Es probable que alguna gente te diga que cocinar un huevo duro con la yema suave es fácil, pero escúchenme bien: mienten. Los ignorantes dirán que solo basta meterlos en agua hirviendo. Y también dirán que tener un matrimonio duradero es fácil, que...
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Hummus pasta por Byun Baekhyun
Ingredientes
Remitirse al capítulo 6.
Preparación
Chanyeol me gustó desde el primer momento en que lo vi. Era uno de esos hombres gigantes que parecerían ser bravos o agresivos y que actuaba como si el mundo estuviera bajo control, pero en el fondo solo estaban compuestos de algodón de azúcar y nubes tibias.
Amaba escuchar la seguridad de su voz cuando nos daba órdenes en el trabajo. Me podía quedar embobado viendo la maestría con la que convencía a los clientes a aceptar lo que a él le diera la gana y sintiéndolo protector con todos nosotros. Chanyeol prefería perder un dedo antes que a alguien de su equipo. Se había asegurado muy bien de rodearse de las personas correctas y todo proyecto que tocaba subía como la espuma, al igual que empezó a subir mi cuenta bancaria con lo que me pagaba.
Al inicio empezó como un tonteo de mi parte. Luhan me hacia señas para que cerrara la boca cuando lo veía pasar, mis compañeros bromeaban pidiéndome que disimulara la sonrisa cuando él me hablaba o que apagara un poco el brillo de mis ojos. Me dio un poco de vergüenza, pero luego empecé a jugar con eso.
—Ey, Lu —lo llamaba—, Lu. ¿No estás cansado? Explícame qué debes hacer en tu trabajo con el jefe y yo lo hago en tu lugar. Mereces descansar y ser feliz —sonreía.
—El esposo del jefe es super celoso, cualquier día te va a despelucar —me respondía riendo. Luego yo bromeaba con el señor de la limpieza.
—Seño, avíseme si ve entrar al jefe para ponerme perfume antes. —Y movía las cejas con picardía.
¡ERA SOLO UN JUEGO! En verdad no pretendía que pasara nada ni que el propio Chanyeol se diera cuenta.
Escuché cosas sobre su esposo por parte de Sehun, siempre decía que era un chef espléndido y de lo más lindo, que hacían una pareja adorable... En mi mente lo idealicé demasiado. Los imaginaba perfectos; ambos exitosos, atractivos, seguros, cariñosos. Justo un modelo a seguir. Y el día de la fiesta navideña metí la pata en grande diciendo estupideces de Jeremy Allen White en frente del verdadero chef.
Resultó que el esposo de mi jefe era un hombre muy, muy normal. Sin puntos especiales a favor o en contra. No me impresionó su estilo ni su perfume ni su energía, nada. Me sentí decepcionado y caí en la realidad de lo mucho que endiosé a Chanyeol. En mi mente mi jefe era lo máximo, cuando en realidad, se trataba de un hombre mucho más sencillo con un matrimonio bastante común.
Durante aquel evento de la empresa no lo vi bailar con su esposo, ni siquiera conversar demasiado entre ellos. Sentí un poco de lástima por ambos. No podía entender por qué continuaban juntos cuando no parecía haber mucho contenido en esa relación, pero entendía que no debía juzgarlos. La gente se mantiene unida por razones que a veces uno no se imaginaría y yo no dormía debajo de su cama matrimonial para enterarme de todos los detalles, así que no hice ni un solo comentario al respecto.