Emociones en Baño María [Fanfiction EXO- ChanSoo/KaiSoo]

6. Hummus pasta

Hummus pasta

Ingredientes

Hummus de garbanzo

Pasta penne

Aceitunas negras

Tomate Cherry

Espinacas

Preparación

     No encontrarás una receta más sencilla que esta. Hasta el más torpe podría hacerla. Lee bien: Pones a hervir la pasta hasta que llegue a su punto adecuado. Una vez esté lista la pasas a un sartén con el resto de los ingredientes. Puedes ponerle unas gotas de aceite oliva si deseas. ¿Lo ves? Lo demás son detalles, por ejemplo, es mejor si partes los tomates y las aceitunas a la mitad antes de revolverlo todo. Esta receta es ideal para no subir demasiado de peso. Es saludable y deliciosa, así que la comí bastante aquellos días en que empecé mi entrenamiento.

     Mis días libres del trabajo eran los domingos y los lunes (estos últimos eran días libres para el grueso del personal, aunque la mayoría del tiempo yo trabajaba las tardes de los lunes para que los martes todo anduviera en orden al abrir el S.M.). Visitaba el gimnasio una vez por semana, generalmente los lunes en la noche. Los miércoles iba a terapia con mi marido a las seis de la tarde, salía a las siete y treinta, y volvía al restaurante hasta al menos las diez de la noche.

     El primer día en el gimnasio no fue más fácil que el primer día en terapia. Me sentía absolutamente perdido. Para iniciar me hicieron un pesaje en un aparato que fue capaz de decir que debía adelgazar mis brazos, piernas y principalmente la barriga. Que mi cuerpo carecía de agua y le sobraba grasa. Y que mi edad metabólica era la de un señor de cincuenta años. ¡Tenía un poco menos que la edad de mi padre! ¡Vaya putada!

     El entrenador me recomendó una rutina con mucho cardio, bicicleta, elíptica, remo. Y hacer repeticiones con pesas en distintas máquinas. Dijo que primero trabajaríamos abdomen y espalda, después brazos y piernas. Según él debía ir por segmentos para desaparecer de forma adecuada los excesos de cuerpo, lo que me sobraba, lo que no era necesario. A esa hora el lugar estaba lleno. Si me concentraba casi podía ver nubes de vapor inundándolo todo, como cuando algo hervía en la cocina, pero con peor olor. El sudor era innegable.

     Me bastó un vistazo alrededor para darme cuenta de que no llevaba la ropa más adecuada. Supuse que me bastaría una pantaloneta azul oscuro, una camiseta gris holgada y tennis, pero los demás asistentes usaban lycras de colores, tennis de marcas carísimas, bandanas en su cabeza y muñecas, y algunos otros tantos accesorios que ni quise ver. En mi bolso solo me acompañaban un par de toallas y una botella con agua.

     Hice unos minutos de bicicleta estacionaria y algún tiempo en la caminadora. Desde lejos el entrenador me señaló la máquina que debería de usar después, así que empecé a acercarme poco a poco. Un hombre alto y musculoso empujaba una barra pesada con su pelvis y vergonzosamente me distraje un momento con su entrepierna. Cuando me di cuenta de que se notaba mi mirada en los espejos que rodeaban todo el jodido lugar pude ver mi propio rostro enrojecerse ahora no solo por el esfuerzo sino por la pena. Di una vuelta por ahí y allá a donde fuera mi mirada encontraba a un modelo y sentía pena por mí mismo. Mi imagen era francamente ridícula y fuera de lugar.