Capítulo 9

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A pesar de que intentó cientos de veces, no lograba que Jihyo respondiera sus llamadas. Así que mientras la bañera estaba llenándose, decidió solo enviar un mensaje informándole que se tomaría el día ya que no se sentía bien.
Dejó su celular cerca, por si Yunho llamaba y debía atender con urgencia pues no olvidaba que su pequeña estaba lejos suyo, quitó su ropa dejándola por el momento tirada en el suelo y cuando el agua estuvo lista pudo por fin meterse a la bañera.

Suspiró apenas sintió el agua caliente envolver su piel, se sumergió casi por completo y solo su cabeza quedaba fuera.
Recostado y mirando el techo pasaron mil cosas por su cabeza. Una mezcla de preocupación y ansiedad se formaba en su mente y era algo que siempre lo abrumó.
Cerró sus ojos, quería quitar todo pensamiento, solo relajarse y fue cuando la imagen de Yunho apareció.

Lo tenía enfrente suyo, con su sonrisa tan amable, sus mejillas que se notaban aún más y sus ojos los cuales parecían a los de un cachorro.
Mingi sonrió sin darse cuenta, su corazón ya no latía tan rápido como antes, ahora todo era tranquilo y lo demás pasaba en segundo plano.

El tiempo pasó y cuando se dió cuenta de que sus dedos ya se encontraban arrugados, decidió salir del agua.
Se colocó una bata y fue en busca de ropa, necesitaba ponerse algo cómodo y holgado así que fue a lo simple.

Luego de estar más tranquilo miró a su alrededor, la casa no solía ser un lugar sucio pero admitía que les faltaba orden, y es que los juguetes de Byul estaban esparcidos por toda la casa, ropa y disfraces de la pequeña, además de sus cosas de trabajo, ya que incontables ocasiones dejaba sus papeles por la cocina, sala, incluso había en la habitación de Byul quien a escondidas robaba sus cosas para jugar a ser la jefa de alguna empresa.
No tardó mucho en limpiar un poco, era difícil mantener el orden aún más con una pequeña de cinco pero sabía que debían cambiar aquello. Y aunque aún habían cosas por mejorar en cuando a su limpieza sintió que estaba mejor que antes.

Miró el reloj y aún faltaba una hora para que Byul terminara sus clases.
Se sentó en el sofá, tomó el control remoto y buscó alguna película que ver mientras esperaba por su pequeña.
Siempre le pasaba lo mismo, tardaba más en buscar algo para ver así que esta vez no lo dudó por mucho tiempo y puso la primera comedia romántica de la lista que más se veía en la app.
No era fan de las películas pero al menos había ruido de fondo que lo acompañaba. Se recostó y atento a lo que sucedía en la pantalla una vez más se olvidó de todo, en cierto punto era divertido ver a dos enamorados actuando de maneras tontas, algo que en la vida real sucedía muy poco.

La película había terminado, en la pantalla estaba la famosa frase de "aún sigues ahí?", Mingi nunca se percató de esto pues se había quedado dormido a mitad de la película y la hora pasó demasiado rápido.

_¡Papi! ¡Papi!_ Byul aún llamaba a Mingi.

_¿Mingi?_ Yunho se unía al llamado pero no obtenían respuesta alguna y esto comenzaba a preocupar tanto a Byul como a Yunho.

Cuando su teléfono comenzó a sonar insistente fue que Mingi pudo despertar por fin y es que hasta en su sueño profundo las voces de Byul se convertían parte del sueño. Abrió los ojos, se encontró perdido pues había olvidado que estaba en casa, acostado sobre su sofá en la sala.
Su cabeza dió vueltas por el brusco despertar que tuvo y una vez entró en razón fue directo a la puerta.

_Papi estás bien_ Dijo la pequeña corriendo hacia Mingi abrazándolo fuerte, se preocupó tanto que en clases le costaba jugar, hacer sus tareas e incluso tomar su siesta.

_Lo estoy pequeña, todo está bien_ Murmuró para su hija cuando la sostuvo en sus brazos.

La niña sonrió dejando un beso en la mejilla de su padre y al confirmar que Mingi estaba realmente bien corrió hacia la cocina en busca de un bocadillo.

_Byul..._ Llamó Mingi observándola. _Ya sabes que debes hacer antes_ Dijo y la niña apenada asintió para luego dirigirse a lavar sus pequeñas manos.

Una vez estuvieron solos Mingi y Yunho hubo silencio, ninguno decía nada solo se miraban y sonreían para el otro.

_¿Realmente estás bien Mingi?_ Preguntó, también estuvo preocupado y es que en el momento que Mingi no contestó fue cuando sintió miedo y pensó lo peor.

_Lo estoy, no fue como otras veces_ Dijo pensativo, ahora le costaba mirarlo a los ojos. _Gracias_ Suspiró mientras mantenía su vista en el suelo, no había nada interesante que mirar pero Mingi no quitaba su vista de allí.

_Estaré para ayudarte cuando me necesites_ Fue sincero, solo recordar ver a Byul llorando desesperada le rompió el corazón. _Bueno... Es hora de que me vaya_

_Oh espera... te ofrezco algo de beber_ Dijo el alfa invitando por fin a Yunho.

Él sabía lo difícil de tener hijos, requieren demasiados cuidados y atención, era algo obvio. Pero entendió solo con ver su casa el como a Mingi aún le costaba trabajar y cuidar de su pequeña. No lo describiría como algo sucio y descuidado, pero era notorio el desorden.

_Lo siento, intenté ordenar algo_ Dijo cuando notó que aún habían cosas por el suelo. _No suelo tener días libres para limpiar como se debe_ Apenado se justificó.

_Puedo ayudarte, bueno si tu quieres claro_

_Grac-_

_Mingi todavía no lo hice, ya no agradezcas por todo_

Mingi rió por eso, ver a Yunho frustrado por algo tan simple y sin sentido le provocó una carcajada que no pudo aguantar.
Lo que él no se daba cuenta es que dió a conocer su risa a Yunho, era la primera vez que lo escuchaba reír y fue entonces que prometió provocar ese precioso sonido más seguido.

_Esta bien, no quiero que te enfades por un gracias_ Sin esperarlo la actitud de Mingi había cambiado.

Mingi ya no estaba tan serio, no parecía incómodo o reservado. Se veía seguro y esto no pasó desapercibido por Yunho, quien veía como Mingi le servía una taza de café caliente, con una dulce sonrisa en sus hermosos labios.

_¿Recuerdas tu invitación?_ Preguntó Yunho mientras posaba sus manos sobre la taza calentándose.

Yunho era alguien directo, no le molestaba decir las cosas y si tenía la oportunidad de salir con Mingi para ayudarlo a despejar su mente y distraerlo un poco lo haría.

_¿Invitación?_ Confundido se sentó frente a Yunho.

_Oh si, recuerdo una cena a solas_ Dijo en un tono divertido. _Dime, mañana tienes tiempo para sali-_ A punto de terminar la frase el timbre de casa comenzó a sonar incontables veces y opacaba la voz de Yunho.

_¡Mingi abre la puerta!_ La voz de una mujer se escuchó fuerte y clara, hizo que Mingi sintiera escalofríos al saber de quién se trataba y Yunho sin entenderlo bien se puso a la defensiva pues eran feromonas de alfa.

Papi Volvió A Sonreír «Yungi»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora