Capítulo 14

312 34 3
                                    


Las manos de Yunho buscaban las de Mingi con desespero, entrelazando sus dedos durante el beso.
Tener el cuerpo de Yunho sobre el suyo no era un problema, si bien era más grande y pesado, eso no importaba, a él le gustaba sentirlo de ese modo.
Sus ojos se mantenían cerrados y sus labios comenzaban a tomar un color rojizo de tantas mordidas que estaba recibiendo.
El alfa que tenía sobre él siempre le pareció como un tierno cachorro, uno que no mataría ni una mosca y solo podía transmitir ternura. Claro que también tenía otro lado, y siendo honesto a Mingi no le molestaba descubrir ese lado.

Las palabras sobraban, no hacía falta formular frases.
Los jadeos eran suficientes para hacerle entender a Yunho que le gustaba, que cada toque sobre su cuerpo lo hacía temblar y solo pensar hasta donde llegar lo desesperaba.
Él estaba convencido que el alcohol no estaba influyendo en nada, estaba totalmente de acuerdo y si podía llegar hasta el final aceptaría sin dudar pues Yunho le daba la confianza que se necesita.

Ni siquiera se dió cuenta cuando su camisa comenzó a ser quitada, botón por botón. Se sentía como una cuenta regresiva, que al momento de llegar a cero podría explotar.

Sus manos, grandes y frías se paseaban por su pecho, era placentero no solo por sus toques suaves y lentos, sino por el hecho de que Yunho exploraba su cuerpo en la oscuridad, reconociendo cada centímetro mientras una sonrisa se dibujaba en sus labios.
Yunho ya lo esperaba, Mingi era un alfa y su cuerpo no podía ser de otra forma que firme y fuerte. Su pecho duro como una roca, al bajar un poco más se encontró con sus abdominales que al contarlos supo que eran seis cuadrados perfectos.
Y solo le bastó bajar unos cortos centímetros para provocar un sonoro jadeo de parte de Mingi pues pasar sus dedos por su pelvis era jugar con fuego.

Quería verlo, no le bastaba solo con tocarlo y odiaba el momento en que decidió mantener las luces apagadas, pero al mismo tiempo estaba siendo divertido pues Mingi no podía saber dónde sería tocado, la oscuridad lo desesperaba aún más y justamente era esa la forma en la que Yunho amaba jugar.
Cuando se encontró con los pantalones de Mingi, buscó su cinturón para quitarlo sin problemas. Sus movimientos tan perfectos y la facilidad para hacerlo en la oscuridad le hacían pensar a Mingi que el alfa ya era experto en ello.
No duró mucho tiempo más, en tan solo segundos Mingi ya estaba completamente desnudo debajo de Yunho quien relamia sus labios una y otra vez aguantando las ganas.

_Yo también quiero hacerlo_ Dijo Mingi sosteniendo la mano de Yunho antes de que esté comenzara a quitarse la ropa por su cuenta.

_Soy todo tuyo_ Sonrió el alfa aceptando a la petición de Mingi.

_Pero yo quiero verte_ Susurró al acercarse a los labios de Yunho.

Encendió la lámpara cerca de la cama, era la luz perfecta. Podía ver su rostro y su cuerpo, las sombras que se formaban hacía incluso más erótica la imagen y una vez que Yunho se recostó, Mingi se subió sobre él.

La vergüenza la había perdido por completo, luego de imitar los movimientos de Yunho tocando su pecho y quitando su camisa podía comenzar por los pantalones.
Su cuerpo ardía, no podía creer que se encontraba en tal situación y que estaba amando la forma en la que Yunho lo miraba desde abajo.
Era obvio, Yunho estaba más grande que él y eso lo sonrojaba.
Sus manos temblaban al momento de quitar la ropa interior del alfa, la curiosidad se desvaneció solo con ver cómo la tela se elevaba, no necesitaba tener mucha imaginación para saber cuan grande era lo que había debajo de esos boxers.

Una vez se deshizo de la ropa interior y ambos estuvieron desnudo, Mingi tragó duro pues sus pieles ahora rozaban y tener el miembro de Yunho debajo del suyo le hizo sentir una corriente eléctrica por todo su cuerpo.
La imagen que tenía del alfa y la posición en la que se encontraban era suficiente, sentía que solo con eso podía correrse sobre Yunho.

Papi Volvió A Sonreír «Yungi»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora