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Mientras Lan Zhan pagaba por los helados Wei Ying cayo en cuenta de que verdaderamente estaba en un cita con Lan Zhan, su primera cita con el chico de sus sueños o bueno su primera cita en general.

Para que fuera lo más parecida a una de esas fantasías que solía tener, Wei Ying lo convenció de comer los helados mientras caminaban por el parque a solo una cuadra de la heladería, por suerte el frio de la tarde no permitió que los helados se derritieran.

Casi no logro contener su alegría al encontrar una banca vacía cerca del estanque de los patos, si pudieran ver el atardecer desde ese lugar definitivamente seria como un sueño cumplido.

—¿Crees que los patos coman helado?

Pregunto contemplado su cuchara con una pequeña cantidad de helado blando.

—Podrían enfermarse.

—Cierto, la próxima vez deberíamos traerles algunas semillas, me gusta este lugar, es perfecto para una cita

—¿Has venido antes?

Comento Lan Zhan apenas logrando pasarse el vinagre con una cucharada de helado al imaginar las cantidad de veces que Wei Ying y su novia debieron visitar aquel bonito rincón del parque.

—¿Al parque?, por supuesto, aunque por lo general solo a perder el tiempo con Huaisang o cuando necesito estar solo un rato...pero si hablas de citas...no, esta seria mi primera cita en la vida.

La mirada incrédula de Lan Zhan fue todo lo que necesito Wei Ying para reírse de buen humor.

—Ya se, ya se...solo que a Wen Quing no le gustaba salir, así que en general pasábamos tiempo en su casa mientras ella estudiaba o me usaba de conejillo para sus prácticas médicas.

—Eso suena...aburrido.

Dijo sabiendo bien la gran cantidad de energía que Wei Ying contenía.

—Algo si, pero era mucho mejor que volver a mi casa.

—¿Hay algo en especial que te gustaría hacer la próxima vez?

Ofreció dejando en paz el recipiente vacío en sus manos, pensando en si era correcto cuestionarlo sobre sus motivos para salir con aquella chica que ni siquiera parecía que le gustara tanto.

—No lo he pensado mucho.

Mintió Wei Ying lamiendo lo último que quedaba de helado en su cuchara.

—Mientras sea contigo cualquier cosa esta bien.

—Haremos lo que quieras.

Decidió Lan Zhan evadiendo la bonita sonrisa de Wei Ying y tomando como escusa los contenedores vacíos se puso de pie en busca de un basurero.

—Oye, Lan Zhan.

Lo llamo siguiéndolo en su búsqueda de un basurero.

—Tu...amm, aun iremos juntos al baile ¿cierto?

—Por supuesto

Respondió de inmediato Lan Zhan mirando por un momento a Wei Ying antes de finalmente arrojar la basura en su lugar.

—Solo confirmaba.

—Quiero estar contigo, nunca lo dudes.

Wei Ying dudo de si era buen momento para tomarle la mano o tal vez podría atreverse a recuperar ese beso que el horrible Sushe le robo, estaba por hacer la pregunta cuando unos truenos retumbaron en el cielo interrumpiendo el momento.

La lluvia comenzó a caer sorprendiéndolos y obligándolos a buscar un rápido refugio en una de las pequeñas cabañas del parque atestadas de personas que igualmente buscaban esconderse del agua.

Entre susurros y PañalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora