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Después de disfrutar el apretado abrazo, Wei Ying tuvo suficiente fuerza para separarse. Yanli mantuvo las manos de Wei Ying entre las suyas.

-A-Xian, has crecido tanto, te ves feliz.

-Lo estoy, Lan Zhan y su familia, todos han sido buenos conmigo

Dijo sonriendo suavemente.

Entonces miró a Jiang Cheng, quien tenía sus ojos fijos en él. Wei Ying tuvo miedo; sabía lo mucho que el menor quería a su madre y, aunque entendería si lo odiara por denunciarla, realmente le dolería ser rechazado por él.

-A-Cheng...

-¿Por qué?...

Jiang Cheng pareció dudar, mirando con precaución el cuerpo de Wei Ying y deteniendo su mirada un poco más en la curvatura de su abdomen.
Hubo silencio mientras el menor respiraba profundo, como si buscase algo de fuerza dentro de él, y con los puños apretados y una fuerte exhalación, empujó el cuerpo de su hermano hacia él, envolviéndolo en un tembloroso abrazo que nadie en la habitación se atrevió a interrumpir.

Jiang Cheng nunca había sido bueno para comunicarse, no sin que alguien resultara ofendido. Así que, mientras sentía a Wei Wuxian temblar entre sus brazos, esperaba que entendiera lo que trataba de decir.
Sin embargo, susurró cerca de la sien de Wei Ying esa palabra que había estado practicando en el viaje hasta allí.

-Perdón.

Fue todo lo que dijo, sin intención de soltar al otro hasta que un pequeño asentimiento de cabeza le confirmó que había sido comprendido.
Ambos escucharon un pequeño sollozo a su espalda, muy seguramente de Yanli. Con un último apretón, se soltaron, sonriéndose con total normalidad.

Una vez todo pareció en orden, Lan Qiren invitó a todos a pasar al comedor.La charla fue fluida entre las dos familias, aunque el mayor participante de parte de los Lan había sido Xichen. Durante esa cena, todo fue alegría.

Mientras Yanli se ofrecía a ayudar a limpiar los platos, Wei Ying atrapó a Jiang Cheng llevándolo al piso de arriba, entusiasmado por mostrarle las cosas que habían comprado para su bebé.

Pero además de la colorida ropa diminuta, Jiang Cheng se fijó en las pilas de libros sobre el escritorio, sabiendo reconocer ese desorden.

-Así que... ¿eres feliz aquí?

Preguntó Jiang Cheng, tratando de sonar casual, aunque su voz tenía un tono más serio del que pretendía.Wei Ying asintió con entusiasmo.

-Sí, A-Cheng. La familia Lan ha sido increíblemente buena conmigo. Me siento seguro y...mí bebé también.

Jiang Cheng se cruzó de brazos, mirando a Wei Ying con atención.

-¿Y cómo te tratan? ¿Todos?

Su voz era baja, casi un susurro, pero cargada de preocupación.

Wei Ying sonrió, tratando de disipar cualquier inquietud.

-Me tratan bien, A-Cheng. Lan Zhan, su tío y hermano, todos han sido muy amables. No tienes que preocuparte.

Jiang Cheng frunció el ceño, sin estar completamente convencido.

-¿Y por qué estudias en casa ahora? Pensé que te gustaba ir a la escuela.

Wei Ying se tensó ligeramente, pero trató de mantener la calma.

-Es... por el embarazo. Algunos compañeros no estaban siendo muy amables y querían asegurarse de que estuviera a salvo. Además, con todo lo que pasó, estudiar en casa es lo mejor por ahora.

Entre susurros y PañalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora