Pasiones Saladas

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Se me había olvidado esta historia, disculpen (igual no tiene mucho público xD)
(Porfa háganme creer lo contrario ;_;)


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Llegaron a casa, ardiendo en deseo por tocarse el uno al otro, apenas cruzaron el umbral y comenzaron a deshacerse de las prendas de su pareja.

-Te amo, querido.- Dijo mientras ambos se acomodaban el la cama.

Aunque Aziraphale comenzó a sentirse nervioso.

-¿Estas bien?- Preguntó Crowley  con cuidado.

-Ehhh si emmm... se que sabes que ya no soy virgen pero... la verdad es mi primera vez en mi forma humana...- Habló tímidamente.

-Oh... bueno, me alegra que lo dijeras, trataré de no abrumarte.- Sonrió Crowley.

Comenzó con un profundo beso, mientas con las manos, acariciaba su suave panza y sus generosos muslos, esperando que se acostumbrara a las sensaciones. Por supuesto Aziraphale no se quedó atrás e igualmente recorrió con sus manos el cuerpo de Crowley, su cuerpo era delgado, pero también fuerte, su piel era tersa y bronceada por el sol, era perfecto.

Sintió como Crowley bajó hacia sus pezones y comenzó a succionarlos, arrancando deliciosos gemidos de su boca, por impulso, Aziraphale arqueó su espalda, sintiendo como poco a poco su virilidad iba creciendo, se deleitó por un momento más con las atenciones de su pareja, hasta que en un ágil y rápido movimiento, lo puso a él abajo y procedió a besar su cuello, su torso, sus labios. Por supuesto que Crowley se sorprendió ante el movimiento repentino, pero al recuperarse sonrió y se dejó consentir. Entre la faena, lo ayudó a preparar su entrada, con delicados movimientos, introduciendo poco a poco los dedos. Aziraphale era tan hermoso y ya quería poseerlo. Claro que, lo amaba por muchas cosas, pero en este momento tan apasionado, su lado más carnal lo dominaba.

-Estoy listo.- Le dijo Azirphale, sonrojado y jadeante.

La selkie se alineó sobre Crowley, dando un respingo cuando sintió el pene de Crowley tocarlo. Este a su vez lo tomó de las caderas y lo ayudó a bajar con cuidado, fue una oleada de lujuria cuando poco a poco el cuerpo de Aziraphale se habría paso para recibir a Crowley, pero debían proceder con cuidado, no querían lastimarse.

Con delicadeza, comenzó a mover sus caderas, sentía un poco de molestia, pero intentaba ignorarla, centrándose en el placer que también le provocaba. Abrió los ojos para ver que su amado tenía la misma mirada de deseo en esos ambarinos ojos.

-Crowley... tócame...- 

Obedeciendo, alargo las manos hacia el pene de la selike, que había estado un poco descuidado y lo frotó con su mano. Esta estimulación ayudó a que fuera más fácil relajarse y centrarse en el placer, dejando de lado la inicial incomodidad.

-Eres tan hermoso.- Le dijo Crowley.

-Tu no te quedas atrás, querido. Eres como una ninfa.- Ante lo dicho, Crowley se sonrojó más de lo que ya estaba, pero prosiguió con su tarea de estimular a su pareja.

Presas de la pasión, no pudieron esperar más y Aziraphale fue penetrado por Crowley, quien muy lentamente, espero a que su amado se adaptara. La habitación se llenó de gemidos por parte de ambos, disfrutando del tan maravilloso acto. Con fuerza, Aziraphale rodeo la espalda de Crowley con sus brazos, al igual que cerró sus piernas alrededor de su cintura, incitándolo a más.

Cambiaron de posición, esta vez con la selkie montándolo, Crowley no sabía donde tocar, su carne era tan generosa, que era una tentación andante. Y por supuesto, no faltaron los besos; en la boca, en el cuello, en el pecho, dentro de los muslos, de alguna manera los dos querían dejar en claro que todo esto era más que pura lujuria, era algo poderoso.

Terminaron exhaustos, pero se mimaron mutuamente, sintiéndose tan ligeros y felices.

-¿Las bodas entre humanos del mismo sexo se permiten?- Preguntó Aziraphale, poniendo nervioso a Crowley.

-Uhh... um... son un poco controversiales, pero si... ejm... si se permiten..- Balbuceó, ansioso por la idea de casarse con su ángel.

No pudo evitar reírse de la reacción de su amante, así que le dio un tierno beso en la mejilla.

-No estoy diciendo que nos casemos de inmediato, solo era una curiosidad.- Le sonrió tiernamente.

Al final, se acurrucó en su pecho, deleitándose con la calidez que emanaba, Crowley sentía su corazón acelerarse y cobijó a su hermoso selkie entre sus brazos, relajándose con el olor a playa que siempre tenía.


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Por suerte para Crowley, de momento no había trabajo, así que ambos caminaron por la playa, tomados de la mano. Se sentía tan bien compartir este momento juntos, se sentían como una verdadera pareja, pues aunque empezaron como amigos, ninguno se dio cuenta en que momento comenzó a tener sentimientos por el otro.

Luego del paseo por la playa, nuevamente fuero al mercado del pueblo. Anteriormente, para Crowley ir ahí significaba trabajo o necesidad. Estando solo, iba para encontrarse en la taberna con su grupo de compañeros o compras los víveres para la semana, desde que llevó a Aziraphale, una selkie que desconocía todo lo del mundo humano, vio ese lugar con otros ojos, aprendiendo a disfrutarlo y salir de la monotonía.

Lo llevó a la misma taberna donde bebía con sus compañeros, solo que esta vez se sentía diferente, era un momento entre ellos dos.

-El ambiente es... curioso.- Susurró Aziraphale para no molestar al resto de comensales.

-Por lo general a qui vienen los marineros a relajarse luego de una ardua semana de trabajo. Yo lo hago, aunque uno que otro transeúnte para beber algo. Contigo, creo que empezaremos con un vino muy ligero, no quisiera que te emborracharas.- Respondió Crowley.

-Querido, no es la primera vez que bebo alcohol, me has dado de tus reservas.-

-Si y solo muy poco y de los licores más suaves ¿Olvidaste como te mareaste la primera vez que te di a probar?- Le recordó, avergonzando un poco a Aziraphale, quien soltó una risa nerviosa.

Como un plato fuerte, pidieron pollo rostizado, acompañado de vino. Era una experiencia para el paladar de Aziraphale. Mientras disfrutaban de su tarde, Crowley no pudo evitar recordar lo que le dijo Aziraphale de las bodas. Lo había tomado desprevenido, más porque tenían relativamente poco de establecerse como pareja, pero la idea había quedado plantada en él y ciertamente, le gustaría tener a alguien que lo recibiera cada vez que llegaba a casa. O porque no, si él llegaba antes, esperar a la llegada de su amado. Después de todo, seria cruel cortar su vínculo con el mar y su lado selkie. Con esa idea, ahora si se sentía como un hombre pleno, algo que no había sentido en mucho tiempo y le agradaba.

-¿Pasa algo, querido?- La voz de Aziraphale lo sacó de sus pensamientos.

-¿Eh? No, nada. Solo estaba recordando unas cosas del trabajo. Lo siento. No permitiré que eso me vuelva a distraer, hoy solo somos tu y yo.- Le sonrió, intentando recuperar la compostura.

La comida en la taberna fue agradable y no hubo inconvenientes. Crowley llevó a Aziraphale a su lugar de trabajo para explicarle como funcionaban el lenguaje de marinero y algunas partes de los barcos. 

Ya cayendo la noche, regresaron a la cabaña, donde una vez más, Aziraphale se desnudó para Crowley, entregando su cuerpo y su corazón. Fue una guerra de besos y caricias, irónicamente, la sal ahora tenía un sabor dulce, dulce como el amor de ellos dos. 




CSM, le dejé pene a Aziraphale, espero hayan disfrutado de su capitulo de sexo gay con criatura fantástica.

Soy fan de top Crowley, pero si quieren que sea bottom más adelante, solo díganlo.

No soy tan buena con las historias soft, por eso casi siempre las dejo como oneshot, pero espero lo disfruten igual, es una compensación por Corazón de Sal.

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⏰ Última actualización: Feb 01 ⏰

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El Mar y la Tierra [Good Omens]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora