciendo lo contrario a lo que le pedía.

_Yo no te dejaré solo Mingi_ Dijo acercándose por detrás, abrazó al alfa que ahora sintió tranquilidad.

Pensó que ya estaban dentro, que las alturas y el peligro estaba lejos de él y estaba seguro nuevamente.
Pero todo había estado en su mente pues seguía en el balcón cuando abrió sus ojos.

Las vistas eran realmente hermosas, las luces de la ciudad parecían miles de estrellas desde allí y apenas podía ver las personas.
El viento en su rostro dejó de ser brusco y ahora acariciaba su rostro con delicadeza. Sus manos estaban aferradas a las barandas del balcón.
Mingi no podía creer lo que estaba viendo, jamás había estado en esa altura y mucho menos disfrutarla como lo estaba haciendo.

_Mingi, no puedo llevarte adentro si no sueltas el_

_Es hermoso_ Murmuró Mingi, apenas le prestaba atención a Yunho quien intentaba llevar al alfa hacia adentro.

_Te lo dije_ Rió al ver como el alfa se encontraba tranquilo a diferencia de hace dos minutos.

Yunho soltó la cintura de Mingi, creyó que ya no era necesario aunque él quisiera estar allí detrás abrazando al hermoso alfa, no podía abusar de la confianza.
Apenas se separó de Mingi, este volvió a sentir pánico, cerró sus ojos una vez más y su respiración una vez más fue irregular.

_No Yunho no me sueltes_ Se apresuró en decir, y de inmediato el alfa abrazó a Mingi.

El sol terminó de esconderse, la luna se asomaba de a poco y las estrellas se veían mejor que nunca. Las luces de la ciudad iluminaban levemente su rostro y sonrió al sentirse en paz una vez más.

Mingi solo quería disfrutar algo que normalmente le daba miedo, no le importaba la situación en la que se encontraba, Yunho solo lo ayudaba y no iba a cuestionar nada pues le gustaba la sensación no solo de ver tan hermoso paisaje, sino también sentirse protegido de esa forma.

Papi Volvió A Sonreír «Yungi»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora