Capítulo 12

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Las horas pasaban, y ninguno de los dos se percataba de ello.
Habían ido a museos, pasearon por el parque dándose cuenta que los árboles de cerezo no tardaban en lucir sus preciosas flores, miraron juntos el mar e incluso se subieron a distintas atracciones en el parque de diversiones, tuvieron su sesión de karaoke, dónde Yunho cantaba como un ángel y dejaba a Mingi relajado gracias a su dulce voz.

Su última parada había sido el cine y mientras Mingi hablaba emocionado sobre la película que acababan de ver, Yunho llevaba en sus manos los pochoclos que habían comprado antes de que la película comenzara y que no pudieron acabar.

_Creo que pasaron años desde la última vez que fui al cine_ Dijo Mingi un tanto nostálgico, ya que recordó las numerosas citas en el cine con Taeyong, pero curiosamente esta vez no se sintió vacío o triste. _Gracias Yunho, realmente me divertí mucho hoy_ Se detuvo para mirar y agradecer al alfa ya despidiéndose de este.

_Aún no terminamos Mingi, vamos a cenar y luego puedes librarte de mi_ Bromeó el alfa haciendo que Mingi sonriera, pues este en realidad no quería despedirse y sin pensarlo aceptó.

Claro que el restaurante iba a ser digno de una cita, Yunho tenía preparada con anticipación una reservación en un lugar cinco estrellas y apenas llegaron fueron llevados a la mejor mesa.
Mingi pensó que era perfecto, entendió lo detallista que era Yunho y el como le gustaba lo lujoso.
Las luces tenues iluminaban sus rostros, ninguno podía decir mucho, ambos se miraban con una sonrisa como si estuvieran admirando una pieza de arte costosa y delicada, que al mínimo toque brusco podría arruinarse y claramente Yunho odiaba esa idea.

Mingi por su lado tenía tantas cosas por organizar en su mente, no podía creer que estuviera en tal situación. Según él, enamorarse pasaba solo una vez en la vida, pero gracias a Yunho despertaban sentimientos que pensó no volvería a experimentar e incluso habían cosas nuevas por sentir.

_¿Me dirás que también conoces al dueño de este lugar?_ Preguntó Mingi tratando de iniciar una conversación.

_Oh claro que no, solo quise probar este lugar contigo, podemos juzgar su comida_ Dijo mientras miraba el menú.

_Probar cosas nuevas... Nunca hago eso_ Comentó imitando la acción de Yunho para elegir su plato.

_Es bueno hacerlo, así sabrás si algo te gusta o no_ Mencionó al saber lo que pediría. _Puede asustar, pero si no intentas cosas nuevas tal vez luego te arrepientas de ello_

Tales palabras rondaron por la mente de Mingi, tenía razón pero aún así era algo que le costaba hacer.

•••

Luego de la deliciosa cena estuvieron charlando por un largo rato.
Era medianoche y ninguno quería despedirse, pero el restaurante comenzaba a estar vacío y sabían que pronto cerrarían así que les quedaba poco tiempo juntos.

Una vez afuera, caminaron sin rumbo esperando a que el otro mencionara ir a casa y tener que despedirse.
Pero Yunho quería hacer algo más, y se le ocurrió el último plan de la noche.
Luego de pensarlo bien y saber que había una posibilidad de que Mingi respondiera que no, decidió intentarlo.

_¿Te gustaría ir a un bar conmigo?_

La pregunta tomó por sorpresa a Mingi y rió pensando que sería una broma.

_¿Qué es lo gracioso?_ Preguntó al no obtener alguna respuesta claro y solo verlo reír.

_Yunho soy padre_

_Y yo soy maestro, ¿Seguiremos diciendo cosas obvias?_

_La última vez que fui a un bar tenía 19 años_

_¿Y eso qué?_ Intentó comprender por qué no aceptaba de una vez.

_No lo sé, el alcohol es algo que apenas puedo soportar y..._

_Mingi, no es necesario beber_ Dijo tomando su mano y con ello logró que el alfa se tensara. _Podemos bailar y cantar sin tener que preocuparnos de nada, la idea es divertirse_

Mingi lo pensó y no podía negar que necesitaba algo de eso, así que apenas asintió fue llevado de inmediato a un bar.

Como era de esperarse la música estaba fuerte, las personas bailaban y cantaban a todo volumen. Algunos estaban ebrios, consumiendo alcohol como si su vida dependiera de ello, otros trataban de ligar y utilizaban ciertos método en los que obtenían como resultado una cachetada fuerte siendo humillados. También estaban quienes bailaban entre besos y caricias, sin disimular lo que en realidad querían.

No recordaba que fuera un ambiente tan intenso, pero no le disgustaba del todo pues Yunho estando a su lado lo tranquilizaba y no le molestaba la idea de bailar con él, solo imaginarlo lo había sonreír inconsciente.

_Un trago por favor y... Mingi, ¿Algún refresco que quieras?_

_También quiero un trago_ Dijo mirando al bartender.

_Oh pensé que no..._

_Cambié de opinión y ya_ Respondió y apenas tuvo el trago en su mano lo bebió rápidamente.

El alcohol pasando por su garganta dejando un leve ardor fue como la primera vez que lo probó en su adolescencia con apenas diescisiete años.
El sabor se mantenía en su boca, amargo y caliente el cual comenzaba a ser una sensación a la que acostumbrarse, pues no solo bebió un trago, sino que a medida que las canciones pasaban y este bailaba pedía sin parar tragos de diferentes tamaños y sabores sin control alguno.

_Mingi ya es suficiente, ven mejor bailemos_ Dijo Yunho tratando de alejarlo de la barra de tragos y siendo llevado por este Mingi solo reía y bailaba al ritmo de la música.

Mingi no tardó en rodear el cuello de Yunho con sus brazos acercándose a él. Las luces de colores sobre el rostro de Yunho lo hacía ver lindo según él y sus ganas de besarlo eran enormes.
Yunho no esperaba tal acción pero al ver que Mingi apenas podía mantenerse de pie sin tambalear decidió tomar su cintura y con fuerza sostenerlo.

_¿Cometí un error?_ Preguntó, no sabía si sentirse culpable al ver el estado de ebriedad en el que Mingi se encontraba.

_Fue un error no haberte conocido antes_ Dijo arrastrando las palabras, se acercó aún más a Yunho y susurrándole al oído comenzó a hablar de nuevo. _Ya cállate y baila_

Esto hizo reír a Yunho y siguiendo los pasos de Mingi se dejó llevar comenzando a bailar. Sus manos seguían el movimiento de cadera que tenía el alfa, su vista se mantenía en el bonito rostro del contrario y no podía evitar sonreír al verlo cerrar sus ojos mientras se movía disfrutando de la música.
Fue así por varias canciones, parecía no haber descanso para Mingi pues todas las veces que Yunho quiso sentarse, fue arrastrado nuevamente a la pista de baile y negarse sería ver al alfa buscando a alguien más para bailar, algo que claramente no sería buena idea, no para alguien que comenzaba a sentir celos por el simple hecho de notar cómo numerosos omegas esperaban el momento correcto para acercarse a Mingi.

Papi Volvió A Sonreír «Yungi»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora